MANUAL PRÁCTICO PARA FOMENTAR EL DESARROLLO SOCIOAFECTIVO

MANUAL PRÁCTICO PARA FOMENTAR EL DESARROLLO SOCIOAFECTIVO

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Módulo Desarrollo Socioafectivo

Lorena Tortosa Vicente 2ªA

ÍNDICE[pic 2]

PORTADA…………………………..…………………1

ÍNDICE…………………………..……………………2

INTRODUCCIÓN…………………………………..……3

AYUDARLES A ENFRENTARSE A SUS SENTIMIENTOS……4

OBTENER COOPERACIÓN……………………….………5

OFRECER ALTERNATIVAS AL CASTIGO…………………..6

FOMENTAR LA AUTONOMÍA………………….………...7

DAR ALABANZAS………………………………………8

MURAL ¿CÓMO ACTUA UN BUEN EDUCADOR INFANTIL?.....9

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“EL CLIMA AFECTIVO QUE MEJORA NUESTRA INTERACCIÓN”

El artículo 4.2 del Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, establece que:

"Los métodos de trabajo en ambos ciclos se basarán en las experiencias, las actividades y el

juego y se aplicarán en un ambiente de afecto y confianza, para potenciar su autoestima e integración social."

Cuando las niñas y niños se encuentran a gusto y seguros en la escuela, se implican en su propio proceso de aprendizaje y desarrollo de una manera más positiva, alcanzando mayores y mejores resultados. De aquí la necesidad de que los educadores, procuren la construcción de un clima de afecto, confianza y seguridad para niños y niñas.

Algunos aspectos que justifican esta necesidad son los siguientes:

-Entre los 0 y 6 años, la necesidad de afecto es una necesidad básica primaria, como la necesidad de comer. En este periodo de la vida se construye la identidad personal: para generar un auto-concepto positivo y un adecuado nivel de autoestima. En la escuela infantil un ambiente cálido y seguro les ayudará a relacionarse positivamente con sus compañeros y compañeras y con la educadora o el educador.

-El desarrollo socio-afectivo incluye el desarrollo moral. Las normas deben estar adaptadas a las posibilidades de niños, ser claras, sencillas y flexibles. La finalidad de estas es crear un ambiente de convivencia gratificante. Por otro lado, las rutinas contribuyen al desarrollo de la autonomía personal, el desarrollo moral y al proceso de socialización generando también un ambiente de seguridad.

Como ya sabemos, hoy día hay muchos niños que pasan más tiempo con sus educadores que con sus padres y madres. El educador o la educadora se convierten en un modelo de imitación para niños y niñas durante gran parte del día, aunque las niñas y niños nunca están exentos de las influencias ejercidas por sus familiares e iguales, en este punto conviene recordar la función compensatoria de la escuela infantil.

Para favorecer el proceso de imitación y facilitar el moldeado de la conducta, la educadora y el educador:

-Han de mostrarse comprensivos y afectuosos, para que el niño o la niña puedan ser capaces de identificarse con ellos.

-Es fundamental que mantengan la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen frente a niños y niñas para que puedan asimilar las normas.

-Harán que niños y niñas vivan situaciones y realicen actividades que les ayuden a comprobar los éxitos alcanzados a través de su propio esfuerzo, deben llegar a reconocer el valor que tiene el esfuerzo personal y la necesidad de esforzarse para alcanzar sus objetivos.

MANERAS DE AYUDARLES A ENFRENTARSE A SUS SENTIMIENTOS

1. Escuchar con toda atención.

Puede resultar de lo más desalentador tratar de llegar a alguien que sólo finge escuchar.

Resulta mucho más fácil contarle sus problemas al educador que en realidad está escuchando. Ni siquiera tiene que decir nada; a menudo, todo lo que el niño necesita es un silencio pleno de comprensión.

1. Acepte sus sentimientos con una palabra. . . "Oh". . "Mmm". . . "Ya veo".

A una niña le resulta difícil pensar con claridad o en forma constructiva cuando alguien trata de interrogarla, de culparla o de aconsejarla.

Se  puede  brindar  una  gran  ayuda  con  un  simple  "Oh".  .  .  "um",   o "Ya veo". Las expresiones como éstas, aunadas  a  una  actitud  solícita, son invitaciones para que una niña explore sus propios pensamientos  y  sentimientos  y  posiblemente encuentre   sus   propias soluciones.

1. Hay que darle un nombre a los sentimientos de los niños.

Es muy extraño, pero cuando exhortamos a un niño para que haga a un lado sus sentimientos negativos, por mucha bondad con que lo hagamos, el niño sólo parece cada vez más alterado.

Por lo común, no ofrecemos esta clase de respuesta, porque temen que al darle un nombre al sentimiento, lo único que lograrán será empeorar las cosas. Pero sucede exactamente lo contrario. El niño que escucha las palabras que describen lo que está experimentando se siente profundamente consolado. Alguien ha reconocido su experiencia interna.

1. Concédeles sus deseos en la imaginación.

A veces, el simple hecho de que alguien comprenda que el niño quiere algo hace que la realidad le resulte más fácil de soportar. Pero algo más importante que cualquier palabra que podamos emplear es nuestra actitud. Si nuestra actitud no es compasiva, entonces cualquier cosa que digamos el niño la percibirá como algo falso o como una manipulación. Cuando nuestras palabras están impregnadas de nuestros verdaderos sentimientos de empatía, es cuando le hablan directamente al corazón del niño.

OBTENER COOPERACIÓN

1. Describir lo que veo o describir el problema.

Cuando describimos el problema a los niños le damos la oportunidad de pensar y decirse a si mismos que deben hacer. Resulta difícil hacer lo que uno debe cuando la gente te dice todo lo malo que tienes. Es más fácil concentrarse en el problema cuando a uno se lo describen.

2.Dale información.

En vez de acusar y decir “Quién ha dejado la leche fuera” es mejor dar información y explicar la situación, “Chicos la leche no se puede dejar fuera porque se pone mala”.

Cuando se les da información los niños, por si solos suelen pensar y razonar lo que es necesario hacer.

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