DISCRIMINACION INDIGENA

DISCRIMINACION Y LUCHA INDIGENA

BAJO EL ESTIGMA DE LA DISCRIMINACION

Los conquistadores del siglo XVI introdujeron en Guatemala un elemento ideológico-social de capital importancia: el racismo. La conquista y la colonia misma fueron presentadas como la acción de una raza superior sobre otra inferior que necesitaba protección. Líderes indígenas guatemaltecos escribieron en 1980 que con la conquista empezó la vida de explotación, desprecios, discriminación y persecución, llegando al colmo de afirmar que nuestros antepasados no eran seres humanos.

El racismo que tiene como base una tendenciosa valorización de las diferencias raciales, reales o imaginarias, se utilizo como un mecanismo para demostrar la inferioridad de la víctima y la superioridad del agresor y de esa forma justificar los privilegios y la agresión del presupuesto “superior” sobre el “inferior”. El racismo es uno de los más acabados símbolos de la opresión.

Uno de los efectos más inmediatos de la conquista fue la aparición de varios grupos raciales: criollos, mestizos, zambos, indígenas; en Guatemala se habla en general de indígenas o naturales y ladinos los no indígenas. Durante casi cinco siglos el sistema sociopolítico ha caracterizado a la sociedad por el origen racial de sus miembros; el ladino es considerado superior y el indígena como inferior. La discriminación racial sigue influyendo de manera determinante en la actual estructura social y económica el país es fácilmente perceptible una línea de continuidad entre la servidumbre, el trabajo forzado y el trabajo asalariado. La oligarquía guatemalteca y sus aliados tienen en la discriminación el elemento de primer orden para perpetuar su situación de privilegio socioeconómico. La discriminación como instrumento y a la vez como producto del sistema sociopolítico, constituye un ingrediente esencial en la configuración de la sociedad guatemalteca.

UNA AGRESION MULTIFORME

Entre los indígenas actuales, que constituyen alrededor del 70% de la población guatemalteca, existe un reducido sector de pequeños y medianos empresarios, que carecen de significación bajo el punto de vista político y económico a nivel nacional y que padecen cierta discriminación de parte de los grandes oligarcas y otros sectores. Otro escaso número de indígenas que tuvieron la oportunidad de estudiar han llegado a vincularse en diversos grados al mundo de los profesionales, intelectuales, burócratas, para ello han debido soportar grandes presiones y humillaciones que a unos los llevaron a renegar de su origen y a integrarse al mundo de sus discriminadores y a otros les provoco un espíritu de rebeldía, búsqueda y defensa de la propia identidad. El indígena es objeto de birla por sus rasgos físicos, por su color, su estatura, su vestimenta, su forma de hablar, su misma religión, herencia de los antepasados, es calificada como brujería o superstición. El racismo ha sido históricamente un pretexto para justificar el despojo y apropiación de la tierra por parte de las capas sociales más poderosas. La población indígena siempre ha sido desplazada y confinada a los lugares menos productivos, para reservarla como mano de obra barata al servicio de los intereses de los grandes terratenientes. La mentalidad racista considera que el indígena solo sirve para el trabajo de la tierra y en ese trabajo solo esfuerzo físico, sin tomar en cuenta su carácter creativo y especializado. A pesar de que la población indígena es mayoritaria su presencia es nula o irrelevante en los niveles de significación política, tanto nacionales como locales. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU en una resolución sobre Guatemala de marzo de 1990 se mostro consternada por la grave situación que han enfrentado las poblaciones indígenas desde tiempo inmemorial, objeto de discriminación y explotación asi como de serias violaciones de sus derechos humanos y libertades fundamentales.

NEGACIÓN DEL SER HUMANO

El racismo es un elemento altamente corrosivo de la conciencia personal y social, en cuanto niega al ser humano en ausencia y posibilidades más hondas y conduce a la destrucción de la persona y a la desintegración de la persona y la desintegración de la comunidad. La práctica discriminatoria humilla al ser humano, le niega prácticamente la categoría humana, pretendiendo reducirlo a un subproducto que raya con lo animal, de esa manera se trata de doblegar a la persona, de neutralizar su capacidad de resistencia, de generar seres alineados, sin conciencia de sí mismos y de sus potencialidades como actores y constructores de su destino. En

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