La Gestion De Las Relaciones Colectivas
ep12310 de Noviembre de 2014
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UNIDAD II
EL MUNDO PERCIBIDO POR LOS SENTIDOS SINTÉTICOS.
• Diferencias y relaciones entra la belleza, arte y la estética.
La estética es la rama de la filosofía que tiene por objeto el estudio de la esencia y la percepción de la belleza, "ciencia que trata de la belleza de la teoría fundamental y filosófica del arte. La estética estudia las razones y las emociones estéticas, así como las diferentes formas del arte.
La Estética, así definida, es el dominio de la filosofía que estudia el arte y sus cualidades, tales como la belleza, lo eminente o lo feo ; La belleza es una característica de un ente real, imaginario o ideal cuya percepción constituye una experiencia de placer, revelación de significado, o satisfacción.
La belleza es estudiada como parte de la estética, la sociología, la psicología social y la cultura. Como creación cultural, la belleza ha sido muy comercializada. Una belleza ideal es una entidad que es admirada o posee características ampliamente atribuidas a la belleza perfecta en una cultura particular.
En su sentido más profundo, la belleza puede engendrarse a partir de una experiencia de reflexión positiva sobre el significado de la propia existencia. La belleza existe por sí misma, que es una manifestación delo Absoluto, de lo Perfecto, de la Idea, de la Voluntad, de Dios, pero también, la belleza es solamente un placer especial que sentimos en ocasiones, sin tener para nada en cuenta el sentimiento de las ventajas que puede producirnos.
El fin del arte es la belleza, que ésta se conoce por el placer que proporciona, y que el placer, a su vez, es una cosa importante por el solo hecho de ser un placer. Resulta de esto que las innumerables definiciones.
• Las características y elementos de la situación estética, las propiedades del objeto estético.
Para que un objeto exista estéticamente es preciso que se relacione con un sujeto concreto, singular que lo use, consuma o contempla de acuerdo de acuerdo con su naturaleza propia: estética, mientras no es consumido o contemplado, solo es estético potencialmente.
El objeto necesita del sujeto para existir, de la misma manera que el sujeto necesita del objeto para encontrarse en un estado estético.
Lo que existe en verdad es la experiencia estética que provoca el objeto, o el estado o actitud que se engendra en la relación concreta, singular, con ese objeto.
• Las condiciones necesarias a satisfacer por el sujeto de la relación estética.
La relación en qué consiste la situación estética se caracteriza por el papel específico y preeminente que en ella desempeña la porción del objeto por el sujeto.
La percepción ordinaria se da cuando entra en relación singular, sensible e inminente con un objeto, la percepción requiere la presencia sensible del objeto y la correspondencia (sensorial) del sujeto.
Se muestra una experiencia psíquica más compleja, que se percibe no solo de manera sensible sino se imagina, se siente y piensa.
El sujeto que percibe un objeto es siempre un individuo concreto y percibir es asimismo un acto individual determinado por experiencias de la vida personal, es selectiva puesto que no todos los datos son percibidos.
La percepción estética comporta el conocimiento concreto, sensible, singular e inmediato de toda percepción, en la percepción estética como en la ordinaria.
Las condiciones por factores objetivos y subjetivos (psíquico, individual, histórico, social y cultural,) entran en esa situación y se comportan estéticamente.
La percepción se halla determinada por el medio correspondiente y por ello aunque es necesario como medio, no se ocupa, a lo largo de la relación correspondiente, un lugar esencial o central, puede percibirse como una función instrumental, un objeto estético.
LA SITUACIÓN ESTÉTICA
EL OBJETO
En este capítulo se examina como la relación entre un sujeto individual (espectador, oyente, lector) y un objeto concreto, singular (paisaje natural, producto artesanal, artefacto técnico o industrial, artículo usual u obra d arte). Nos referimos, pues, a la experiencia vivida por un sujeto en un momento dado y al objeto que es correlato necesario.
Los dos términos de esta relación concreta, singular, constituyen una totalidad o estructura peculiar que llamaremos situación estética. Como en toda estructura, sus elementos, así como la totalidad de que forman parte, solo existen en su unidad y dependencia de que forman parte, solo existen en su unidad y dependencia mutuas.
