Los Medios DIgitales

Ramón Salaverría, en el capítulo “características del lenguaje ciberperiodístico”, del libro Redacción Periodística en Internet, sostiene que el llamado Ciberperiodismo -que lo define como el término más correcto en lo que respecta a los periódicos digitales, y todas sus expresiones- se conoce como: “una nueva modalidad profesional del periodismo en general porque modifica los tres procesos básicos en los que se basa esta profesión: la investigación, la producción y la difusión”.

Salaverría da cuenta que el Ciberperiodismo, a pesar de compartir elementos comunes con la de prensa gráfica, la radio o la televisión, posee una identidad diferente con distintas manifestaciones de acuerdo a su soporte. Y de hecho es el soporte lo que determina “los procesos editoriales y lenguajes de cada tipo de periodismo”.

Así, el Ciberperiodismo se caracteriza por la consolidación de una nueva plataforma de difusión a través de redes interactivas, y por Internet, que es el elemento clave en lo que respecta a este nuevo estilo periodístico. A este se lo define como “la especialidad del periodismo que emplea el ciberespacio para investigar, producir y, sobre todo, difundir contenidos periodísticos”.

Otro de los aspectos claves que marca Salaverría en su libro es que en las redes digitales interactivas se produce en primer término la ruptura de dos condiciones clásicas de la comunicación: el tiempo y el espacio. Por eso, afirma que la comunicación en las redes se diferencia por dos aspectos.

Al primero se lo conoce como policronismo en el ciberespacio la comunicación es multitemporal, debido a las múltiples relaciones temporales que se pueden producir entre la emisión y la recepción en los mensajes del ciberespacio. El segundo consiste en la multidireccionalidad, donde la novedad se da a partir de que esos mensajes pueden ser transmitidos de varios puntos a otros y no en forma unidireccional o bidireccional únicamente.

Estas ideas, teniendo en cuenta la redacción periodística en Internet, evidencian que es una práctica totalmente distinta que la prensa escrita. Por eso Salaverría dice que cuando un periodista escribe para la Red debe tener en claro tres claves comunicativas que son: la multimedialidad, la hipertextualidad, y la interactividad.

Estas tres “posibilitan que el lenguaje periodístico se desarrolle en dos sentidos complementarios”: renovación (“permite que el lenguaje periodístico se renueve haciendo lo que ya hacía, pero aprovechando nuevas posibilidades expresivas”) e innovación (“que los cibermedios deben arriesgarse a experimentar con posibilidades expresivas radicalmente nuevas”).

Multimedialidad:

“Es la capacidad, otorgada por el soporte digital, de combinar en un solo mensaje al menos dos de los tres siguientes elementos: texto, imagen y sonido”, afirma Salaverría. Esta característica se produce plenamente con los ordenadores. Así, la condición digital como en la hipertextualidad, se transforma en un requisito totalmente necesario.

Con esto Salaverría dice: “En el caso de la multimedialidad, la digitalización posibilita la composición y posterior recepción consecutiva o sincrónica de los distintos elementos comunicativos”.

Hipertextualidad:

Salaverría define a la hipertextualidad como: “la capacidad de interconectar diversos textos digitales entre sí”. La misma se basa en la tecnología digital para conectar distintos textos entre sí. Con esto, la necesidad del soporte digital se convierte en un requisito imprescindible para referirse correctamente a los hipertextos.

Este consiste en ser un documento polimorfo que se construye articulando o enlazando diversas piezas textuales y/o audiovisuales a través de la tecnología digital que permite relacionarlas. Así, el hipertexto se redimensiona en la “anchura” y “altura” de la página web, dándole lugar a una tercera dimensión: la profundidad.

Interactividad:

“Es la posibilidad de que el usuario interaccione con la información que le presenta el cibermedio”. Salaverría explica: “En su grado más básico, esta interacción puede limitarse a la capacidad de manipular los contenidos informativos. Se produce, por ejemplo, cuando el lector puede elegir por sí mismo el itinerario hipertextual, navegando de noticia en noticia a través de los enlaces”.

Aquí el lector no tiene dominio sobre el contenido, ya que este pertenece al medio, pero sí sobre su estructura: no domina el qué, pero sí el cómo. Esta es, podría decirse, la forma más básica de especificar a la interactividad. Pero los autores holandeses Bordewijk y Van Kaam, clasifican a la interactividad según la capacidad de manipulación que adquiere el usuario sobre esos objetos o sujetos:

Interactividad de transmisión: Propia de modelos unidireccionales, se trata de la interactividad más básica y permite apenas dos posibilidades: activar y cancelar una emisión.

