Las Llaves Perdidas, Discriminación Indigena

“Las llaves perdidas”

Si México pasa a las finales decimos: ¡ganamos! Si México falla en los penales decimos: ¡que vergüenza de equipo! Si en una clase de historia escuchamos que nuestros antepasados indígenas, los mayas por ejemplo, aportaron grandes conocimientos en cuanto a la astronomía, matemáticas y cultura decimos: me siento orgulloso de ser mexicano. Cuando alguien no comprende lo que le queremos explicar decimos: ¡estas bien indio!, ¡se ve que tienes el nopal en la frente! ¿Qué paradoja no?

Pero, ¿En que momento sucedió? Históricamente a los indígenas se les ha prejuiciado y estigmatizado por su apariencia física, lenguaje, cultura y tradiciones, lo que los ha excluido de la vida en sociedad, de la posibilidad de ejercer sus derechos, y participar en la distribución de las ventajas de la cooperación social. Al llegar los españoles a América, de imponente apariencia, el indígena simplemente agacho su cabeza, su trato fue de esclavo y dicho trato quedó en la memoria colectiva de México que aún en nuestros días se vive.

Pensar que debemos respetar a los indígenas por lo que fueron podría ser un camino incorrecto hacia la tolerancia, pues al indígena actual se le debe valorar, respetar y dar un trato digno por lo que es, por el simple hecho de ser humano pues en la Declaración de Derechos humanos universales estipula que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”

Lamentablemente no es así en México, como lo revela la primera Encuesta Nacional Sobre Discriminación, somos "una sociedad con intensas prácticas de exclusión, desprecio y discriminación hacia ciertos grupos”. Nosotros somos participes en ello, pues la discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido. Esto lo confirma el CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación): la discriminación es el principal problema que reporta la población perteneciente a alguna comunidad indígena, 25 %de los entrevistados aseguran que se ignoran sus derechos por no tener dinero, 20.2 debido a su apariencia física, 19.8 por su edad, y 19.2 por ciento por su género. La muestra aplicada en 13 mil 751 hogares mexicanos indica que la exclusión e intolerancia hacia grandes grupos sociales es el “pan” de cada día.

Si en este momento prendemos la tele en cualquiera de los dos grandes monopolios de telecomunicaciones encontraremos que en sus novelas, de mala calidad, la protagonista (que todos quieren ser) siempre será una joven rubia de clase alta que finalmente se realiza casándose con el galán de la novela, por otra parte, la parte cómica, encontraremos que la criada es una señora de apariencia étnica que con su ignorancia y ocurrencias nos hace reír a todos. ¡Ahí esta la clave!, la percepción del indígena (mujer, ignorante y pobre) se nutre día a día por medio de las mass media que influencian este pensamiento directa o indirectamente a la población que, lamentablemente, interioriza esa idea y la exterioriza en su trato con ellos.

Para pasar al siguiente punto es necesario mostrar los 3 estereotipos de indígenas que la sociedad mexicana percibe:

• Los indígenas históricos: como es referido por las masas “los verdaderos indígenas”, por aquellos que sentimos

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