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La Historia De La Mujer


Enviado por   •  17 de Octubre de 2012  •  2.656 Palabras (11 Páginas)  •  588 Visitas

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La mujer: historia, discriminación e igualdad

Los hombres y las mujeres además de las diferencias físicas tenemos también cerebros química y estructuralmente diferentes, por esto pensamos de distinta manera, abordamos los problemas de manera diferente he interpretamos nuestras experiencias de manera subjetiva. Pero estas diferencias en la naturaleza nos han hecho ser diferentes también socialmente.

A lo largo de la historia se ha visto como la mujer ha sido marginada y discriminada de manera humillante, pero también vemos como existieron algunas que dejaron huellas importantes por sus valores y su inteligencia, en la actualidad incluso, hombres y mujeres vivimos en igualdad de condiciones al menos en la mayor parte del mundo, sin embargo, tuvieron que darse acontecimientos importantes para poder conseguir esto, y aún así, nos conseguimos con que las mismísimas leyes espirituales, que son proclamadas por los dioses alabados por las principales religiones (como lo son el cristianismo, el budismo, el judaísmo, el islamismo), y de las cuales no nos podemos zafar tan fácilmente, incluso esas leyes nos discriminan.

Si nos remontamos a las épocas más antiguas de la prehistoria podemos decir que hay afirmaciones de que existieron formas de organización matriarcales en las que la mujer era dominante por sobre el hombre y esto era importante ya que los nómadas vivían en promiscuidad y sólo era posible establecer la descendencia a través de las mujeres, por lo que estas dominaban las sociedades. Sin embargo, sin nos vamos a la época del neolítico en el que el hombre comienza una forma de vida sedentaria, nos encontramos con que la base de la sociedad era el clan que agrupaba varias familias, los clanes de una misma región llegaron a asociarse para mutua defensa y ayuda. Así fue como surgió la tribu, predivida por un jefe común.

Puesto que la defensa para la supervivencia vino a ser algo fundamental y un trabajo que debía ser cumplido por el hombre, éste comenzó a ganar más dominio por sobre la mujer, con la medida del tiempo en que la humanidad se fue expandiendo y requiriendo de ordenes políticos que le permitieran equilibrar su economía, se establecieron status sociales en los cuales se les asignaba el poder a ciertas personas, por su puesto, sólo hombres y éste era sobre todo hereditario

Tomando como referencia una de las civilizaciones mas antiguas e importantes de la historia encontramos un claro ejemplo del poder de sucesión en la monarquía absoluta y hereditaria de Egipto, en la que el faraón sólo podía ser hombre, no obstante podemos encontrarnos algunas excepciones como se dio el caso de Cleopatra VII, sin embargo, incluso ella tuvo que hacer muchos sacrificios (como casarse con su propio hermano menor) para lograr llegar al trono.

Para comprender mejor el nivel de dureza del hombre contra la mujer, podemos describir una de las maneras mas eficaces que se utilizaban hasta hace pocos siglos para conseguir la dominación de la mujer, se ponen en juego toda una serie de mecanismos que la reprimirán para auto convencerla de su inferioridad y de su natural sumisión al hombre. Para que deje de ser persona se le anulan distintas facetas de su ser, y una de las más reprimidas, en parte debido a la capacidad de la maternidad, es la sexualidad.

La represión de la sexualidad femenina está enfocada a la anulación del deseo y placer erótico. Esta represión tiene distintos grados, que pueden ir desde la sutil, pero eficaz manipulación psicológica (desconocimiento del cuerpo, inculcación de sentimientos de vergüenza y culpa…), a la aberrante mutilación física de órganos sexuales. Estos procesos consiguen que el único acto sexual permitido en el sistema patriarcal, el coito, sea algo traumático y doloroso, tanto mental como físicamente. La mujer así condicionada rehusará el contacto, asegurándose el hombre de esta forma la paternidad biológica de los hijos de ésta y, por otro lado, que la maternidad sea fruto de la imposición de un acto no placentero ni deseado. Así, la mujer, programada para vivir en una sociedad patriarcal, pare sin deseo y con dolor, al tiempo que se aparta de ella a la criatura en el momento del alumbramiento para cortar el deseo y la producción de hormonas que regularía el acoplamiento madre-hijo.

La anulación de la mujer también se dirige a negar sus capacidades intelectuales o de raciocinio. No permitiéndole el desarrollo intelectual se la encierra en el ámbito doméstico, donde su función será la crianza de los hijos y la satisfacción de las necesidades del hombre. “Al ser una criatura inferior, carente de razón, que se deja llevar exclusivamente por la emotividad, es un ser que necesita la tutela del varón”. Así pasa de la dominación del padre al control del marido, sin oportunidad para desarrollar su capacidad de decisión.

La mujer no poseía ningún derecho sobre propiedad o la herencia. En asuntos domésticos carecía de derechos sobre sus hijos e incluso sobre sí misma. De hecho, podía ser puesta a la venta o abandonada por su marido arbitrariamente. No tenía opción al divorcio aún siendo víctima de abuso por parte de su marido. Las mujeres no eran respetadas como esposas, madres o hijas. Por costumbre, a las hijas se las consideraba inútiles y a menudo se les asesinaba al nacer. La educación que recibían era escasa o nula y no disfrutaban de voz ni voto en asuntos religiosos, al considerarse su capacidad limitada en el ámbito intelectual y espiritual.

Gran parte del trabajo de adoctrinamiento en el orden patriarcal lo han desarrollado las instituciones religiosas. Éstas manipulan al hombre para que se crea y actúe según el papel de dominador que dios le habría otorgado, reprimiendo y condenando los actos de la mujer que no sean la obediencia y la sumisión al mismo hombre, que a su vez debe obediencia a una instancia superior a él. Así podemos ver como las religiones han discriminado a la mujer.

Encontramos en citas bíblicas, mujeres sin derecho a expresarse. "Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación."(1 Corintios 14: 34 & 35)

El matrimonio con el hombre a la cabeza. Algunos pastores y sacerdotes en la actualidad predican la "igualdad de condiciones entre los cónyuges", pero si han de seguir su doctrina de Sola escritura nos encontramos que la Biblia no apoya la igualdad entre las partes:

"Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras

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