Los cuatro principios que se relacionan con el factor fred

“Haz de Cada día una obra maestra”- Joshua Wooden

“Hagas lo que hagas hazlo bien”- Abraham Lincoln

“El sermón más eficaz, se predica con la vida no con los labios” – Oliver Goldsmith

“Somos lo que hacemos una y otra vez. Por lo tanto, la excelencia no es una acción sino un hábito” – Aristóteles

Estas sabias palabras nos las han regalado personajes en la historia que han destacado por hacer algo ordinario, extraordinario. Según el famoso conferencista y líder motivacional Mark Sanborn, a través de una experiencia propia, comparte con miles de personas la clave de la satisfacción personal con una breve pero inspiradora historia sobre un cartero que hacia la diferencia en la zona de Washington Park en Denver, Colorado. La vida al “estilo Fred” como nos dice John Maxwell tiene como propósito cambiar por completo la visión de sí mismo, de su valor ante los demás y hacia el mundo. Pero muchos se preguntaran ¿Qué tan cierto es esto? ¿Será que es un libro más de superación personal o de verdad lograra convertirme en algo extraordinario? La decisión es personal y por eso el Factor Fred ilustra diferentes escenarios de la vida cotidiana que denotan un valor digno de todo Fred.

Los cuatro principios que involucran El factor Fred son tan sencillos y fundamentales que todos en algún momento hemos llegado a practicarlos hasta que por diversas razones se quedan guardados y a veces reemplazados por distracciones del diario vivir. Estos principios aplican a todas las personas, desde un CEO hasta un barrendero público. Para ilustrar el primer principio una frase de B.C. Forbes Tiene un ejemplo claro que nos introduce a el: “Produce más satisfacción ser un camionero de primera clase que un ejecutivo de quinta” Definitivamente la posición nuca determina el desempeño sin embargo, el desempeño definitivamente determina la posición en la vida ya que todos, sin excepción, marcamos una diferencia. Este es el primer principio que nos lleva hacia una nueva perspectiva de vida desde cualquier ángulo del que lo veamos, en el trabajo o la vida cotidiana. Cada persona tiene la capacidad de marcar un cambio y de motivar a otros a hacerlo por si mismos no por la empresa, una posición o un salario.

Muchas veces hemos escuchado la famosa frase Nadie es indispensable, pero casi nunca la escuchamos completa; Nadie es indispensable, pero todos somos necesarios. Una persona es valiosa por sus acciones no por su posición, títulos o salario en consecuencia, la clave de la satisfacción profesional es hacer las cosas lo mejor posible, sin reparar en la recompensa. Lo que nos lleva al segundo principio, ya que al hacer un excelente trabajo el resultado afecta a otros de forma positiva o negativa. El éxito se basa en las relaciones. Fred el cartero, logro

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