MOTIVACIÓN.

APRENDAMOS DE LOS QUE ALLÍ ESTUVIERON

MOTIVACIÓN

Dios para cumplir con su promesa de salvación, se manifestó en la Encarnación, y para ello tuvo que necesitar del hombre, por lo que se manifestó y se realizo en personas especificas para traer la salvación al mundo, para ello te invitamos a que reflexiones y vivas la siguiente actividad.

ACTIVIDAD

Forma cinco equipos para trabajar la actividad, a cada equipo se le dará una hoja con el texto para trabajar en el grupo, pedir al equipo que nombren un secretario.

Leerán el texto que se les asignó y el comentario.

Al terminar de leerlo contestarán ¿De qué manera podemos imitar la actitud de ellos en nuestra Navidad?

Después de compartir, todos con una sola frase sintetizarán sus puntos de vista.

LA VIRGEN MARÍA

Actitud: Disposición a la escucha

Texto bíblico. Lc 1,26-38 y 2, 6-7

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen se llamaba María. Llegó el ángel hasta ella y le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.

Pero el ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no terminará jamás». María entonces dijo al ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?» Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra… para Dios nada es imposible». Dijo María: «Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho». Llegó para María el momento del parto y dio a luz a su primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa.

REFLEXIÓN

María fue fiel ante todo cuando, con amor se puso a buscar el sentido profundo del designio de Dios en Ella y para el mundo. Luego de escuchar el Anuncio del Ángel, María pregunta, ¿cómo sucederá esto? No habrá fidelidad si no hubiere en la raíz esta ardiente, paciente y generosa búsqueda; si no se encontrara en el corazón del hombre una pregunta, para lo cual sólo Dios tiene respuesta, mejor dicho, para lo cual sólo Dios es la respuesta. El ¿Cómo sucederá esto? se transforma, en los labios de María, en un “fiat”. Que se haga, estoy pronto, acepto. Momento en el cual el hombre percibe que jamás comprenderá totalmente el cómo; que hay en el designio de Dios más zonas de misterio que de evidencia; que por más que haga, jamás logrará aceptarlo todo.

El núcleo más íntimo de la fidelidad es la coherencia, el vivir de acuerdo con lo que se cree. Aceptar incomprensiones, persecuciones antes que permitir rupturas entre lo que se vive y lo que se cree. Toda fidelidad debe pasar por la prueba más exigente: la constancia. Es fácil ser coherente por un día o algunos días. Difícil e importante es ser coherente toda la vida. Es fácil ser coherente en la exaltación, difícil serlo en la hora de la tribulación. Y sólo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo largo de toda la vida. Ser fiel es no traicionar en las tinieblas lo que se aceptó en público. La presencia maternal de María es siempre motivo de comunión. Como una madre forma y unifica la familia, así María colabora a la constitución de la comunidad favoreciendo el amor fraterno y la fe en Jesucristo.

COMPARTIR

¿Cómo puedes llevar a tu vida en cosas concretas el ejemplo de la Virgen María en tu búsqueda de la voluntad de Dios?

SAN JOSÉ

Actitud: Obediencia a Dios

Texto bíblico. Mt 1, 18-25.

El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su Madre estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por acción del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto. Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: -José, hijo de David, no temas aceptar a María como esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a la luz un hijo, y le podrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el Señor por el profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrá por nombre Emmanuel (que significa: Dios con nosotros). Cuando José se despertó del sueño hizo lo que el ángel del Señor le había mandado: recibió a su esposa y, sin tener relaciones conyugales, ella dio a luz un hijo, al que José puso por nombre Jesús.

REFLEXIÓN

La esperanza de José se nos revela cuando en obediencia a Dios, asumió la responsabilidad de ser el esposo de María y el guardián y modelo del Hijo de Dios. José dio testimonio de la verdad que Dios es amor, que Dios es fiel a Su amor. La fidelidad de José es una respuesta a la historia de la caída: así como nuestra santísima Madre se volvió la nueva Eva y Cristo el nuevo Adán, San José también tuvo una parte importante que jugar. José era un hombre justo que rendía a Dios y al hombre lo que debía.

Los mandamientos de Dios habían sido para él una escuela de amor, de tal forma que era capaz de reconocer la voz de Dios y libremente responder a ella. Cuando María se encontró embarazada, fue fiel a la ley de Dios. A pesar de que supo que estaría solo, estaba dispuesto a aceptar la soledad, pero no de una forma que le haría daño a su amada. Sin querer avergonzarla públicamente, decidió liberarla silenciosamente, manteniendo la caridad y la justicia con Dios en obediencia a la Ley. En esto también mostró absoluta caridad hacia María. No violó la Ley pero expresó la misericordia y el amor que la Ley Antigua dejaría. Es un gran regalo

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