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La Intencionalidad


Enviado por   •  10 de Octubre de 2013  •  1.629 Palabras (7 Páginas)  •  534 Visitas

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LA INTENCIONALIDAD (Resumen)

En mi resumen la intencionalidad es un término filosófico que se refiere a la propiedad de los hechos con referencia de la mente (o hechos psíquicos) por los que ésta indica, hace referencia o se dirige a un objeto (externo o interno). Es un tema que ha tomado relevancia desde la segunda mitad del siglo XX, y está en la raíz de la corriente fenomenológica, y, más tardíamente, está presente también en la filosofía del lenguaje y de la mente.

La intencionalidad en la Edad Antigua

Se encuentran breves y tangenciales referencias a ella en filósofos antiguos, en los que este término latino se usa sobre todo para el estudio de la voluntad. Este tema hunde sus raíces en la filosofía griega -particularmente Aristóteles-, y llega a la Europa medieval, como muchos otros temas, a través de pensadores árabes. También se encuentra un cierto interés por la intencionalidad en el neoplatonismo.2

Agustín de Hipona (354-430 d.C.), en "La dimensión del alma" utiliza una formula similar a la que siglos más tarde usaría Brentano para definir la intencionalidad. Para encontrar la definición de sensación, pone dentro de un diálogo, en boca de Evodio, frases como la siguiente: «Si me preguntaras qué experimenta (...) el que desea, el deseo; qué el que teme, el miedo; qué el que goza, el gozo». 3 Para definir esta realidad, Agustín no utiliza el término latino correspondiente a intencionalidad, que reserva para los actos de la voluntad.

La intencionalidad en la Edad Media

El filósofo árabe Avicena nos proporciona una consideración sobre lo mostrado a la conciencia como tema específico de estudio. Se trata del ejemplo del hombre volante, suspendido en el aire, que no recibe sensaciones de ningún tipo. ¿Qué tipo de pensamientos, si es que los tiene, se dan en este hombre volante?, se pregunta Avicena. No obstante, no postula el conocimiento como relación o contenido intencional.

El fraile dominico Tomás de Aquino se cuestiona sobre la intencionalidad del conocimiento desde dos puntos de vista: primero, ontológicamente, se pregunta por el ser del conocimiento en el hombre: el esse intentionale (ser intencional); en segundo lugar, por la manera en que las formas en el conocimiento se identifican con la forma presente en la sustancia que el hombre conoce. Tomás de Aquino no parte inicialmente del estudio de la conciencia, para dar después un salto hacia la realidad natural, sino que da por supuesto que el hombre tiene acceso al conocimiento efectivo de las cosas, es decir, no se trata de un conocimiento inmanente. Al ser un autor anterior al desarrollo de la filosofía de la conciencia, no se preocupa por dar una definición de intencionalidad o justificarla.

Manuscrito medieval de un texto de Tomás de Aquino.

Este autor medieval entiende la realidad física según el punto de vista llamado hilemórfico, y sólo desde esa perspectiva se puede comprender su concepto de intencionalidad. Las cosas tienen como principios la "materia" y la "forma". El hombre, al conocer, adquiere la forma de las cosas, no su materia. Las facultades cognoscitivas del ser humano están hechas a la medida del mundo, de modo que pueda acercarse a ellas conociéndolas. En este contexto, Tomás de Aquino introduce el término ser intencional, es decir, que la “forma” de las cosas está presente ("es") en la mente del hombre de modo que indica o se dirige a la realidad material de la cual se tomó la “forma” conocida.4 De este modo, la parte intelectiva del hombre tiene, en cierta manera, la capacidad de convertirse en todas las cosas, pero no de manera real, sino intencional, pues posee la forma de lo que ha sido conocido. Tomás considera también la intencionalidad según se refiera a las cosas materiales, lo sensible, que es individual y concreto, o las intelectuales, las ideas, que son universales.5 Entiende la intencionalidad como relación (de las formas: la conocida y la que se encuentra en el objeto o cosa), que le permite no postular una duplicación en la mente de lo conocido. Es decir, concibe el conocimiento como una posesión intencional de lo conocido.

La intencionalidad en la Edad Moderna

Hasta la llegada de la filosofía de Descartes, que pone el conocimiento en el centro de la investigación filosófica, no era necesario preguntarse sobre la intencionalidad, que se aceptaba implícitamente.6 Al cambiar el modo de concebir la aproximación del hombre, o bien, de la conciencia, al mundo, se diluye la intencionalidad. El cogito ergo sum de Descartes es un pensamiento que no requiere objeto para ser postulado. Pues, según explica Husserl -entre otros- el conocimiento que la conciencia tiene de sí misma, se da en concomitancia con la percepción que ésta tiene de lo conocido, y no de manera aislada o independiente de ese conocimiento.

El filósofo irlandés Berkeley, que profesa un idealismo parcial (y por tanto, podría decirse, una intencionalidad parcial), niega la trascendencia del conocimiento sensible, pero acepta la capacidad de conocer objetos inmateriales, o corpóreos.7

Immanuel Kant niega la posibilidad del conocimiento humano de las cosas, tanto de su esencia, como de su existencia (que, en todo caso, es pensada, pero

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