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La Familia


Enviado por   •  15 de Junio de 2015  •  2.110 Palabras (9 Páginas)  •  102 Visitas

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Cuando un nuevo ser llega a la familia, pese a su fragilidad e inocencia logra mover el más congelado corazón, logra alumbrar la más obscura pena; pero por desgracia aquí no es así. En mi pueblo no hay más que miradas vacías que vagan sin esperanza, carentes de corazón y sueños, sin ningún porvenir más que esperar una muerte digna.

Por consiguiente cuando nace un pequeño no es motivo de alegría, pero sí de preocupación; tan sólo imagina vivir en un espacio de cinco por cuatro, en una casa hecha de lámina, sudor, cartón y trabajo; con poco menos de cincuenta pesos al día y más de cuatro integrantes que al igual que tú necesitan comer, bañarse, calzar y vestir.

De seguro te preguntas ¿por qué no mencionas la escuela?, sencillamente ese es un lujo, una utopía inalcanzable para muchos y odiada por lo afortunados. En este sitio se carece y padece de una enfermedad no contagiosa, pero mortal para cualquier nación; se llama hambre, pero no sólo se relaciona con la comida, aquí existe hambre de conocer que hay más allá de lo que alcanzan tus ojos, hambre de gozar la risa y el amor, hambre de experimentar el éxito y no los golpes, hambre de cambiar la muerte por la vida y hambre de gritar al mundo yo existo.

Pero sé que tú que lees esto no lo comprendes, has escuchado hablar del hambre y la miseria pero no lo has vivido, alguna vez te has cruzado con mi gente pero no le has sonreído, y al llegar el quince de septiembre sacas el tequila y pones música ranchera porque eso para ti es ser mexicano. Mientras tanto en mi pueblo, ese día es uno menos de vida, ese día sólo me recuerda el dolor de haber nacido donde nadie te quiere donde a nadie le importas y ese sentimiento me hace gritar ¡Yo no soy de México! ¡Yo no soy de nadie! ¡Yo no pertenezco! ¡Yo no amo México!

No te asombres, tú también te has quejado de tu patria acostado en el sillón, te has rendido ante unos converse ocultando tus guaraches, entonas con más amor la letra sin sentido de esa canción que “no podemos parar” que tu propio himno, pero hay algo que más me duele vivimos en el mismo país pero tú mismo te avergüenzas de nosotros y te apuesto que alguna vez has pensado ¿por qué nací en suelo de indígenas?

Ahora que ya recordaste todo lo que le reprochas a tu país, ¿aún te sorprende mi desamor hacia México?

Retomando mi ideología y sin afán de ofender, dime ¿qué hacemos con el hambre que acaba con mi pueblo? Tal vez no te importe, porque al mirarnos solo ves a unos pobres diablos que no hacen otra cosa más que molestar y no te tomas el tiempo de investigar las interesantes travesías que llevamos en la memoria.

Pese a ello no te culpo, sólo queda el dolor que el desprecio causa. Pero esto no es en total su culpa, toda nación digna de nombrarse y recordar, recae en el amor y la devoción que la gente profese al país de pertenencia. Pero sobre todo al trabajo en equipo sobre el apoyo que el gobierno ponga para impulsar que las personas amen y vivan sus raíces, pero esto claro no es posible sin el interés de las personas.

Agregándole que hoy día lo que permite la movilidad en el orden social o calidad de vida, es el nivel que tengas en la educación, lo que acorta toda esperanza, pues pocas personas renuncian a las comodidades y lujos por personas que no tienen un porvenir seguro.

Yo creo que los pobladores marcan el futuro de su patria, por consecuencia cuando las personas que lo habitan no anhelan más que sobrevivir el día a día, no se puede esperar más que lo que tenemos, lo que hoy vivimos es clara consecuencia de la pérdida de identidad, pues cuando amas tú región, eso te motiva a lograr cosas extraordinarias.

Hoy día México exige un nivel de estudios medio superior, lo cual indica un mayor compromiso y esfuerzo de todos, lo que beneficia al país pero solo a un pequeño grupo de personas. Los que se dedican a la vida del campo suelen estar privados de estas exigencias y a su vez privilegio.

Y esto no cambia mucho en las ciudades, que aunque no carecen de un placer esencial como es el estudio, les falta el coraje y la audacia para renunciar a lo placido y luchar por construir un futuro para el México que dicen amar, en cambio nosotros que sabes lo que es el esfuerzo si aprovecharemos las oportunidades para hacer algo productivo.

Los citadinos pese a la tecnología e información, pareciera que tienen los ojos vendados y no aprecian que a causa de la falta de apoyo del equipo gobierno-pueblo, el campo está decayendo y con ello aumenta el consumo de productos no nacionales. Si tan solo les interesara algo más que actualizar su perfil.

Esto va de la mano con el gobierno el cual al no apoyar el campo pierde manos interesadas en trabajarlo, no por falta de amor más bien a falta de sustento. Esto provoca que miles de compatriotas salgan a otras partes del mundo en búsqueda de lo que en casa les fue negado.

Y así comienzan los problemas, en su mayoría hombre abandonan el campo, abandonan sus familias y se aventuran en lo que puede ser su perdición. Unos se quedan en el intento, otros con algo de suerte logran encontrar trabajo. Yo por mi parte pase algo así:

-Originario de Pollono Chiapas, y radicando en Ciudad de México, llegue un 23 de julio hace ya 2 años, tome la decisión al verme solo entre el cuerpo sin vida de mi padre tras meterse al negocio del zapote , esa plantita que te hace olvidar lo apretado del día. Los ojos vacíos ya sin alma de mi santa madre, todo por quedarse en casa a cuidar que no le fueran a cobrar el último surtido de zapote, me los pasaron a matar.

Ya ni llorar es bueno

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