Legilacion Para Mataderos En Colombia

Al analizar la definición de trabajo infantil propuesta por la OIT, en donde se afirma que “Es toda aquella actividad donde con remuneración o sin ella, los menores se ven expuestos a labores que van en contra de su desarrollo integral, y al acceso, a todos los elementos necesarios para su buen bienestar” ; se puede decir entonces con certeza, que durante los últimos años se ha incrementado este flagelo en la ciudad de Cartagena en un 90%, siendo los más afectados los NNA pobres, entre 9 y 17 años, quienes trabajan por obligación para satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia. Lo anterior, porque muchas veces sus padres no logran llevar el sustento diario a sus hogares y esto les exige trabajar, quieran o no.

En este sentido se encuentra, que la problemática mencionada no es nueva y mucho menos ajena a los moradores de los barrios marginales de la ciudad de Cartagena de Indias, en donde la explotación laboral de NNA que viven en los estratos 1, 2 y 3 de la población, se constituye en un fenómeno de desarraigo social, extrema pobreza y desempleo, como quiera que atenta contra sus derechos fundamentales consagrados en la Carta Política colombiana de 1991.

Así pues, este ultraje va en contra de los derechos del niño, normatizados y defendidos a ultranza por el Código del Menor y el Nuevo Código de la Infancia y la Adolescencia, en los que el estado lucha por proteger todo lo que tiene que ver con su integridad física y psicológica, como mecanismo para preservar la organización familiar y consecuente con ello, a la misma sociedad.

En la ciudad es lamentable como los infantes y jóvenes - principales victimas en riesgo de este flagelo - son inducidos por sus padres a la explotación laboral, muy a pesar que ellos deberían ser los directos responsables de su formación integral; sin embargo, estos padres se encuentran inmersos en una sociedad que los afecta y los lleva a una fuerte inestabilidad socio - económica, que les resta posibilidades para brindarles responsablemente a sus hijos, seguridad y garantías para el desarrollo de su personalidad; potencialidades y cualidades que son un derecho fundamental y universal para preservar la vida, tal como lo expresa la Constitución Política de Colombia.

“Esta problemática no es simple, ni reducible a simples expectativas comunitarias, y convergen en él, entre otros agentes, la erosión de la estructura familiar, lo mismo que un detrimento moral de considerables proporciones, que se refleja en la falta de conciencia, compromiso y responsabilidad por parte de los padres para criar y formar a sus hijos. Estos aspectos no solo se dan en los sectores pobres o aislados de los países del mundo tercermundistas, sino también en los países con economía estable” .

En el ámbito socioeconómico y cultural, la explotación laboral de NNA obedece en primera instancia, como se dijo anteriormente, a circunstancias tales como el deterioro de la educación y la crisis en valores que deben impartirse desde el núcleo familiar; pero también a la grave situación económica y de extrema pobreza por la que atraviesa la otra Cartagena (la marginal, la que no conoce el mundo). “Lo anterior atenúa las frágiles bases morales sobre las que se apoyan los hogares de la muestra poblacional en estudio, lo que debilita la confianza básica que existe entre los actores familiares, quebrantando la comunicación y por ende las interacciones socio afectivas e integrales de la misma” .

Por otro lado, la influencia o ausencia de la figura materna y paterna repercute negativamente en la orientación y educación de los menores, ya que los padres provienen de familias en circunstancias adversas y en iguales condiciones disfuncionales, tales como el desplazamiento forzoso, situación de calle, abandono, infracción de la ley, alcoholismo y drogadicción, entre otras,

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