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Libertad Humana


Enviado por   •  11 de Agosto de 2013  •  2.650 Palabras (11 Páginas)  •  246 Visitas

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“Libertad humana”

El presente ensayo quiere proporcionar al lector un cuadro básico de lo que el alumno ha tratado de estudiar y analizar acerca del cambio que ha tenido la libertad humana, desde los tiempos más remotos hasta la actualidad. La inquietud y falta de perspectiva que ha tenido este cambio ha provocado nuevas reflexiones sobre la posibilidad de la libertad humana a cargo de mis compañeros de otros grupos.

Para iniciar con este ensayo primeramente debemos tener claro el concepto de libertad. Libertad quiere decir que es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera u otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Se menciona que en la edad media los individuos eran sujetos a una ley, a su dios o dioses. Aparentemente ellos eran libres pero en cierto punto no lo eran porque estaban sujetos a una ley ciega que en si se puede interpretar como justicia divina ya que conforme a sus actos ellos recibían premio o castigo por tal comportamiento; al hablar que no eran libres en cierta forma no se le da lugar a un término de esclavitud porque no es así, al decir que tenían limitada su libertad me refiero a que no podían expresarse libremente ya que tenían temor de faltar a sus creencias a medida de que el tiempo pasaba, estos espíritus, dioses, la naturaleza o el dios aceptado por la religión del pueblo dado, determinaban el estilo de vida de todos los seres; sin en cambio hoy en día se predomina la idea de que las leyes del mercado rigen a la sociedad y dejan un espacio muy limitado a la decisión individual. Pero hay un punto de acción en el que la sociedad, actúa como regidor del individuo, no tiene, si acaso, más que un interés, comprensiva de toda aquella parte de la vida y conducta del individuo que no afecta más que a él mismo, o que si afecta también a los demás, es sólo por una participación libre, voluntaria y reflexivamente consentida por ellos. Bien la libertad está limitada por la sociedad. Cuando digo a él mismo me refiero directamente y en primer lugar; pues todo lo que afecta a uno puede afectar a otros a través de él, por medio de decisiones en cualquier área de nuestra vida y ya será posteriormente tomada en consideración la impugnación que en esto puede apoyarse. Esta es, pues, la razón propia de la libertad humana. Hay que Comprender, primero, el dominio interno de la conciencia; exigiendo la libertad de conciencia en el más comprensivo de sus sentidos; la libertad de pensar y sentir; la más absoluta libertad de pensamiento y sentimiento sobre todas las materias, prácticas, científicas, morales o teológicas. En segundo lugar, la libertad humana exige libertad en nuestros gustos y en la determinación de nuestros propios fines; libertad para trazar el plan de nuestra vida según nuestro propio carácter para obrar como queramos, sujetos a las consecuencias de nuestros actos, sin que nos lo impidan nuestros semejantes en tanto no les perjudiquemos no tendrán porque influir en nuestras decisiones , aun cuando ellos puedan pensar que nuestra conducta es loca, perversa o equivocada, un ejemplo tan sencillo de esto en nuestra forma de ser; nosotros somos como somos y ya pero que pasa en cuanto a los que nos rodean no les agrada nuestra forma de ser ya nos están criticando de cómo vestimos, como hablamos, como nos comportamos etc., entonces por querer darle gusto a las personas cambiamos aunque a nosotros no nos agrade la idea de cambiar solo lo hacemos para que los demás nos acepten ahí no estoy siendo libre de expresarme como yo quiero. En tercer lugar, de esta libertad de cada individuo se desprende la libertad, dentro de los mismos límites, de asociación entre individuos: libertad de reunirse para todos los fines que no sean perjudicar a los demás; y en el supuesto de que las personas que se asocian sean mayores de edad y no vayan forzadas ni engañadas.

Desde mi perspectiva pienso que no es libre ninguna sociedad, cualquiera que sea su forma de gobierno, en la cual estas libertades no estén respetadas en su totalidad; y ninguna es libre por completo si no están en ella absoluta y plenamente garantizadas. La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio, en tanto no privemos a los demás del suyo o les impidamos esforzarse por conseguirlo pero el hecho de decir que no debemos afectar el bienestar de los demás no implica que debemos permitir que influyan demasiado en nuestras propias decisiones, es cierto no nos cae nada mal una que otra opinión de los demás pero la decisión es mia. Cada uno es el guardián natural de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La humanidad sale más gananciosa consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás. nos conocemos perfectamente el mexicano es muy orgulloso entre más nos dicen cómo debemos hacer las cosas no lo hacemos por el simple hecho de que no nos gusta que anden de tras de nosotros, sin embargo cuando hay una plena libertad es como si fuésemos aves en pleno vuelo. Hay también en el mundo una grande y creciente inclinación a extender los poderes de la sociedad sobre el individuo, no sólo por la fuerza de la opinión, sino también por la de la legislación; y como la tendencia de todos los cambios que tienen lugar en el mundo es a fortalecer la sociedad y disminuir el poder del individuo, esta intromisión no es uno de los males que tiendan a desaparecer repentinamente, sino que, por el contrario, se hará más y más formidable cada día. Esta disposición del hombre, sea como gobernante o como ciudadano, a imponer sus propias opiniones e inclinaciones como regla de conducta para los demás, está tan enérgicamente sostenida por algunos de los mejores y algunos de los peores sentimientos inherentes a la naturaleza humana que casi nunca se contiene si no es por falta de poder; y como el poder no declina, sino que crece, debemos esperar, a menos que se levante contra el mal una fuerte barrera de convicción moral, que en las presentes circunstancias del mundo hemos de verle aumentar. La libertad de pensamiento, de la cual es imposible separar la libertad relacionada de hablar y escribir. Aunque estas libertades, en una considerable parte, integran la moralidad política de todos los países que profesan la tolerancia religiosa y las instituciones libres, los principios, tanto filosóficos como prácticos, en los cuales se apoyan, no son tan familiares a la opinión general ni tan completamente apreciados aún por muchos de los conductores de la opinión como podría esperarse. Estos principios, rectamente entendidos, son aplicables con mucha mayor amplitud de la que exige un solo aspecto de la materia, y una consideración total de esta parte de la cuestión será la mejor introducción para lo que ha de seguir. Analizando todos estos puntos

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