Los Derechos Humanos y la Educación

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO

NUCLEO CARABOBO

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Valencia, Diciembre 2005

         Los Derechos Humanos como tal existe desde que el hombre empezó a concebirse  como “Un Ser Humano” en la extensa dimensión de su significado. La capacidad de codificar el lenguaje, de realizar análisis y abstracciones lo llevó o establecer normas de convivencia sociales que fueron ayudando a evolucionar la raza humana, y su manera de interactuar. Sin embargo, esta evolución no siempre implicó respeto a los derechos de los congéneres, viéndose en la necesidad de constituirse el 04 de Noviembre de 1950 El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, (dos años después de la promulgación de la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948). Este tribunal nace por la necesidad de establecer un órgano de regulación y control para las atrocidades cometidas durante la II Guerra Mundial y en la posguerra, Proclamando los Derechos Humanos, como sagrados, inalienables, imprescriptibles, inherentes a la persona y fuera del alcance de cualquier poder político; aquellos que “el hombre posee por el mero hecho de serlo”.

        La Declaración de Los Derechos Humanos con relación a la Educación, cita textualmente, en su Artículo 26:
“–1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
–2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
–3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”
        
        Con relación a lo tipificado en el artículo antes citado, podemos decir que el cumplimiento básico y textual del numeral primero,  en cuanto a la condición gratuita de la educación primaria, aquí en Venezuela si se cumple. Sin embargo, el rol del estado se había limitado a mantener una estructura que cumplía funcionalmente con esta condición. El gran error consistió en no tomar cuenta “el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos...”, al cual hace referencia el numeral segundo, lo cual constituyó un error fundamental en el fortalecimiento de la condición cultural general y la elevación del gentilicio de nuestro pueblo. Siendo solo la transculturización y la pérdida de los valores autóctonos, lo que nos llevaba de la mano hacia algunos rasgos de evolución, vale decir: “muy americanizados”,  y   cada vez más intrínsecos  en las formas de actuar y de ser de nuestros estudiantes de clase media y media alta, que tenían acceso directo a estos valores. Pero también presente en los sueños de nuestros niños y jóvenes de clase baja, que al ser arropados por una sociedad que daba menos oportunidades para cumplir sus sueños, creció un continuo resentimiento social que los llevaba cada vez mas a desear y odiar la condición del que más tenía.
Hoy la situación ha empeorado porque en nombre de brindar una educación integral, se pretende introducir un adoctrinamiento paulatino dentro de las aulas de clase, que pretende echar raíces sobre el resentimiento social y borrar todo nivel de  comprensión, tolerancia y amistad entre todas las diferentes clases sociales, naciones y religiones. Viendo como el poder de la transculturización, que de ningún modo se podía calificar de 100% positivo, constituía un avance hacia el modelaje de una sociedad más democrática y moderna.
El rol de los padres y los ciudadanos en general consistirá en concientizar que si bien el modelo actual no resulta en lo absoluto positivo, tampoco es la solución volver a lo que se tenía, y mucho menos pesar que antes no estabamos tan mal. Porque sí estabamos mal, y es tanto que íbamos por mal caminos que fue “esto” a donde llegamos. Hay que rescatar los sueños, esos sueños que tuvimos de una patria mejor sin tanta corrupción y en plena democracia. Donde sea la dignidad, el respeto y los valores lo que permita, el desarrollo de una educación integral y la evolución cultural de nuestro pueblo.

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