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Lógica de la argumentación

sabado1234Informe29 de Agosto de 2014

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Lógica de la argumentación:

• ¿Cómo pueden las pretensiones de validez, cuando se tornan problemáticas, quedar respaldadas por buenas razones?

• ¿Cómo pueden estas razones ser objeto de crítica?

• ¿Qué es lo que hace que algunos argumentos, y con ello razones que resultan relevantes en relación con alguna pretensión de validez, más fuertes o más débiles que otros argumentos?

En el habla argumentativa pueden distinguirse tres aspectos, considerada como proceso, como procedimiento y como producto.

Como proceso se trata de una forma de comunicación infrecuente y que se aproxima a condiciones ideales. La situación ideal de habla se refiere a las condiciones generales de simetría que todo hablante competente tiene que dar por suficientemente satisfechas en la medida en que cree entrar genuinamente en una argumentación. Los participantes tiene que presuponer que la estructura de su comunicación excluye toda coacción, ya nazca de fuera de ese proceso ya del proceso mismo.

Bajo este aspecto la argumentación puede entenderse como una continuación con otros medios de la acción orientada al entendimiento.

Como procedimiento se trata de una forma de interacción sometida a una regulación especial. Hay una división cooperativa entre oponentes y proponentes. Los implicados:

- tematizan una pretensión de validez que se volvió problemática,

- adoptan una actitud hipotética, fuera de la presión de la acción y la experiencia,

- examinan con razones si procede reconocer o no la pretensión defendida por el proponente.

Como producto, los argumentos son los medios con cuya ayuda se obtiene un reconocimiento intersubjetivo para la pretensión de validez que el proponente plantea por de pronto de forma hipotética y con los que una opinión puede transformarse en saber.

Estos tres aspectos pueden relacionarse con el canon aristotélico.

La Retórica se ocupa de la argumentación como proceso.

La Dialéctica de los procedimientos pragmáticos de la argumentación.

La Lógica de los productos de la argumentación.

Según sea el aspecto bajo el cual se considere a la argumentación, las estructuras son distintas:

Las estructuras de una situación ideal de habla especialmente inmunizada contra la represión y la igualdad

Las estructuras de competición, ritualizada por los mejores argumentos.

Las estructuras que definen la forma interna de los argumentos y las relaciones que los argumentos guardan entre sí.

Bajo el aspecto de proceso se podría pensar en la intención de convencer a un auditorio universal y de alcanzar para la manifestación o la emisión de que se trate de un asentimiento general.

Bajo el aspecto de procedimiento por la intención de cerrar la disputa en torno a las pretensiones de validez hipotéticas con un acuerdo racionalmente motivado.

Bajo el aspecto de producto por la intención de desempeñar o fundamentar un pretensión de validez por medio de argumentos.

No deja de ser interesante la dificultad para mantener la división entre los tres planos cuando se piensa en "asentimiento de un auditorio universal", "obtención de un acuerdo racionalmente motivado", "desempeño discursivo de una pretensión de validez".

Klein trata de adoptar la perspectiva externa de un observador que describe y explica los procesos de argumentación.

Klein no prescinde del sentido específico de las argumentaciones pero sí de toda valoración objetiva de los argumentos empleados, investigando a éstos desde la faz descriptiva.

El esquema de Toulmin está en cierto modo más próximo a las argumentaciones reales que los planteamientos formales que él critica, pero es un esquema argumentativo correcto. Toulmin no investiga empíricamente cómo argumenta la gente en realidad. Lo mismo se puede decir de Perelman, sin embargo el "auditorio universal" es un concepto central. El objetivo central es averiguar cómo argumentan los hombres en la realidad.

Klein define al habla argumentativa: "Lo que una argumentación busca es recurrir a lo colectivamente válido para convertir algo que colectivamente se ha vuelto cuestionable en algo colectivamente válido".

Por "colectivamente válido" se entiende aquellas convicciones compartidas en un determinado momento por determinados grupos. Borra todas las relaciones internas entre lo que fácticamente es aceptado como válido y aquello que debe aceptarse como válido en el sentido de una pretensión que trasciende todas las limitaciones locales, temporales y sociales: "Lo válido y lo cuestionable son relativos a las personas y a los momentos históricos".

