La Planeación Urbana En México
Yarumas8 de Enero de 2014
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LA PLANEACIÓN URBANA EN MÉXICO
Lic. Miriam G. Leos Gottdiener
Las ciudades de manera prioritaria requieren de un esquema de planeación que permita a las autoridades competentes y a la ciudadanía, asumir el rumbo del desarrollo de su comunidad hacia una imagen objetivo, siempre a favor de una mayor y más ágil integración regional y del desarrollo urbano como promotor del bienestar colectivo (Pradilla).
La Planeación urbana en México se puede remitir al año 1933, pero no fue hasta los años 70's cuando el gobierno federal reconoció la necesidad de institucionalizar la planeación urbana reformando el Artículo 27 Constitucional, promulgando la Ley General de Asentamientos Humanos y creando la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas. Desde entonces se han tenido avances significativos, sin embargo, es necesario reconocer que aún se está muy lejos de tener el control de los problemas urbanos, los que cada vez parecen más graves y más difíciles de conducir.
Pero ¿qué entendemos por Planeación Urbana?, se podría decir que esta trata de generar condiciones apropiadas para el desarrollo de sus habitantes bajo condiciones de incertidumbre. Aunque esto no le haría justicia al término, ya que es una definición muy limitada
La planeación urbana resulta ser una tarea muy compleja, de acuerdo a Emilio Pradilla Cobos (La extinción de la planeación urbana, 2005) la cual se entiende como el proceso público –estatal o participativo- dinámico de prefiguración y regulación del desarrollo futuro de la compleja trama de procesos y relaciones económicas, sociales, culturales, ambientales y territoriales que constituyen la estructura urbana.
Es decir que la planeación urbana se considera como un proceso continuo y permanente de análisis de la situación actual y de previsión de los escenarios futuros para el desarrollo de los asentamientos humanos con las siguientes características:
- Identifica y dimensiona los problemas de la ciudad
- Prevé los requerimientos urbanos futuros
- Propone una estrategia acordada para el crecimiento de la ciudad a corto, mediano y largo plazo
- Define prioridades de atención
- Guía a autoridades y particulares a modificar la ciudad con orden, sustentabilidad y equidad.
Si bien en nuestro país, no es un secreto que la planeación urbana ha mostrado debilidades de origen y que muchas de ellas han alcanzado niveles críticos que se manifiestan en los aspectos cotidianos de todas las ciudades del país.
La razón de estos problemas tampoco es un secreto, pero no es tan evidente y es compleja en el sentido de que la explicación es multidimensional. Incluye un marco jurídico eminentemente pasivo, que no está diseñado para provocar la intervención oportuna y pertinente de los actores urbanos; la fragilidad de las instituciones relacionadas con lo urbano; las lógicas de actuación derivadas de grupos de interés que subordinan el interés general; la debilidad en la formación de recursos humanos y la obsolescencia del modelo racional comprehensivo que sigue dominando el pensamiento de la planeación urbana en México. Algo que denota las limitantes de la planeación urbana en él país se refleja en la política de vivienda (por mencionar alguna), ya que esta se ha mantenido desarticulada de la planeación, dando lugar al desarrollo de grandes unidades habitacionales dislocadas de la estructura urbana. Lo que ha producido altos costos sociales, ambientales y públicos.
La renovación en la planeación urbana, debe de partir del marco jurídico y del fortalecimiento institucional como eje articulador, así como del compromiso mismo de los responsables de la política urbana del país y los actores públicos y privados para que construyan y ejecuten efectivamente la planeación. Así mismo la planeación urbana en México debe de enfocarse hacia la gestión y el desarrollo de instrumentos que la apoyen.
LA PLANEACIÓN URBANA EN EL SIGLO XXI
No hay duda que la complejidad urbana de la ciudad del siglo XXI ha puesto en evidencia las debilidades de la planeación urbana tradicional tanto desde la perspectiva disciplinaria, como desde el ámbito de la acción pública. A lo largo del mundo surgen cada vez más evidencias de que el estilo de planeación urbana vigente debe renovarse con el objeto de dar respuesta a las exigencias de los nuevos espacios urbanos y sus habitantes.
Afortunadamente, esta y otras inquietudes que cuestionan la forma en que hemos venido actuando en la ciudad han sido reconocidas por el Programa Hábitat de Naciones Unidas (UN-Hábitat).
