Las Maras En Centroamerica

LAS MARAS EN CENTROAMERICA.

Las maras, abreviación de marabunta, hormiga devoradora de la Amazonia, los orígenes de las maras se encuentran en la Calle 18 de Los Ángeles, en una banda fundada por inmigrantes mexicanos en los años 60, que muy pronto empezó a aceptar como miembros a cualquier latino. La mara de la calle 18 creció mucho durante los años 70 y 80 por la afluencia de refugiados salvadoreños y guatemaltecos, muchos de los cuales se incorporaron a la mara para sentirse incluidos en un contexto estadounidense que excluía a los latinos.

La seguridad centroamericana en los últimos tiempos está prácticamente muy relacionada con las maras, estas nacen como un fenómeno social de los grupos de inmigrantes provenientes de centroamericanos que residían en Estados Unidos y que fueron deportados, cuando surgieron del interior de estos mismos grupos marginados las llamadas Maras, producto de las políticas de deportación que se implementaron.

Aunque persiste la tendencia de hablar genéricamente de estos grupos como pandillas, la distinción entre pandillas y maras resulta clave. Las maras son un fenómeno con raíces transnacionales, mientras que las pandillas son instituciones nacionales, localizadas, grupos de cosecha propia, herederas de la tradición de los grupos juveniles que siempre hubo en Centroamérica.

Las pandillas centroamericanas actuales son claramente otra cosa son organizaciones colectivas mucho más definidas, que exhiben una continuidad institucional que es independiente de su membrecía, tienen convenciones y reglas fijas, que pueden incluir rituales de iniciación, una jerarquía, y códigos que pueden hacer de la pandilla una fuente primaria de identidad para sus miembros.

Pueden exigir patrones de comportamiento particulares como ropas , tatuajes, pintas o grafitis en la zona que dominan, señales con las manos y un argot, y por supuesto, una participación regular en actividades ilícitas y violentas. Estas pandillas están muy frecuentemente, aunque no siempre asociadas a un territorio preciso y sus relaciones con la comunidad de ese territorio pueden ser tanto amenazantes como protectoras, pudiendo además cambiar de un papel al otro muy fácilmente.

Las maras en la actualidad, son empresas lucrativas que generan grandes cantidades de dinero su principal fuente de ingreso, son las extorsiones a la población que tiene un nivel de vida aceptable dichas extorsiones son de carácter obligatorias y no hay negociaciones razonables, ya que las consecuencias son atroces y letales.

Tienen convenciones y reglas fijas, que pueden incluir rituales de iniciación, una jerarquía, y códigos los países centroamericanos deben y es necesario incluir en los temas de seguridad nacional lo relacionado al combate de estos flagelos también se tienen serios problemas para consolidad todas las instituciones políticas, económicas y sociales para el logro del bien común.

Las maras una vez asentadas en un territorio producen un proceso de inestabilidad que se convierte en dos aspectos: uno de carácter social y otro de carácter político el primero de ellos el aumento de la violencia en los barrios marginales, producto de la polarización social que se produjo en los sectores de más escasos recursos.

La gran mayoría de quienes integran las Maras son personas que viven en la pobreza, desamparados de la sociedad y el gobierno, al vivir en precarias condiciones ven en éstos grupos una salida rápida a sus necesidades, por lo cual es vital entender que jóvenes en estado de vulnerabilidad son atraídos por las Maras para acceder a benéficos a corto plazo.

Las pandillas que azotan América Central, mantienen en zozobra a todos los gobiernos, que se ven obligados a crear leyes con la intención de combatir a los miles de integrantes de estos grupos el porcentaje más elevado de de las maras se concentra en el denominado Triángulo Norte, integrado por Guatemala, El Salvador y Honduras, países caracterizados por la pobreza y la desintegración familiar debido a la migración.

El país centroamericano donde las maras han tomado mayor fuerza y poder es El Salvador, al imponer un paro de autobuses de tres días para intentar impedir la promulgación de la ley que las proscribe, esa ley establece que “son ilegales y quedan proscritas las llamadas pandillas o maras, tales como Mara Salva trucha, MS 13, Mara 18, Mara Máquina, Mara Mao Mao”, y fija penas de prisión --sólo por el hecho de integrarlas-- de siete a diez años para sus líderes y de seis años para los otros miembros. Algunos jueces salvadoreños también han advertido que la ley “no soluciona el problema de la delincuencia.

Las actividades de los pandilleros se suman a las de los cárteles de drogas. Narcotraficantes mexicanos y colombianos tienen desde hace años enlaces a través de América Central, puente para la cocaína que trasiegan desde Sudamérica hacia Norteamérica, lo que ha deteriorado los niveles de seguridad.

El último conflicto armado interno en Centroamérica en terminar fue en Guatemala, y podemos decir que todos los países de la región siguen muy afectados por altos niveles de violencia las tasas de homicidio se encuentran hoy entre las más altas del mundo y los actuales niveles de violencia superan, los que hubo durante las décadas de conflictos armados internos ya que estos conflictos no afectaban a toda la población.

De manera adicional el fenómeno se agrava a partir de la introducción de drogas de amplio consumo como el crack, marihuana,

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