La Voluntad en el futbolista

La voluntad del futbolista

Hablar de la voluntad del futbolista, nos conduce irremediablemente a su mundo exterior, a lo que aparece como fruto de esa voluntad, a los actos que lleva aquel deportista que compite en el fútbol, a sus decisiones. No descubrimos y ni descubriremos la voluntad en si misma al margen de lo que ella es capaz de concebir . Sabemos que el futbolista esta decidido a poner en practica las consecuencias de un entrenamiento, pongamos por caso, quiere realizar en el partido próximo los ensayos que el mismo ha puesto en circulación durante toda la semana, o bien no esta dispuesto a practicarlo, se muestra indeciso o inestable, no quiere, en una palabra mostrarse.

Y es precisamente a través de esas resoluciones y de esas vacilaciones como descubrimos la existencia de una determinada voluntad competitiva.

Entonces se asoman las situaciones humanas, esas siempre complejas a sencillos problemas circunstanciales al margen de la totalidad como criterio que preside al razonamiento y a la acción. De igual manera, justifica la reflexión momentánea del jugador ante la situación de partido. Explicare algunos ejemplos de voluntades que enfrenta el futbolista en acción, cada ejemplo tiene un lado positivo y un lado negativo, según la voluntad del futbolista consiga dar respuesta favorable al supuesto competitivo en el que esta inmerso o no acierte con la solución requerida. Sin que sean los únicos ejemplos que existen en la competición y sin pretender reducirlos a muestras universales tenemos:

La voluntad insuficientemente motivada.

En este tipo el futbolista se muestra indiferente, insensible a los acontecimientos deportivos que le toca vivir, escépticos ante cualquier insinuación que trate de animarle, displicente frente a sus compañeros o frente al equipo en general, cumplidor a medias de sus cometidos y en esos casos extremos, generador de alteraciones que podrían dar al traste con la unidad de todos. Esta motivación insuficiente, radica en el sentimiento de vacío que todo hombre experimenta cuando se sabe al margen de la voluntad de los demás.

La voluntad confiada en el valor del grupo.

En este tipo de voluntad, el futbolista actúa sin miedo, porque en definitiva se fía mas de los otros que de si mismo. Sin embargo, podría ser que, al no fiarse por completo de sus propias capacidades y cifrarlo todo o casi todo en la voluntad de los demás, fallara ocasiones claras de gol o de eficacia en general. Confiar en el grupo supone confiar también en que el grupo confía en cada uno de sus componentes.

La voluntad inestable

Fluctúa en medio de continuos altibajos que no permiten el pronostico de sus intervenciones futuras, con decaimientos imprevistos que alteran cualquier programa de trabajo para el o para el equipo, sin apenas continuidad en sus acciones, capaz de lo mejor o de lo peor sin causa justificada. Esta es la voluntad de oportunismos, comodista e insensible a las oportunidades verdaderas que la competición ofrece para triunfar. Si ese miedo alterara de esta forma la personalidad de todo un equipo echaría abajo todos los fundamentos del fútbol, que se definen por su instancia al triunfo. Si se tiene miedo a jugar ¿para que practicar fútbol?

La voluntad detallista

Se pierde en los detalles, retiene el balón hasta lo indecible, se satisface con la belleza intrínseca del juego sin preocuparse de su eficacia. No consigue sus objetivos finales porque se pierde en las evoluciones intermedias. No es una voluntad resolutiva, que es como afirmar que no es una voluntad

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