MODELO EDUCATIVO INTEGRADOR Y HOLISTA

MODELO EDUCATIVO INTEGRADOR Y HOLISTA

EDUCACIÓN BÁSICA

PRESENTACIÓN

Hoy, existen las condiciones, como nunca antes, para satisfacer la necesidad de un modelo educativo que a partir de la educación básica, integre y dé rumbo a las estrategias de formación del individuo durante toda su vida estudiantil, con base en un andamiaje definido que establezca los enfoques y políticas educativas, permitiendo y sobre todo favoreciendo, una formación continua, motivadora, atractiva, congruente, sin cambios desconcertantes y desestabilizadores que confundan, inhiban y o frustren las intenciones de los educandos de lograr sus objetivos, al pasar de un nivel a otro, reconociendo la búsqueda de la autorrealización de quienes abrevan en las aulas de un sistema educativo que está obligado a detectar, estimular y favorecer, con todos sus recursos, el pleno desarrollo de las potencialidades de los mismos.

Los foros de consulta nacional para revisar el modelo educativo, arrojarán valiosísimas ideas aisladas, contradictorias unas, relacionadas otras; algunas veces incongruentes, otras veces utópicas, pero todas útiles si se logran polarizar e integrar dentro de un marco de referencia que dé sentido y sustentabilidad a cada una.

La presente ponencia busca aportar ideas en ese sentido, no pretende colocarse por encima de esas valiosas aportaciones, sino por el contrario, impulsarlas y buscar su aprovechamiento verdadero, buscando que entre todos construyamos el modelo educativo que ya es imprescindible si queremos realmente dejar de ser el eterno “país emergente” o “país en desarrollo” y alcanzar el lugar que nos corresponde, a la altura de los esfuerzos que la gran mayoría realizamos a diario para construir nuestro presente y el mañana de nuestros hijos.

JUSTIFICACIÓN

Los desafíos educativos de las últimas décadas, imponen la revisión de los paradigmas en los que sustentamos la formación de nuestros niños y jóvenes. La actual dimensión humana del desarrollo, la formación de las capacidades individuales y cómo deben ser empleadas por las personas, nos obligan a reflexionar en la práctica educativa que realizamos en nuestra nación.

Una institución educativa debe caracterizarse por tener confianza en el ser humano, en sus posibilidades y formar personas comprometidas, críticas, felices, amorosas, creativas, forjadoras de su propio destino y de la comunidad en que viven.

Un verdadero modelo educativo debe considerar e incluir todos los problemas que atañen a la formación de las nuevas generaciones, para a partir de ellos, sin mecanismos de defensa o estrategias elusivas que pretendan justificar lo injustificable, ocuparse de la búsqueda de soluciones. El sistema educativo, de cualquier nación, fue concebido para formar a los educandos y satisfacer sus necesidades de crecimiento y desarrollo y está obligado a responder a esta premisa.

La educación no ha evolucionado con la oportunidad suficiente para mantener el ritmo de los naturales e inevitables cambios de la sociedad, en especial en México, se centra solamente en la información, lo que en realidad no satisface, ni las necesidades de los educandos, ni los requerimientos de la sociedad. Pretendemos atender esas necesidades con herramientas y enfoques de hace siglos.

Se hace necesario el diseño de un modelo educativo que responda a las exigencias de la época actual y que tenga en cuenta las características del contexto mexicano.

DIAGNÓSTICO

Consideramos que la desmotivación de los alumnos, razón de ser de todo sistema de educación, gira en torno al alejamiento de los contenidos curriculares y las necesidades estudiantiles.

Existen múltiples evidencias, tanto prácticas como producto de evaluaciones nacionales e internacionales, que dan cuenta de la urgente necesidad de lograr un cambio de fondo en el “qué”, “cómo”, “cuándo” y sobre todo “para qué”, hacemos lo que hacemos en nuestras aulas, por lo que ya no es posible, ni continuar justificando o maquillando los resultados, ni continuar realizando cambios parciales o aislados a un sistema educativo, que no obstante se encuentra dividido en niveles, sólo por razones de organización, debe buscar participar en el proceso educativo del mismo individuo que comienza en las aulas de preescolar y lo culmina en las de educación superior.

Los cambios que requerimos son, desde el actuar, pensar y sentir de cada uno de los actores (padres y docentes principalmente) del proceso de desarrollo de los educandos, que tiene como piedra angular el aprendizaje (que no la enseñanza, la que es solamente un instrumento, en buena medida secundario, del aprendizaje mismo, reconociendo que el individuo aprende en múltiples momentos, circunstancias y tiempos, muchos de ellos ajenos a la escuela o al enseñante).

Lograr ese cambio es tomar distancia de lo que estamos haciendo en materia de educación, para visualizar y lograr pensar nuestro sistema educativo con un pie puesto en lo que estamos haciendo y otro en lo que deseamos lograr, y

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