Para que un objeto exista estéticamente, es preciso que se relacione con un sujeto concreto, singular, que lo usa, consume o contempla de acuerdo con su naturaleza propia: estética. Por consiguiente, mientras no es consumido o contemplado, solo es estético potencialmente. El sujeto, a su vez, solo se comporta estéticamente cuando entra en la relación adecuada con su objeto. El objeto necesita del sujeto para existir, de la misma manera que el sujeto necesita del objeto para encontrarse en un estado estético.
La situación estética se halla condicionada por diversos factores. Podemos hablar de factores objetivos cuando han de darse necesariamente en el objeto para que el sujeto pueda entablar una relación estética con él, y de factores subjetivos cuando constituyen condiciones necesarias para que el sujeto pueda entrar en esa relación con el objeto correspondiente.
Veamos los factores objetivos, aclarando primero que por objetivo entendemos aquí lo que es independiente del acto concreto, singular de percibir, o de relacionarse con el objeto; por tanto, se trata de factores o condiciones que se dan en el objeto, aunque no sea percibido o contemplado.
Entre ellos figuran ciertos factores físicos sin cuya presencia no podría mostrarse a los sentidos del sujeto el objeto estético. La luz que ilumina, por ejemplo, la superficie de un cuadro, una escultura o un paisaje natural, son absolutamente necesarios para que un espectador pueda percibir visualmente esos objetos.
Un factor físico importante es igualmente la condición acústica de la sala de conciertos en la que la orquesta ejecuta determinada obra musical, como lo es también la calidad del sonido emitido por los instrumentos con que es ejecutada.
Así, pues la relación estética con el objeto de nuestros ejemplos, se halla condicionada necesariamente por factores físicos; es decir, sin ciertas condiciones físicas, de luz o sonido, esa relación se volverá imposible para el sujeto.
Entre los objetivos, hay que destacar también ciertas características o propiedades específicas, que no se dan en todo tipo de objetos, y que hacen posible que el sujeto pueda entrar en ellos en relación peculiar que llamamos estética.
Sin estas características propias del objeto, al igual que sin los factores objetivos antes señalados y sin los cuales no podría darse su aparición, el sujeto no puede entrar en determinada situación estética.
Veamos los factores subjetivos igualmente necesarios para que el sujeto pueda entrar y encontrarse en una situación estética. Son de diverso género. Señalemos, en primer lugar, los de carácter psíquico. Cierto interés por el objeto o atención a él son indispensables. El desinterés total o la indiferencia plena ante la existencia del objeto, cierra las vías de acceso a su contemplación estética.
Este interés o esa atención pueden ser provocados directamente, antes de entrar en relación con el, o indirectamente por las sugerencias de conocedores o críticos que ya han mantenido con el objeto una relación estética.
O también pueden ser suscitados por experiencias estéticas anteriores del sujeto con respecto a otros objetos del mismo creador o de la misma tendencia, aunque el interés o la atención a la obra pueden ser despertados, al contrario, por la ruptura que anuncia con el sistema de convenciones estéticas o código artístico conocidos. En suma, la relación estética con el objeto solo se da si el sujeto se interesa por el objeto y está atento a él.
El objeto estético tiene en primer lugar una existencia física; o sea, posee necesariamente cierto sustrato físico. El objeto estético no puede prescindir de ese sustrato físico y desaparece como tal cuando desaparece físicamente.
La relación en qué consiste la situación estética se caracteriza por el papel específico y preeminente que en ella desempeña la percepción del objeto por el sujeto. Es indispensable, pues, señalar sus rasgos esenciales. Pero, antes de ello, veamos los propios de la percepción ordinaria, ya que definitivamente aquella tiene a ésta en su base.
La percepción ordinaria se caracteriza por seis rasgos esenciales que se señalan a continuación:
1. Percibir es entrar en una relación singular, sensible e inmediata con un objeto. Singular: el sujeto que percibe, como el objeto percibido, es singular. Se percibe un objeto determinado, concreto, individual, y no un objeto abstracto.
2. La percepción no se reduce a una actividad sensorial, sino que constituye una experiencia psíquica más compleja. No puede
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