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Los mercadólogos no creamos necesidades, simplemente aspiramos a Ilenar las que ya están ahí; y esto es una misión imposible.


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2017  •  Ensayos  •  2.147 Palabras (9 Páginas)  •  147 Visitas

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Ese Gran vacío I

Los mercadólogos no creamos necesidades, simplemente aspiramos a Ilenar las que ya están ahí; y esto es una misión imposible.

Este vacío se ha querido explicar desde varias perspectivas evolucionistas, psicológicas, sociológicas o existencialistas, pero en ningún otro lado se hace más evidente que en Ios síntomas, o para ser más preciso, en las consecuencias y conductas de consumo que provoca.

El intento por Ilenar este vacío es lo que, en buena medida, nos hace ambiciosos, ilusionados, enfocados; y todo esto está bien.

Pero cuando la ambición se convierte en obsesión, cuando el querer es tan fugaz que pierde valor, cuando la inmediatez elimina la satisfacción, cuando en el afán desmedido por Ilenarnos acabamos más vacíos; entonces hemos perdido la batalla de nuestra propia voluntad y hemos terminado atrapados en una recurrencia adictiva que no nos deja reflexionar ni cuestionar.

Este vacío genera por lo menos tres tipos de experiencias: ansiedad, relacionada a no saber qué pasará ni cuándo; ambivalencia, simultaneidad de valores y fuerzas en contradicción; ambigüedad, entidades y eventos que son varias cosas al mismo tiempo.

Estas 3 A's, como les llama, Hollis, Director del C. G. Jung Educational Center de Houston, tienen frente a sí diversos grupos de personas:

1. Está el primer grupo que ni se desgasta pensando en un concepto como el de las 3 A's, que son felices y tienen su Vida resuelta. En apariencia todo lo tienen bajo control y gozan de plenitud.

2. Está el segundo grupo que reconoce la tensión y la tolera o, mejor aún, la gestiona porque intuitivamente sabe que la frustración genera crecimiento, porque aprecia el fruto de la contradicción de fuerzas, porque le da para desarrollar Ios recursos personales y poder Iidiar con el siguiente conjunto de retos.

3. Está el tercer grupo que no lo tolera y/o que se siente rebasado, diferente, alienado. Este grupo se siente perdido sin la certidumbre y sin las respuestas binarias; no acepta el misterio ni el vacío como condición de Vida Sino como algo que les pasa sólo a ellos y que debe ser corregido a como dé lugar.

En esta lucha individual y solitaria, este último grupo termina por sumergirse en alguno de los siguientes síntomas, características o conductas:

1. - Materialismo 2. - Hedonismo 3. - Narcisismo. 4.- Fundamentalismo. 5.- Experiencias extremas. 6.- Fuga por entretenimiento

Quizá la mayoría de nosotros estamos en un grado o en otro, en un momento o en otro, desplazándonos entre los seis. Lo relevante es evaluar el valor de escape que representan cuando Ios incorporamos y nos fusionamos totalmente en ellos.

Es que al fusionarnos y perdernos en un síntoma nos hacemos propensos a caer en la adicción, o en la militancia fanatizada, y quedamos temporalmente librados de la responsabilidad de cargar con nosotros mismos; en el mismo grado de la dilución de nuestro Ser parecieran estar resueltas la ansiedad, la angustia, la ambivalencia.

El materialismo quizá sea la más fácil de reconocer en función de lo que llamo el Síndrome del Pino de Navidad. Como niños nos la pasamos desenvolviendo regalos y tan pronto abrirnos el primero, buscamos eufóricos el siguiente. El que ya abrimos, ya pasó: Lo vimos, lo tocamos, los estrenamos, y el que sigue, rápido por favor. Lo abrimos y el que sigue; los abrimos y el que sigue. ¿Se acabaron? Es que yo quería más, es que yo quería uno mejor, es que yo quería el azul, es que yo quería uno como el de mi hermanito, buuuaaahh.

Queremos un auto pequeño, luego uno mediano, luego uno grandote, luego uno de carreras y así sucesivamente. Primero un teléfono celular barato y básico, luego uno con cámara, luego uno con video, luego uno con todo, fluorescente y así sucesivamente. .

Ese gran vacío Il

El nombre de Narciso tiene un origen mitológico y la historia cuenta que era un joven hermosísimo ensimismado en su belleza que un día, al mirar su reflejo en el agua, se enamoró de su propia imagen.

Extrapolando el término, el narcisismo se relaciona a la conducta de mirar sólo a uno mismo sin tomar en cuenta los demás. Se trata de individuos que, en el fondo, se tienen en escasa consideración y que buscan constantemente admiración y atención.

En otro sentido más psicológico, buscan una forma de compensar la imperfección y la carencia que viene desde la infancia. Tienden a desarrollar fantasías irreales de poder, dinero, éxito, belleza o amor ideal.

En la necesidad de salvaguardar su imagen, el narcisista se preocupa no sólo del aspecto exterior, Sino también de no mandar mensajes de debilidad y fragilidad. Se muestra seguro de sí mismo, unas veces arrogante y otras reservado, pero en realidad está obsesionado por la crítica de Ios demás y por la aprobación social.

Esta persona está atrapada en la apariencia y en la reputación. Libra una batalla silenciosa, y muchas veces sin darse cuenta, donde su visión, su conducta, su posición existencial, están determinadas por Ios demás; esto eventualmente le resulta agotador, estéril y frustrante.

Existe en el narcisista una inagotable sed de admiración y adulación, lo que lo incapacita para poder reflexionar, pensar, accionar. Vive más preocupado por su drama personal y el reconocimiento de su persona, la eficacia y utilidad de sus acciones.

Respecto a sus patrones de consumo, si les da por la apariencia física, suelen ser clientes asiduos de gimnasios, spas, clínicas de rejuvenecimiento, cremas, sustancias para bajar de peso y pueden sorprender con diversos cortes de pelo, pupilentes de colores, ropa extravagante; Si les da por el lado de su valía personal, pueden ser víctimas de vendedores astutos que les encuentran el modo, desde astrólogos, estilistas, coaches personales, hasta los aduladores de profesión que les sacan favores a cambio de los constantes piropos; en relación al trabajo se rodean de gente de menos capacidad y presencia, para que no los opaquen, y se pueden pasar una Vida entera quejándose de que "no encuentran gente".

Ese gran vacío III

Desde milenios confundimos el placer con la felicidad y esto puede ser desorientador.

Es a partir de este momento que la humanidad empieza a caer en la polarización, quedando subordinada la ciencia y, para el caso, cualquier otra cosa, a la fe y a la salvación. En pleno oscurantismo se exacerban las guerras santas, prejuicios y asesinatos.

En 1143 en Toledo, bajo Ramón de

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