La deuda externa de República Dominicana
vimpas45Resumen7 de Noviembre de 2015
22.724 Palabras (91 Páginas)2.107 Visitas
LA DEUDA EXTERNA DE LA RD
- Que es la Deuda, como se origina y cuantos tipos de Deudas existen?
- Establezca la diferencia entre calidad y cantidad de deuda
- Porque que para analizar la deuda externa de un país no solo es importante evaluar la cantidad sino la calidad de la deuda?
- Cuáles fueron los orígenes de la Deuda externa de la RD?
- Como está estructurada la Deuda externa de nuestro país y como se realizan los pagos?
- Investigue cual es el monto de la deuda externa actual de la RD y cuál es el monto de endeudamiento solo del gobierno de Danilo Medina
- Realice un Cuadro Sinóptico que relacione la Deuda con los periodos de gobierno desde Buenaventura Baez hasta Danilo Medina
- De donde salen los recursos para pagar la Deuda Externa de la RD?
- Cuál es el impacto de la Deuda en nuestra Economía?
LA DEUDA PÚBLICA DOMINICANA, DE HARTMON A LEONEL FERNANDEZ
El cuarto gobierno de Báez se decidió por buscar los recursos que tanto necesitaba a través de un préstamo internacional. Para tal propósito, utilizó a su socio de Curazao Abraham Jesurum para gestionar un empréstito en Estados Unidos, donde no pudo lograrlo. El agente del gobierno dominicano viajaría después a Europa, donde entró en contacto con un aventurero inglés llamado Edward Hartmont, quien le ofertó un préstamo por 420 mil libras esterlinas, equivalentes a casi 2 millones de dólares. Según el contrato con la empresa Hartmont y Compañía, ratificado en junio de 1869 por el Congreso dominicano, el gobierno se comprometía a pagar la deuda en un plazo de 25 años, a un interés de un 6 por ciento anual y pagando de inmediato, por comisión, la cantidad de 100 mil libras esterlinas al prestamista.
Como garantía del empréstito, Báez hipotecó las recaudaciones de las aduanas, los bienes nacionales, las minas de carbón y los bosques del país. Tales garantías significaban la entrega del país a los ingleses. Aparte de los altos intereses y la elevada “comisión” que implicaba ese primer préstamo internacional, con el cual se inició el endeudamiento externo del Estado dominicano, Báez apenas recibió 38,095 libras esterlinas, pues en su desesperación por obtener dinero fresco, el gobierno no esperó que el agente inglés consiguiera la cantidad convenida y autorizó a un banco de Londres a emitir bonos sobre el empréstito dominicano por una suma muy superior. En opinión de César A. Herrera, esa operación representó "la más colosal estafa de que ha sido víctima el Estado dominicano" (César A. Herrera, De Hartmont a Trujillo, p. 15).
Para el gobierno de Báez lo más importante era utilizar los recursos del préstamo en la compra de armas y mantener fieles y contentos a su numerosa clientela política que combatía a los líderes nacionalistas (Luperón, Cabral y Pimentel) que desarrollaban una tercera guerra de independencia nacional llamada “guerra de los seis años”.
La noticia de que Báez había negociado “la operación Hartmont” causó mucho recelo en la persona del nuevo Presidente norteamericano, el general Ulysses S. Grant, ascendido al poder en enero de 1869. La principal preocupación estaba en que el artículo 9 del contrato establecía que si el Estado dominicano no cumplía sus compromisos de pago, el territorio dominicano sería ocupado por una nación europea, aspecto que entraba en conflicto con el contenido de la Doctrina Monroe, de “América para los americanos”.
En la época en que Báez negociaba el préstamo con los ingleses, buscando dinero rápido a cualquier precio, otorgó también una concesión a favor de la firma Prince & Hollester, de New York, para la creación de un Banco Nacional que realizaría todas las operaciones de la banca moderna (hipotecas, cambio, emisión, descuentos y depósitos).
El banco empezó sus operaciones en enero de 1870, pero al no poder cumplir con sus primeras obligaciones, entre ellas, la compra de un millón de “pesos fuertes” en bonos del gobierno, que era la intención oculta del Presidente, el intento por establecer un primer banco de capital foráneo en Santo Domingo terminó fracasando, cinco meses después.
La necesidad urgente de dinero que a diario confrontaba la dictadura baecista la empujó a firmar un contrato de arrendamiento de la península y bahía de Samaná con una empresa estadounidense por 150 mil dólares anuales. "La primera entrega fue recibida en efectivo y armamentos, pero inmediatamente el gobierno gestionó un nuevo empréstito, poniendo en garantía la totalidad de la próxima entrega. Esta negociación se llevó a efecto con Jay Cooke y Compañía, de Nueva York, y sólo pudo concertarse por la suma de 50 mil dólares, al 10 por ciento anual, pagaderos semestralmente. El acuerdo se firmó el 26 de julio de 1970 por el coronel Joseph W. Fabens, en su calidad de Agente Fiscal de la República Dominicana" (Ibídem, p. 28).
