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Los valores específicamente políticos y Síntesis de la conferencia de Emilio Lleidó


Enviado por   •  19 de Mayo de 2016  •  Trabajos  •  3.105 Palabras (13 Páginas)  •  145 Visitas

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Ciencias políticas

Trabajo sobre los valores específicamente políticos y Síntesis de la conferencia de Emilio Lleidó

Grupo: DECRIM

Fecha de entrega: 13.04.2016

El análisis presentado a continuación se formará a partir de la concepción dela acción clásica, básica, weberiana para explicar los valores específicamente políticos: Libertad, Solidaridad y Justicia.

Brevemente, para aclarar el concepto de acción social clásica weberiano debemos de entender que este concepto abarca una acción dotada de una significación subjetiva (valores) y que presenta una orientación hacia los demás/el exterior y por ello se convierte en una finalidad concreta.

Para que la acción pueda estar dotada de un valor, el sujeto no puede carecer de racionalidad ya que esta le aporta el sentido común. No obstante, se ha de diferenciar la razón del valor debido a que la razón es un comportamiento y un pensar universal, al contrario del valor, ya que éste se adquiere mediante la enseñanza y el aprendizaje y por lo tanto es infinitamente diverso e inexistente sin la transmisión del mismo.

Por ende y en suma, las acciones sociales son aquellas que se desarrollan en la esfera pública y en las que el componente finalista impregnado de los valores prevalece sobre el componente racional.

Entendido esto, y percibiendo la libertad como un valor podemos hablar sobre el carácter positivo y negativo de este. No obstante, se ha convertido en un lugar común contraponer libertad negativa y libertad positiva, como si se tratara de dos tipos de libertad diferentes.

Por un lado, la libertad negativa como “la ausencia de obstáculos, barreras o restricciones mediante la cual se dispone de acción” y por otro lado, la libertad positiva como “la posibilidad de realizar algo según la decisión propia y/o colectiva”. Así pues, al primer concepto le corresponden los factores externos y al segundo los factores internos.

En cuanto a la libertad positiva y los factores internos, tal como explica Berlin, existe un “yo” dividido. Uno se guía por las pasiones e instintos y el otro por la razón, la reflexión y es capaz de la acción moral, así el primero es el “yo inferior” y el segundo el “yo superior”. Por esto, un individuo es libre cuando el “yo superior” o racional ejerce el control y no es esclavo del “yo irracional”. Además, Berlin entiende que hay individuos más racionales que otros y que, por lo consiguiente, pueden saber mejor lo que conviene a sus intereses racionales y a los demás, a los cuales han de ayudar a desarrollar su “yo racional”. Prosiguiendo con este hilo de pensamiento, este autor llega a concebir el “yo” más amplio que el individuo hasta representar un todo social orgánico (“una tribu, una raza, una iglesia, un estado...”) por lo que los verdaderos intereses de los individuos han de identificarse con los intereses de este todo.

Precisamente esta ideología es criticada por los defensores de la libertad negativa que se concentran en la esfera externa en la cual interactúan los individuos fomentando una esfera de acción dentro de cual el individuo es el soberano de sus acciones, y dentro de la cual puede perseguir sus propios proyectos, sujeto sólo a la limitación de respetar la esfera de los terceros. Es decir, se oponen a que el “yo superior” ha de ser un órgano social y representante de “un todo” y defienden la individualidad y autodirección, autogestión y autorealización de los individuos siempre y cuando respeten esa misma esfera de los demás.

Bien, teniendo claro estas distinciones problemáticas, se ha procedido a intentar definir la libertad en un concepto único mediante la convergencia de las dos vertientes anteriores. Así, Gerarld MacCallum propone como solución llegar a un concepto básico de libertad mediante la identificación de un sujeto que es libre de ciertas condiciones que le impiden hacer o llegar a ser ciertas cosas. Por lo tanto, la libertad es una relación triádica donde cualquier afirmación sobre la presencia o ausencia de libertad en una situación determinada hará ciertas presuposiciones sobre uno de éstos tres componentes: el sujeto, lo que se considere restricción o limitación y lo que se considere un propósito que el sujeto.

Pasando al valor de la solidaridad, primeramente se ha de hablar de la fraternidad ya que es el origen de este valor. La noción clave del concepto fraternidad es el amor en el sentido filosófico antiguo. Este a su vez procede del éros de ascendencia platónica. No obstante, este sendero conceptual trae consigo la autárquía ya que en él se entiende; que el hombre es capaz de conocer el bien y capaz de orientar su vida acuerdo con ese bien, por lo que entra en un estado donde prescinde de cualquier otro ser o amigo. Debido a ello, Aristóteles, llega a plantear el concepto téleia philía cual se traduce en “amistad perfecta”. Aquí es donde la relación con otros se entiende como una acción ético-social, que se da sin intención de obtener una ventaja instrumental o intereses del otro sino “por el otro mismo”, es decir, por el aprecio de la identidad del amigo. La identidad de las personas viene explicada por Aristóteles como el carácter cual es da como resultado de las acciones del individuo. En otras palabras, el hombre existe o es merced de su actuar y obrar. Por lo tanto, el carácter es auntomodelable ya que viene a ser de las elecciones deliberadas del hombre. No obstante, no todo hombre y no siempre actúa deliberada o meditadamente, por ende, no todos los hombre tienen esa virtud y consiguientemente las personas no virtuosas son arrastradas por otras dando lugar a un “ser múltiple”, no individual, un ser vicioso. Aristóteles argumenta que los viciosos, al contrario de los virtuosos, no pueden realizar en sus relaciones con los demás una unidad ya que ellos mismos no se presentan como hombres individuales. Al contrario el hombre virtuoso puede ciertamente identificarse con sus acciones y está unitariamente integrado y por eso mismo puede hallar la unidad con otros individuos virtuosos como él.

Ahora bien, ¿para qué es necesaria la amistad?. Aristóteles lo explica de la forma siguiente; es necesaria porque es imposible llegar a la virtud (de realizar acciones deliberadamente y formar así el carácter y llegar a ser un individuo de unidad), también entendida como felicidad y acercamiento a la autarquía, sin la ayuda, participación o concurso de los otros. En otras palabras, los otros pueden ayudar al individuo a verse reflejado para tomar conciencia de “propio yo”

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