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Los valores y la calidad educativa


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2019  •  Ensayos  •  1.404 Palabras (6 Páginas)  •  165 Visitas

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TITULO: La mejora continua de la educación.

TEMA: “La educación en valores y la calidad educativa”.

Quienes estamos inmersos en el ámbito educativo o quien tenga relación con este, tiene por entendido que la educación es un proceso bilateral que genera una disyuntiva entre la enseñanza y el aprendizaje. Ahora bien, enseñar no solo concierne a los docentes de las instituciones educativas, es una práctica que involucra a la sociedad en general. La educación como proceso no es una actividad que esté definida por un procedimiento o manual en específico, más bien, se entiende como un proceso cíclico de mejora continua que requiere reestructurase periódicamente, articularse y reintegrarse constantemente para dar soluciones a las necesidades que se vayan presentando en la sociedad. La ciencia, la tecnología y la evolución cultural son aspectos importantes a considerar para poder avizorar el futuro de las próximas generaciones (Schmelkes, 2004), preocupante por cierto, ya que las niñas, los niños, los adolescentes, las y los jóvenes hoy se encuentran atravesando una crisis social en el ámbito valoral que no solo ha perjudicado profundamente la parte socioemocional de todos ellos, sino también su desarrollo dentro de la misma sociedad. Una triste realidad es que las competencias o habilidades en el ámbito socioemocional que los jóvenes tuvieron que aprender y madurar en sus años de educación básica, no se consiguió, ni mucho menos se perpetuo en los jóvenes de hoy. En la actualidad se les puede observar a los jóvenes en general con deficiencias de sentido común, desorganización, falta de valores, falta de ética y la falta de límites entre otras más. La sociedad, los maestros y padres de familia están preocupados por que sus hijos hoy no cuentan con estas competencias; la familia es el primer contacto con la educación, y si en esta institución social no cabe la razón de educar a sus hijos, delegan completamente esta tarea a la escuela. Y es verdad que la escuela es parte de este desarrollo socioemocional, pues va implícito en la práctica educativa. Existen muchos colegas docentes que estamos realizando nuestro trabajo en las aulas; pero con estas deficiencias, me queda claro que no todos estamos comprometidos. Somos nosotros los maestros quienes practicamos y hacemos la educación; pero al estar presentes estas deficiencias, queda por entender que las estrategias, los métodos, las técnicas, la didáctica en general de la educación, de los conocimientos que transmitimos carecen de calidad. Es por ello que citando a  Dutch (1997) en Ortega “denomina, una crisis de “transmisiones”. No hemos encontrado todavía los modos adecuados que nos permitan transmitir a las jóvenes generaciones las claves de interpretación de los acontecimientos que han configurado nuestra historia personal y colectiva”. En este sentido, es imperativo comenzar con la búsqueda de una mezcla correcta entre la realidad social y el desarrollo en el aula que permitan aterrizar sobre todo en la práctica social los conocimientos y las habilidades de la convivencia social. Pero no solo la escuela atraviesa este problema, sino los jóvenes con relación a la crisis social en el ámbito valoral es preocupante. Hablar de educación de calidad, implica educación integral, educar en, y con valores. Sylvia Schemelkes (2004), sostiene que no puede haber educación de calidad, sin formación valoral (desde el punto de vista académico), ya que hablar de calidad educativa, implica primero, el aprovechamiento escolar y segundo, la transformación de las actitudes, aptitudes, y habilidades cognitivas de los individuos para el bien común de la sociedad (juicio moral) de forma gradual. La calidad educativa y la educación en valores se vinculan entonces para desarrollar individuos integrales que demuestran y desarrollan características positivas para la inserción correcta en el ámbito social, esta premisa debe de conceptualizarse bajo principios éticos, morales y sociales. Un punto importante a favor lo presenta Delor’s (1994), sostiene que la educación debe de estructurarse en 4 pilares fundamentales del conocimiento; el saber, el saber hacer, saber convivir, y el “ser”; este último es la esencia fundamental