Lenguaje Sexista

¿Está bien traspasar el lenguaje sexista a las futuras generaciones?

Por: Allison Vergara V.

Para quienes somos docentes, cuando ingresamos a la sala de clases nuestras primeras palabras en pronunciar son: “¡Buenos días niños!”, o “¡buenos días alumnos!”; y durante el transcurso de esta, al dirigirnos a nuestros estudiantes, seguimos otorgando concepto equívocos en nuestras acciones y labores cotidianas con palabras como: “alumnos” y “niños”. Esto quizás es porque estamos acostumbrados y crecimos escuchando palabras que generalizan, pero que tienen una connotación masculinas, que discriminan y excluyen a la mujer quitándole espacio e identidad.

Desde tiempos inmemorables, es bien sabido que el lenguaje aparte de ser el encargado de transmitir cultura y un sinfín de experiencias de nuestros antepasados, es también capaz de condicionar nuestro pensamiento, así lo plantea la hipótesis de Sapin y Whorf, quienes dicen: “la lengua determina fuertemente el pensamiento del hablante”, o sea, refleja el pensamiento colectivo, lo que conlleva a transmitir la forma de pensar, sentir y actuar.

El poder generar en nuestros estudiantes un uso no sexista del lenguaje constituye lograr en ellos una igualdad de género, el cual permita valorar a la mujer por sus capacidades y aptitudes y no por su sexo. Un lenguaje sexista invisibilizan a las mujeres, las someten e incluso las humillan, no permite que la mujer sea reconocida por lo que es, hace y pueda aspirar a ser, es decir, la limita.

El transmitir un lenguaje sexista a nuestras posteriores generaciones, permite que nuestra sociedad prosiga en una conducta prejuiciosa que viene de una incorrecta utilización del lenguaje, que perjudica a los hombres y mujeres e impiden que puedan progresar en forma personal e individual, ya que estos se estereotipizan. Si nos paramos a analizar, es de conocimiento, que el estereotipo es la opinión ya hecha que se impone en una persona y dirige las opiniones de los individuos, determinando sus decisiones. Un ejemplo de estereotipo es el que nos dice que: “los hombres no lloran”, lo cual todos sabemos que es una vieja mentira.

El uso del lenguaje sexista solo se detendrá el momento en que la sociedad revierta esa situación y es la escuela quien debiera dar los primeros pasos de este cambio y suprimir esta mala práctica en nuestros educando, influyendo y creando conciencia del buen uso del lenguaje, dándole ejemplos igualitarios, tanto de hombres como mujeres que hayan logrado ocupar un lugar importante en la historia, como son los casos de: Marie Curie, Gabriela Mistral, Eloísa Díaz entre otras.

El poder reflexionar sobre lo que decimos, hacemos y el cambiar nuestras conductas es los que nos diferencia de otras especies. El entregarles las herramientas necesarias y el hacernos cargo de nuestras

propias acciones,

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