Elimina los intentos de convencer de una dimensión decisiva. Según esta descripción, son razones las que motivan a los participantes en la comunicación a aceptar una determinada convicción, pero esas razones son concebidas como causas opacas de los cambios de actitud.

La descripción de Klein elimina el criterio que pudiera posibilitar una evaluación de la racionalidad de las razones; veda al teórico la perspectiva interna desde la que poder adoptar sus propios criterios de evaluación. Si se limita a las categorías propuestas por Klein, un argumento cuenta como cualquier otro, con tal que lleva a la “aceptación inmediata de una fundamentación”. Klein mismo advierte el riesgo de confundir concepto de validez por el de aceptación porque allí se puede eliminar la verdad y la referencia a la realidad.

La lógica de la argumentación requiere un marco que permita dar razón del fenómeno de la peculiar coacción sin coacciones que caracteriza al mejor argumento.

El dilema radica en que Klein se niega a distinguir entre vigencia social y validez de los argumentos. Los conceptos de verdadero y probable que prescinden de los individuos cognoscentes y de la forma en que adquieren sus conocimientos, es posible que tengan alguna utilidad, pero son irrelevantes para las argumentaciones pues en ellas de lo que se trata es de qué es válido para los individuos.

Klein propone una lógica de la argumentación que investigue los nexos de validez como regularidades empíricas. El objeto de esa lógica sería exponer, sin recurrir al concepto de validez objetiva, las leyes a que están sujetos los participantes en la argumentación incluso contra sus inclinaciones y contra sus influjos externos.

Klein justifica la preterición de la referencia de los argumentos a la verdad, insistiendo en que no todas las pretensiones de validez que pueden debatirse en una argumentación son reductibles a pretensiones de verdad. Muchas argumentaciones no versan sobre enunciados cuya validez quepa decidir según las categorías de "verdadero" o "probable" sino acerca de cuestiones tales como qué es bueno o hermoso, o qué se debe hacer.

El concepto de verdad proposicional es demasiado estrecho para cubrir todo aquello que los participantes en una argumentación pueden pretender validez en sentido lógico. De allí que la teoría de la argumentación deba tener un concepto más amplio de validez que no se restrinja a la verdad.

El planteamiento de Toulmin permite una pluralidad de pretensiones de validez y elige como punto de partida la práctica común de la argumentación. Elige diferentes formas de argumentación: revelar un informe, defender un derecho, poner objeciones a la adopción de una nueva estrategia, etc.

Las argumentaciones se distinguen por el tipo de pretensión que el proponente trata de defender. Las pretensiones varían según los contextos de acción. Para caracterizar esos contextos se pueden establecer correspondencias institucionales, por ejemplo, los tribunales de justicia, congresos científicos, consultas médicas, etc. La diversidad de contextos puede someterse a un análisis funcional y se puede reducir a unos cuantos "campos sociales". A éstos corresponden diferentes tipos de pretensiones y tipos de argumentación. Toulmin distingue entre el esquema general que recoge la estructura de los argumentos y las reglas especiales dependientes del campo que son esenciales para los juegos de lenguaje que representan la jurisprudencia, la medicina, la ciencia, la política, la estética, la economía, el deporte, etc.

Sólo se puede entender plenamente su status y fuerza situando a los argumentos en sus contextos originales y viendo cómo contribuyen a la empresa más amplia que la ciencia representa. Así, los argumentos jurídicos sólo son aceptables si sirven a los fines más amplios del procedimientos judicial y así sucesivamente.

Toulmin trabaja la argumentación como producto investigando la estructura y conexión de argumentaciones sueltas. Después trata de aprehender la diferencia en distintos campos bajo el punto de vista de la institucionalización.

Distingue entre un modelo de organización orientado al conflicto y otro orientado al consenso. En el plano de proceso entre contextos de acción funcionalmente especificados en que está inserta el habla argumentativa como mecanismo de resolución de problemas.

Señala cinco campos de argumentación: el derecho, la moral, la ciencia, la dirección de empresas y la crítica de arte.

Es en la división de campos de argumentación donde

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