La Familia

¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO CUANDO DECIMOS FAMILIA?

Actualidad

¡Qué rico huelen mis zorrillitos!, decía la zorrilla ante la mirada perpleja de todos los demás animales de la selva, y es que cuando se trata de hablar de nuestra propia familia, sus integrantes cerramos filas y la defendemos a capa y espada, con sus virtudes y sus defectos, por más familia Adams que parezca.

Pero en el fondo, si nos detuviéramos a examinar las peculiaridades de cada familia no terminaríamos el inventario de rarezas, costumbres diversas, modales y formas de convivencia en la que caben todo tipo de individualidades. Bien decía mi abuela, en todas las familias hay un loco, un santo y un beduino.

El cambio de la familia

Lo cierto es que las familias mexicanas han cambiado muchísimo en los últimos 20 años. Esto no significa que a lo largo de nuestra historia las familias no se hayan transformado, sino que estas modificaciones que observamos ahora son más significativas, pues la familia tradicional compuesta por papá, mamá e hijos ya no es la única que comparte el crédito de ser el pilar de la sociedad.

La organización de nuestra sociedad ha dado un giro de 180 grados gracias a una combinación de factores: la industrialización, el desarrollo tecnológico y los avances en la ciencia. Prueba de ello es que hace apenas unas cuantas décadas surgieron conceptos como el control de la natalidad, las aspiraciones de las mujeres a participar en la transformación de la sociedad, mediante cargos de elección popular y la idea de que somos parte de una aldea global, gracias al avance de las telecomunicaciones y de las tecnologías de la información.

El cambio en las familias también se debe a que las mujeres salimos a trabajar, y en muchos casos no sólo compartimos las responsabilidades económicas en la familia sino que se nos hacemos cargo de ellas (en el último cuarto de siglo, las mujeres mexicanas están al frente de uno de cada cinco hogares, siendo este un fenómeno que ocurre con mayor medida en las ciudades).

Cada familia es un mundo

Hoy, muchas familias han hecho suyos algunos conceptos como la equidad de género, los derechos sexuales y reproductivos, el respeto a la individualidad, la tolerancia y la pluralidad, entre otros, y esto ha dado pie a que se conformen otro tipo de familias, como las integradas por madres SOLTERAS, parejas que viven en unión libre o que tienen distintas preferencias sexuales, entre otras. Muchos se asustan con estas nuevas formas de conformar una familia e incluso las cuestionan y las combaten, sin embargo nadie puede negar su existencia y mucho menos, negarles el espacio que merecen dentro de nuestra sociedad, pues sea cual sea su estructura, las familias siguen formando individuos, sigue siendo la encargada de satisfacer las necesidades biológicas y afectivas de los individuos; constituye la matriz de la identidad individual, y provee el aprendizaje de lo que llamamos “proceso de socialización”, las pautas transaccionales que le permiten a un individuo funcionar a lo largo

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