que engloba las 3 anteriores, sin embargo los 4 pilares convergen entre sí, dando paso al ciudadano como miembro de la sociedad, con conocimientos prácticos y cognitivos que tendrá para la vida. Es la convivencia social entonces una competencia para la vida que permite a los individuos insertarse, entender y comprender la maquina social. Otro punto a destacar, es la culturización de la convivencia social. Murguey (2005) menciona que “la educación es un proceso que se asimila al contexto sociocultural y es un hecho que ocurre permanentemente por la condición y voluntad del hombre y de los pueblos de ser y hacerse, de dignificarse y construirse, de elevarse y transformarse…”, entendemos esto como la construcción social según el contexto natural de desarrollo. En este sentido, hablando  en términos de universalidad, se entiende que el conocimiento es eso, universal; y no debería de contextualizarse, pues se denigra el concepto, antes que evolucionarlo o revolucionarlo. Hay conceptos en materia de convivencia que los individuos deben tener presentes en cualquier territorio, que son específicos y que su significado no cambia, es decir; por un ejemplo: la amistad; hablando de este valor en específico, por concepto general se sujeta  a la convivencia sana y pacífica entre pares o individuos de la sociedad, y no hay un aspecto cultural que determine su conceptualización. Más bien, se participa en la parte contextual cuando se introducen de por medio modismos o patrones regionales que transforman la visión de esta acción en específico, es para la región entonces, una forma de ver bien a alguien o dignificar el saludo y darle un sentido que en muchas ocasiones pierde la especificidad del concepto en cuestión.. Schemelkes (2004), menciona que todo está correlacionado. Primeramente, la escuela no debe de perder su función socializadora, debe formar con ética en los procesos sociales, políticos, económicos y culturales, y todo esto con armonía. Se debe de introducir a los individuos en estos planteamientos como una respuesta a la práctica social, formarlos valoralmente, hacerlos participes en procesos que les permitan construir criterios de referencia colectiva. Al respecto, Latapí en Schmelkes (2004) sostiene que hay que plantear exigencias de naturaleza ética en los planteles educativos: “la necesidad de reforzar comportamientos sociales responsables entre los jóvenes, la creciente relevancia de los derechos humanos y de los interés de la ecología y, más recientemente, los alarmantes signos de descomposición de nuestra moral política, llevan a maestros y padres de familia a exigir que la escuela vuelva a asumir su función de formar en los alumnos valores humanos, criterios éticos y la capacidad de usar responsablemente su libertad…”.Hoy el individualismo es una corriente social dentro de nuestra realidad, y afecta a gran escala y lastima la fortaleza de la sociedad: la unidad y el fin común. Ruiz (2005), menciona “La descomposición de lo social y la apelación al individualismo, como principio de una nueva moral, han debilitado casi todas las estructuras de acogida (familia, escuela, iglesia) que, en otros tiempos, aseguraban al individuo protección, reconocimiento y afecto.” Estamos ante un principio moral que tiene como guía una sola dirección personal, entiéndase como una sola voluntad sumada a una transformación que solo beneficia a esa voluntad. Se ha perdido el interés colectivo, y se apuesta por la atención personal. La escuela debe comprender que es formadora en todos los sentidos y todos los lugares, toda escuela forma, todo maestro forma, todo currículo forma en valores (Reimer, en Schmelkes, 2004). La formación en valores es tan importante como cualquier materia del currículo. No debemos perder de vista la formación social. Debemos motivar a que se construya una sociedad sana y hacerle ver a cada individuo la realidad que atraviesa, para que este de manera conjunta contribuya a su transformación social y de su contexto de manera positiva. Fortalecer los ámbitos de educación socioemocional, la formación cívica y ética e informar de manera correcta y oportuna los deberes y derechos podrán facilitar el desarrollo de este ámbito educativo. Considero que educar en valores, es valorar a los demás. “La educación siempre se dirige hacia algo valioso, y no se puede educar sin valorar. Los fines de la educación son valores en sí mismos”. (Schmelkes, 2004).

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