Licenciaturas con Calidad

Licenciaturas con Calidad

Muchos son los documentos que afirman que: “Colombia es uno de los países más desiguales de América Latina y el mundo”. Ahora bien,  teniendo en cuenta la premisa de que la calidad de la educación es uno de los factores más importantes para generar calidad de vida y desarrollo, me atrevo a comentar lo siguiente: si la resolución número ### de 2015 en su esencia busca acreditar en alta calidad a los programas académicos de licenciaturas, no podrá apartar de sus intensiones, ni mucho menos desconocer que La educación —conjuntamente con las ventajas geográficas, la riqueza natural y la madurez institucional— es uno de los factores más importantes para el progreso económico regional y nacional (Barro, 1991; Mankiw, Romer y Weil, 1992; Gennaioli et. al, 2013). Aunque la cantidad de educación —medida en años promedio de escolaridad de la fuerza de trabajo, por ejemplo— incide en la productividad y el crecimiento económico de una nación, varios estudios han encontrado que el impacto de la calidad educativa sobre esas variables es mucho mayor.

La educación  en Colombia ha sido sometida a un largo,- extenso diría yo-,  proceso de cambios y transformaciones hasta llegar a la estructura o esquema  como hoy se organiza y funciona; pero ¿quién  o quienes se han encargado de su estudio?, ¿quién o quiénes son los interesados en volver la profesión docente tan poco atractiva?, ¿de qué manera se incentiva a los estudiantes para ingresar a la universidad y hacer parte de la profesión docente?, preguntas como las anteriores se convierten en  la llave maestra que nos conduce  directamente a la pedagogía.

El significado etimológico de la Pedagogía como bien sabemos, nos lleva a la relación establecida con el arte o ciencia de enseñar. La palabra proviene del griego antiguo paidagogos, el esclavo que traía y llevaba chicos a la escuela. De las raíces "paidos" que es niño y "gogía" que es llevar o conducir. Se usaba sólo como denominación de un trabajo, de un oficio: el  del pedagogo que consistía en la guía del niño.

Ahora bien, siguiendo el concepto de básico de ser guía del niño, me asalta la duda, el interrogante en cuanto a ¿qué criterios se tienen en cuenta a la hora de definir un perfil profesional en la labor docente?, cuantos profesionales no calificados y con cualquier otro énfasis encontramos en las aulas haciendo las veces de guías de nuestros educandos, mas por “beneficio político”, por “tranquilidad económica”, que por convicción y vocación.

La resolución que nos atañe en el presente escrito, manifiesta  en cuanto al currículo que debe incluir una practica pedagógica y educativa en la enseñanza, y es en el currículo donde se concreta y articula el enfoque pedagógico de una institución educativa, enmarca los aprendizajes correspondientes a la misión y visión previamente establecidos en el proyecto educativo institucional (PEI), siendo el currículo el timonel, la brújula o en tiempos modernos el GPS, que orienta el quehacer pedagógico de nuestras instituciones educativas.

El currículo  además, debe ser concebido de manera flexible para permitir su innovación y adaptación a las características propias del medio cultural donde se aplica.

Los programas de Licenciaturas en Artes, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, en Pedagogía y en Lenguas extranjeras, tienen inmersos un amplio  campo al igual que sus propios limites disciplinares que contienen nociones, conceptos y teorías dinámicas, así como saberes que permanecen ligados estrictamente a la experiencia, la socialización y a la formación profesional.

Así pues que si lo que se pretende es llegar al umbral de  la excelencia educativa en las Licenciaturas, se debería promover una mayor valoración social de la profesión docente; Incentivar a las instituciones educativas para que los mejores bachilleres accedan a la carrera docente; Mejorar los  estándares en los programas de formación docente, teniendo en cuenta  la práctica y la investigación pedagógica; realizar de manera eficiente el acompañamiento a los docentes a lo largo de su carrera; buscar el  mejoramiento continuo desde las evaluaciones, sin que estas se conviertan en el termómetro de la educación; y además establecer esquemas mucho más atractivos de remuneración que incluyan salarios e incentivos monetarios y en especie.

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