La Familia

LA EDUCACIÓN FAMILIAR es la actividad educativa que los padres realizan con sus hijos y la tarea llevada a cabo por profesionales para suplir a los padres. Desde esta perspectiva, se puede contemplar desde dos dimensiones; Las prácticas educativas realizadas por los padres con sus hijos en el hogar y Las actividades de atención a menores desarrollado por distintos profesionales, fuera del ámbito familiar.

La educación familiar consistiría en la labor educativa (formativa del carácter, de la moralidad, de las actitudes), que se realiza en un entorno muy concreto, la familia, con las peculiaridades que ello conlleva, entre ellas:La Informalidad o la difusión: En la educación familiar no existe la intencionalidad formal de educar a sus miembros. Por este motivo, constituye el prototipo de educación informal, término que explicaremos en el siguiente apartado; La inevitabilidad: La socialización es el proceso educativo más importante que acontece en el sistema familiar. Éste permite educar a los miembros a través de unas pautas y acciones educativas que suceden inevitablemente por el mero hecho de vivir en comunidad.

Pero en segundo lugar La continuidad alude a que nunca se da por concluida la actuación educativa aunque legalmente los dieciocho años marquen la mayoría de edad de los hijos. Este hecho reconoce que los padres tienen la obligación y el derecho de intervenir en el comportamiento de sus hijos hasta ese momento; sin embargo, su actuación educativa, al menos, a través del asesoramiento y del consejo se prolonga hasta la desaparición de dicha familia.

Debe señalarse que La moralidad es La familia educa partiendo del marco cultural en el que está inmersa, y junto con él, se transmite el correspondiente código ético para interpretar dicha realidad; y La Asimetría es Dada la diferencia de edad, experiencia y autoridad, existe una desigualdad lógica entre los componentes de la familia. En el momento en que se igualaran estos factores, se crearía un conflicto o crisis familiar.

En cuestiones de educación, hay una creencia a priori de que cualquier familia está preparada para educar, por el hecho de haber establecido una familia, y por la autoridad de una manera natural que ello le confiere. Por desgracia, en muchas ocasiones, los padres ofrecen una educación “a ciegas” a sus hijos, dado que consideran que pueden confiar plenamente de sus instintos, sin tener en cuenta que pueden equivocarse. En educación familiar, no se trata de formar a los padres para que aprendan a proteger a sus hijos de malas in-fluencias, y así no errar en su labor educadora; ni tampoco abandonarles porque no saben cómo actuar. La clave estará en formar a los padres, en ofrecerles las claves necesarias para comprender mejor a los hijos durante el período de la infancia, cuando se sientan las bases de la futura personalidad del niño, y comprenderse a ellos mismos como educadores, para que su actuación educativa sea más eficaz.

El contexto familiar se refiere al entorno familiar todo lo que los rodea en cuanto a la familia, tanto hechos como cosas fiscas. Ciertamente la familia juega un papel de primera magnitud en la determinación de las características individuales del hombre; las exigencias y estímulos que se generan dentro del contexto familiar crean un clima adecuado, lleno de afecto y consideración, que influyen positivamente en la autoestima de los niños. “Dentro de este ámbito los hijos realizan un tránsito determinante de lo biológico a lo social, de la in diferenciación a la individualidad”1.

La familia juega un papel protagonista en el desarrollo de las personas ya que en ella se realizan los aprendizajes básicos para el desenvolvimiento autónomo en la sociedad. Debemos estudiar la familia como un sistema, analizando los procesos de interacción entre todos sus miembros (padre, madre, hermanos), ya que cada uno de los miembros va a ejercer una determinada influencia sobre el niño.

Según Baldwin y Baumrind, los padres difieren unos de otros en cuatro dimensiones fundamentales:

•Grado de control. Los padres que ejercen mucho control sobre sus hijos son los que tratan de inculcarles unos estándares. Este controlo lo pueden ejercer mediante la afirmación de poder (castigo físico, amenaza, etc.); la retirada de afecto (para expresar el enfado, decepción, etc.) o la inducción (hacer reflexionar al niño sobre el por qué de su acción y las consecuencias que ésta tiene)

•Comunicación padres-hijo. Los padres altamente comunicativos utilizan el razonamiento para obtener la conformidad del niño (explican el por qué del “castigo”, le piden opinión, etc.); mientras que los no comunicativos son los que no hacen estos razonamientos, los que acceden a los llantos de los niños o usan la técnica de la distracción.

•Exigencias de madurez. Los padres que exigen altos niveles de madurez a sus hijos son los que les presionan y animan para desempeñar al máximo sus cualidades. Los que no plantean retos acostumbran a subestimar las competencias del niño o piensan en dejar que “el desarrollo siga su curso”.

•Afecto en la relación. Los padres afectuosos proporcionan un bienestar físico y emocional a los niños. Esto es muy importante y afecto a las dimensiones anteriores.

Combinando estas cuatro dimensiones diferenciamos tres tipos de padres:

•Padres autoritarios. Caracterizados por altos niveles de control, exigencia de madurez, poca comunicación y poca afectuosidad. Hacen hincapié en la obediencia a la autoridad y utilizan castigos y disciplinas enérgicas. Los hijos tienden a ser obedientes, ordenados y poco agresivos, pero también tímidos y poco “luchadores”, poco alegres, irritables, etc.

•Padres permisivos. Caracterizados por alta comunicación y afecto. Aceptan las conductas del hijo y le consultan sobre decisiones que afectan a la familia. No suelen imponer normas. Los hijos suelen tener problemas para controlar los impulsos, dificultades para asumir responsabilidades, son inmaduros y con poca autoestima, pero más alegres que los anteriores.

•Padres democráticos. Caracterizados por altos niveles de comunicación, afecto, control y exigencia de madurez. Refuerzan el comportamiento del niño evitando el castigo, pero no se rinden ante los caprichos del niño. Los hijos suelen ser hábiles, independientes y cariñosos, con altos niveles de control y autoestima.

Estos aspectos nos permiten ver los efectos que tienen las diferentes dimensiones y estilos paternos sobre el desarrollo social y de la personalidad de los niños

Los padres tienen una gran influencia sobre el desarrollo cognitivo. Teniendo en cuenta la teoría del distanciamiento

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