Interactividad de consulta: Se produce en canales bidireccionales, en los que el usuario, además de aceptar o cancelar una emisión, puede elegir una opción entre un menú de posibilidades.

Interactividad conversacional: Este grado de interactividad es propio de canales tanto bidireccionales como multidireccionales, en los que el lector puede convertirse no sólo en receptor sino también en emisor de mensajes para otros destinatarios. Ejemplo: el correo electrónico.

Interactividad de registro: Este último nivel de interactividad se alcanza cuando un medio es capaz de registrar información de los usuarios y adaptar automáticamente, conforme a esos datos o preferencias, su formato y contenidos.

Con respecto a las TECNICAS DE REDACCION CIBERPERIODISTICA el autor dice que, escribir bien en la Red sigue siendo en esencia lo mismo de siempre: ser capaz de elaborar textos claros, precisos y amenos. Sin estas cualidades, cualquier mensaje periodístico en internet será un fracaso, por mucho que aproveche la hipertextualidad, la interactividad y la multimedialidad.

Antes de escribir

La redacción de cualquier texto respeta ciertas etapas. La composición de un texto siempre lleva a aparejadas tres frases principales: la precomposición, la redacción y la revisión. A veces estas etapas se solapan entre sí, pero existen. El uso de ciertas aplicaciones y recursos digitales puede resultar de gran ayuda al escritor en cualquiera de esas tres etapas.

La documentación digital

El periodista no es un usuario convencional de los recursos documentales. Por razón de su profesión está obligado a manejarse de manera especializada con los recursos de información en cualquier ámbito y, cada vez más, en internet. Dominar las fuentes digitales y los métodos de investigación en la Red.

Además, desde una perspectiva específicamente redaccional, la posibilidad de interconectar mediante el hipertexto documentos digitales previamente hallados en la Red multiplica las posibilidades documentales de los cibermedios. Enlazando hiperdocumentos, el periodista puede imprimir gran profundidad documental a cada una de sus informaciones, sin necesidad de sobrecargar el texto de contenido. Puede satisfacer tanto al lector poco interesado, como al muy interesado. Incorporar mediante el hipertexto documentación digital aporta credibilidad. Ahora bien, el periodista debe cerciorarse de que el sitio web cuya información esta reseñando es fiable.

Disponer a la distancia de un clic de documentos originales digitalizados puede dar pie a otro efecto perverso: el plagio. Este pirateo no solo afecta a los textos, sino también a las imágenes, los diseños e incluso los códigos de programación. Los periodistas que escriben para los cibermedios sean muy conscientes de las reglas deontológicas en el uso de la información que circula en la Red. Pueden resumirse en 2: - siempre que sea posible, y sobre todo cuando se trate de documentos íntegros, en lugar de copiar, remitamos al lector al documento original mediante un enlace. – si por alguna razón debemos insertar parte de algún hiperdocumento en nuestro texto, añadamos siempre un enlace a la fuente original.

Como se ve, la información procedente de la web se ha convertido ya en un elemento documental básico de cualquier información, tanto en los cibermedios como en los medios tradicionales.

Técnicas de precomposición

La etapa inicial de documentos ha permitido recopilar información diversa. Sin embargo, no toda documentación puede incluirse en un texto periodístico. Esta limitación continúa en los medios tradicionales, los cibermedios son más benevolentes. Los medios digitales no constriñen la información en un espacio prefijado, así que los periodistas pueden extenderse tanto como estime oportuno. Los cibermedios, ofrecen un espacio editorial mucho más elástico que los medios clásicos. El hecho de que un cibermedio permita publicar contenidos informativos y documentales sin límite no garantiza que los lectores estén dispuestos a leer todo cuanto se les ofrece. La mesura documental y la jerarquización informativa siguen siendo imprescindibles. Para esta labor de precomposición textual, el periodista cuenta con dos técnicas especialmente sutiles: la regla de las cinco w y la tormenta de ideas.

Las cinco w

La regla de las cinco w es una de las primeras redaccionales que se enseña a todo aprendiz de periodista. En su formulación moderna, exige responder en el texto informativo a seis preguntas esenciales: quien, que, donde, cuando, como y porque.

Un periodista actual no puede dar por zanjada la labor de investigación y documentación con la mera respuesta a esas famosas seis preguntas; quedarse en eso, como

...