Tras la caída del cuarto gobierno de Báez en enero de 1874, los sucesivos gobiernos del país intentaron contratar nuevos préstamos internacionales, pero todas esas iniciativas fracasaron hasta la aparición en la vida dominicana de la Westendor y Compañía.
Los empréstitos con la Westendorp y Compañía
Nuevos préstamos internacionales se hicieron durante la dictadura de Ulises Heureaux (Lilís), iniciada en enero de 1887. El antiguo lugarteniente del general Gregorio Luperón se vio tentado a tomar un préstamo superior a los 300 mil pesos a comerciantes extranjeros radicados en Puerto Plata para comprar a los más importantes jefes militares, seguidores de Casimiro Nemesio de Moya, quien había encabezado una rebelión armada en julio del año anterior en protesta por el fraude electoral que llevó a Lilís al poder por segunda vez.
Y para vencer al general Luperón, que había expresado públicamente su decisión de participar en las futuras elecciones de diciembre de 1888, Lilís envió a Europa a su socio y amigo Eugenio Generoso de Marchena a gestionar un préstamo que le permitiera cubrir los enormes gastos que implicaba mantener la fidelidad de una extensa clientela política, en la que había una amplia red de “calieses” que demandaban dinero para hacer su trabajo.
Según el historiador Frank Moya Pons, "Marchena viajó a Londres y a Ámsterdam y allí se entrevistó con varios grupos financieros, hasta que en junio de 1888 logró un empréstito por 770,000 libras esterlinas al 6 por ciento de interés anual pagaderos en 30 años. De esa suma, el Gobierno Dominicano destinó 142,860 libras para pagar las 38,095 libras recibidas del empréstito de Hartmont que había contratado Báez en 1869; otra parte la utilizó para saldar parte de la deuda interna dejada por los gobiernos anteriores. El resto del dinero lo utilizó Lilís para mantener su nueva maquinaria política funcionando, comprar nuevas armas y uniformes para el ejército, ordenando la adquisición y construcción de barcos de guerra que sirvieran para defender las costas y transportar tropas rápidamente de un sitio a otro del país.
"El empréstito fue contratado con la casa Westendorp y Compañía, de Ámsterdam, Holanda. En garantía por el dinero recibido Heureaux hipotecó a esa compañía las rentas de las aduanas de la República hasta un 30 por ciento de los ingresos. Para el cobro de las cuotas de amortización del capital y los intereses que le correspondían, la Westendorp nombró en el país varios agentes fiscales que se encargarían de retener el dinero que entraba por las aduanas y de entregar al Gobierno Dominicano el resto de lo que se produjera una vez deducido el porcentaje de los ingresos que le correspondían en virtud de lo estipulado. El contrato fue ratificado por el Congreso el 26 de octubre de 1888, y con él comenzó la República a ser objeto de una serie de manejos financieros por parte de Lilís que terminarían arruinándola económicamente y sometiéndola políticamente a los intereses de varias potencias extranjeras" (Moya Pons, Manual de Historia Dominicana, pp. 402-403).
Luperón y los demás líderes azules quedaron convencidos de que las elecciones serían una farsa que buscaban darle apariencia legítima a la nueva dictadura. El caudillo revolucionario, ante la represión desatada por el gobierno contra sus seguidores, retiró su candidatura y volvió a abandonar el país. Desde entonces, Lilís aprendió a organizar “elecciones” cada cuatro años, las cuales sirvieron de “modelo” a futuros dictadores dominicanos. Lilís se juramentó por tercera vez en febrero de 1889. Su régimen tiránico se consolidó definitivamente. El Partido Azul desapareció junto con el liderazgo del general Luperón.
Para 1890, la dictadura de Lilís necesitaba más dinero. Las entradas del gobierno habían mermado mucho. Esa reducción en los ingresos fiscales se debía a que las exportaciones de azúcar y tabaco, que en conjunto representaban el 60 por ciento de los productos exportables del país, habían bajado considerablemente. Los precios del azúcar bajaron en el mercado norteamericano y los del tabaco, que se vendía en Alemania, también. Debido a la reducción de los precios de ambos productos, bajó también su nivel de exportación y se redujeron las entradas aduanales, que eran la principal fuente de ingreso del gobierno.
Las aduanas del país estaban controladas por agentes de la Westendorp, quienes habían creado una Caja de Recaudación llamada La Régié, que administraba y distribuía las recaudaciones de acuerdo a lo establecido en el primer préstamo con la compañía holandesa. De manera que el gobierno dominicano sólo recibía una parte de las recaudaciones, porque el 30 por ciento estaba reservado para amortizar las cuotas del capital y los intereses del préstamo de 770 mil libras esterlinas negociado en 1888 y la parte restante era utilizada para cubrir los gastos de la administración aduanal.
...