ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La función social del profesor


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2021  •  Documentos de Investigación  •  2.203 Palabras (9 Páginas)  •  357 Visitas

Página 1 de 9

La Función Social del Profesor

Introducción

La educación es una herramienta privilegiada de reproducción del orden social, según la más antigua tradición cultural[1]. El hombre es un ser social por naturaleza, se hace o rehace y en la medida en que es educado es evidente que la misión de educar es responsabilidad, de dos pilares esenciales: la familia y la escuela. Si bien en el ámbito de la familia, el símbolo esencial que va a ejercer en las labores tanto educativa como social, son los padres; en el caso de la escuela, el sujeto clave de formación es el docente. Para poder analizar la situación, los docentes que están viviendo en la actualidad, es preciso que realicen una aproximación a las funciones esenciales que han de cumplir y que desarrollan en la actualidad; así como de igual forma, es preciso que presten una atención especial a aquellos factores que, de una manera u otra, están condicionando la práctica docente e irrumpiendo en el buen desarrollo de la formación[2]. Se debe recordar que el docente no es un exclusivo emisor de conocimientos, es también un valioso agente socializador y que, a través de su conocimiento, transmite una serie de valores que van a influir, directa o indirectamente, en la formación de los futuros hombres.

A diferencia de lo que ocurría hace 100 años, en la sociedad actual resulta bastante fácil para las personas acceder en cada momento a la información que requieren[3]. No obstante, y también a diferencia de lo que ocurría antes, ahora la sociedad está sometida a vertiginosos cambios que plantean continuamente nuevas problemáticas, exigiendo a las personas múltiples competencias procedimentales. Por ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar" unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas que, aprovechando la inmensa información disponible y las potentes herramientas, tengan en cuenta sus características y les exijan un procesamiento activo e interdisciplinario de la información para que construyan su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple recepción pasiva de memorización de la información[4].

El profesor desde la función social le corresponde como agente educativo configurar un proceso de socialización en correspondencia con el fin de la educación.  Su función educativa reside en una  orientación por y hacia una concepción del hombre, en dependencia de la cual se orientarán sus acciones educativas. Para cumplir la misión que la sociedad le ha dado, el maestro tiene que poseer un dominio pleno del fin y  los objetivos de la educación. Hay consenso  en que tales finalidades deben orientarse en formar a las nuevas generaciones en la eticidad y  moralidad que nace de las más progresivas y naturales formas de la hermandad y armonía humana, procurando desarrollar la sensibilidad patriótica y plenitud, junto a una concepción científica, integrada y respetuosa del mundo que le rodea[5]. Que estimule la búsqueda de una inserción feliz, soberana y propositiva en el concierto medioambiental, tecnológico y cultual contemporáneo[6].  El profesor facilita, además, contextualizar un proceso educativo desde una participación activa del educando, al potenciar la formación hacia la preparación para la vida en sociedad.  Esto permite una labor articulada entre la escuela, familia y comunidad desde un accionar socioeducativo integral.

Un docente no puede estar ajeno  a la  naturaleza política de la educación[7]. Y en tal claridad saberse poseedor de la oportunidad de ejercer y promover un posicionamiento político. Esta conciencia le permitirá actuar por su propio raciocinio, por sus convicciones y no ser juguete de quienes detentan el poder de fijar fines, objetivos, currículos y programas. Y aquí se abre una primera problemática que todo educador debe saber resolver. La tensión entre su condición de servidor social y la realidad de ser empleado gubernamental o del sector privado. No es el del maestro un oficio de subsistencia económica, aunque este le sirva de sustento. Se trata de un de un condición de fe, un sacerdocio, una  actitud de entrega y elevación del ser humano, es su pasión, su alma y su amor el que se expresa en grado sublime al llamado de su vocación y, sin más, se doblega a su fin de destino en lo universal, la buena educación.

Más allá  de la voluntad de un gobierno o empleador público o privado, cuando el maestro y la maestra cruzan la puerta de su salón de clases y comienza su fiesta de amor y conocimiento, ellos son los que deciden la orientación política e ideológica del proceso de enseñanza aprendizaje, y en tanto direccionan la naturaleza de las relaciones pedagógicas que incentivarán una u otra finalidad educativa.

El profesor en tanto seres sociales y políticos, tienen sus propias posiciones ideológicas, filosóficas y religiosas. Pero en su labor docente deben cuidar la imposición y la manipulación en interés de sus puntos de vista. En plenitud de igualdad, las diferencias  ideológicas, filosóficas, religiosas, culturales, permiten la pluriculturalidad y el  enriquecimiento de las diferencias.

Para cumplir los fines y objetivos de la educación, los docentes trabajan por desarrollar las capacidades intelectuales, físicas y espirituales de sus estudiantes, fomentan en ellos, elevados sentimientos y gustos estéticos, hábitos de conducta diaria, y forjan convicciones ciudadanas y patrióticas, dignificadoras de la condición humana, y de su integración amable y comprometida con el medio social y natural en el que viven[8].

En la labor formativa se precisa, poner en el centro de la educación, la formación patriótica y cívica de los ciudadanos. Hay que educar a la nueva generación en las tradiciones democráticas, culturales y laborales que le son benéficas al hombre. Educar en el criterio esencial de que el hombre y la mujer comparten, protegen y enriquecen el mundo espiritual, la vida material y el entorno idealizado.

En la escuela no es sólo estudiar, no es sólo trabajar, es también crear lazos de amistad, es crear un ambiente de camaradería, es convivir, amar al prójimo, unirse. Hacer un ejercicio constante de comprensión, solidaridad e igualdad. El respeto, la solidaridad humana y ejercicio de una actitud honorable ante el trabajo, resultan cualidades articuladoras del sistema de valores que el profesor y la profesora deben asumir como indispensable ejercicio personal, para educar desde el ejemplo[9].

Un hecho definitivo para la formación ciudadana, está en la propia construcción de las relaciones profesor-alumno y en el manejo del poder que tiene asignado el maestro. Una dirección democrática del proceso, prepara a los niños, niñas y jóvenes, para una relación dirigente dirigidos de ciudadanía participativa y responsable[10].

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (15 Kb) pdf (125 Kb) docx (16 Kb)
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com