La definición de deontología jurídica

[pic 1][pic 2]

INTRODUCCIÓN

Para poder entender ampliamente este ensayo, es necesario partir desde el punto en el que explicamos la definición de deontología jurídica.

Ésta “se refiere a los deberes que cada persona tiene consigo misma y con los demás, o sea, es el estudio del deber ser” Ahora, si aplicamos éste término a la abogacía, su definición quedaría adaptada como: son las acciones, comportamientos y valores que debe aplicar el abogado para llevar el ejercicio de su profesión con probidad, teniendo como fin último, el procurar el bien común. [pic 3]

El tema que desarrollaré en este ensayo es de suma controversia, porque para la mayoría de los abogados es algo que causa ruido en nuestras cabezas, ya que no podemos entender, cómo la gente utiliza de salida fácil el generalizar a un grupo, basándose de una persona o un caso en específico, sin tomar en cuenta el esfuerzo o el cambio que intentan hacer los demás.

Hablaré sobre el deterioro de la percepción social de la abogacía, es decir, del cómo cada día las personas nos van viendo como si fuéramos unos individuos “corruptos”, “mentirosos” o “vendidos” en el ejercicio de nuestra profesión.

Al término de este escrito, se propondrá una solución para mejorar la visión que tiene la sociedad con respecto a los abogados, para poder lograr que nuevamente depositen su confianza en nuestras manos, así como para recuperar el respeto que anteriormente generaban las personas que ejercían esta profesión, como por ejemplo, en los tiempo en los que en España, los abogados eran mirados como caballeros y se decía que después de haber estudiado leyes, debían tener el título de “condes”. O también se recordará, cuando en Francia, los abogados se agrupaban en “órdenes” equiparables a las de los caballeros y dignas de la misma nobleza[pic 4]

[pic 5][pic 6]

DESARROLLO

Un tema que no se puede llevar por separado al derecho, es la percepción social* de la abogacía, ya que a los litigantes, de un tiempo para ahora, se les ha juzgado por la sociedad como personas que se olvidan de su ética profesional y que en el ejercicio de su trabajo, anteponen intereses y pasiones propias para poder lucrar excesivamente con sus clientes. Esto puede parecer muy certero a ojos de algunas personas, pero para otras (por ejemplo, los abogados) es totalmente mentira, ya que es una falsa generalización. A pesar de la ambivalencia de actitudes, la posición promedio de la sociedad es negativa ante esta profesión.

¿Qué es lo que ha llevado a la sociedad a formularse una desvalorizada percepción acerca de los abogados? La respuesta a esta pregunta, es que muchas veces se da porque la sociedad dice que los abogados son muy dados a defender cuestiones que van en contra de sus ideales y su ética o porque no aconsejan de la manera correcta a sus clientes, también porque son corruptos, aceptan sobornos, son desleales con sus compañeros, prefieren defender sus propios intereses, ocultar información y ganar más dinero a base de falsedad y manipulación de la ley. Existen otros factores, pero son demasiado subjetivos que no es posible cuantificarlos, pero sí establecer un factor base en el que predomina el hecho de relacionar los actos indebidos en la práctica del derecho, con la deshonestidad y la corrupción.

La imagen de un abogado, no se elabora de la nada, ésta surge de los hechos, las conductas y actuaciones que ellos mismos toman en las diferentes circunstancias que se le presentan en el desarrollo de su profesión, pues está en ellos, actuar buscando un fin social o por el contrario actuar bajo una posición individualista que sólo busca la satisfacción de sus necesidades, el cumplimiento de sus intereses y la estabilidad personal.[pic 7]

No cualquiera puede ser un buen abogado, un abogado de excelencia. Los rasgos de los mejores abogados son: pasión y compromiso con su profesión; diligencia en la atención de los casos que llevan; integridad y honestidad a toda prueba; buen manejo de situaciones de estrés; continua capacidad de aprendizaje, a lo largo de toda su vida profesional.

Es innegable reconocer la importancia del profesional del derecho, sin embargo nos enfrentamos hoy, a una sociedad que está inconforme con el actuar mismo de los abogados. Situación que lleva a cuestionarnos, sobre la percepción real que poseen los ciudadanos en general sobre los abogados, es decir, sobre la imagen que tienen ante la sociedad de hoy, los profesionales del derecho.

No abundan los abogados en los que uno pueda confiar, que sean buenos en el litigio, que cobren precios razonables y que también se sepa que actúen con los valores y la probidad debida.

...