En octubre del 2009, la revista "Urban World" (vol. 1 núm. 4) publica un interesante artículo firmado por Naison D. Mutizwa-Mangiza en el que entre otros argumentos, se señala que la planeación urbana del siglo XXI debe renovarse con el objeto de recuperar su papel de instrumento de conducción del desarrollo urbano pero ahora, más que nunca, acompañado de criterios asociados con la sustentabilidad y la justicia social.
Al respecto el autor comenta que el nuevo estilo de planeación urbana debe reconocer y en esa medida, incorporar nuevos elementos que surgen de al menos cinco de los principales fenómenos observados en la ciudad contemporáneo: el cambio climático y la sustentabilidad; el cambio demográfico y la rápida urbanización; los cambios en la dinámica económica; los cambios sociales espaciales, especialmente aquellos asociados con la desigualdad y los cambios institucionales relacionados con la gobernanza y el cambio de roles de los gobiernos locales.
No obstante, el autor reconoce que la planeación urbana poco ha cambiado y que en muchos de los países en desarrollo la perspectiva tradicional persiste por ello, hoy más que nunca es necesario iniciar un proceso de reflexión acerca de los alcances del modelo vigente. Sin duda, esta tarea requiere de una profunda revisión y análisis de sus fundamentos con el objeto de adaptarlos a las exigencias que se advierten a nivel internacional tanto desde la perspectiva disciplinaria como desde el ámbito de la acción pública.
Una de las líneas de pensamiento dominantes en planeación urbana a nivel internacional, conocida como Just City (Ciudad justa), tiene entre sus principales preocupaciones que la planeación de lugar a ciudades más equitativas y con menos pobreza.
La planeación urbana mexicana se ha visto sometida a una parálisis conceptual y metodológica profunda; la reflexión sobre sus bases, sus alcances y limitaciones ha sido pobre; los programas de estudios profesionales y de posgrado en urbanismo en el país no han variado la esencia de su pensamiento en más de 30 años; el marco jurídico es prácticamente el mismo desde 1976 y existe una debilidad institucional, que la hace muy permeable a los intereses de ciertos grupos; se trata de un sector que siendo estratégico para el desarrollo del país se ha mantenido en un profundo letargo.
La práctica de la planeación se ha caracterizado por su carácter mecánico y poco analítico, los planes se han elaborado a partir de guiones generales, que se han convertido en simples formatos, llegándose al grado de reproducir los mismos textos para programas de diferentes ciudades.
Dentro del ámbito de la planeación surge un problema de tensión entre la planeación de vanguardia y la planeación viable en el contexto intelectual, jurídico e institucional de México. El universo de la planeación urbana en México, incluye el marco jurídico legal, el contexto institucional, la capacidad de los recursos humanos, el desarrollo institucional y sobre todo, el pensamiento.
Esto se ha visto reflejado en la elaboración de los planes y programas en el país, ya que estos han sido propuestas técnicamente débiles y desarticuladas entre el planteamiento de la problemática, los objetivos y las estrategias propuestas en ellos. Para modificar esto, lo ideas sería hacer énfasis en la congruencia de los planes y programas, de tal manera que exista una clara articulación entre la problemática que se analiza y las soluciones propuestas.
En referencia a la participación ciudadana en la planeación, la cual es un requerimiento legal, se ha tratado muy laxa e incluso sujeta a manipulación, sacrificando uno de los componentes deseables de esta actividad.
Aunque ya se ha mencionado, no está por demás repetir que ha sido común en materia de planeación en nuestro país la debilidad instrumental, lo que a su vez ha llevado a una incapacidad para incidir en los procesos urbanos a favor de una mejor condición de las ciudades mexicanas; aunado a la falta de congruencia sectorial y de articulación entre los diferentes niveles de planeación, lo que ha llevado a la dilución de las políticas de gobierno y en muchos casos a la franca contradicción y hasta la anulación de propuestas legítimas y necesarias hechas por otros sectores de gobierno o por los niveles superiores de la planeación..
Cabe destacar que el modelo racional comprehensivo que respalda la planeación tradicional en México no es el más eficaz, debiéndonos preguntar entonces ¿Cuál debe ser el enfoque metodológico de la planeación urbana en el país? Sin duda una pregunta mal concebida, porque primero habría que resolver si en verdad existe un modelo metodológico óptimo para México, cuando la respuesta es que no hay una solución definitiva ni para nuestro país ni para ningún otro.
Es necesario entender la lógica del pensamiento en la teoría de la planeación urbana, en el que las críticas al paradigma tradicional, aunque proponen nuevos esquemas sobre
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