Maestro Artista

Sabido es, que la práctica docente debe ser concebida como el conjunto de situaciones dentro del aula, que configuran el quehacer del profesor y de los alumnos, en función de determinados objetivos de formación ajustados al conjunto de actuaciones que inciden directamente sobre el aprendizaje de ellos mismos.

Si retomamos esta idea, entonces ¿cómo podemos hacer de un maestro…“Un artista”?, difícil tarea, pero no imposible, pues el docente puede considerarse como artista, no porque moldee a los estudiantes, ni tampoco, porque modifique los contenidos de tal forma que sean más entendibles, sino por el contrario, puede ser un artista, porque ayuda a los alumnos a desarrollar sus capacidades, a utilizar su pensamiento, a analizar, pues es en la escuela, en donde la sociedad concreta sus ideales.

Al ser el docente el actor principal en el proceso de mejoramiento de la calidad educativa, es el nexo entre los procesos de aprendizaje de los alumnos y las modificaciones en la organización institucional; así, toda reforma educativa, se traduce en las escuelas y llega al aula por medio del docente.

Por ello, formar sujetos reflexivos, es prioridad en las escuelas, en el aula, en la sociedad, pues es éste, quien será capaz de cambiar su realidad, de ver más allá de lo que ve en la televisión, de lo que escucha en el radio, de lo que sucede a su alrededor, pues todos los hombres, tengan una profesión o no, reflexionan, pues es, por así decirlo, parte de nuestra naturaleza.

En todo momento, nos encontramos en disyuntivas y nuestro pensamiento, se ve inmerso en un mundo de ideas, que surgen de la nada y hasta que no le damos una razón, o una solución nuestra mente sigue trabajando.

El único inconveniente, que los seres humano tenemos para desarrollar y/o acrecentar el pensamiento reflexivo, son nuestros propios límites, pues solemos creernos incapaces de hacer las cosas.

Por ello, hablar de un maestro como artista, es más bien, bajo la premisa, de que es un ser capaz de ayudar a que los alumnos encuentren en ellos mismos, las herramientas necesarias para su enriquecimiento personal y grupal.

Hay que ser capaces de lograr siempre, crearles una duda, pero que sea sumamente razonable, aplicable, que el alumno despierte su interés por aprender, por indagar, por no darse por vencidos, por encontrar la respuesta; si logramos eso, entonces podemos decir, que vamos en miras de ser un artista, sí, un artista capaz de diseñar, de buscar, de enseñar, pero con puntos claros y con metas específicas, que ayuden a despertar siempre, la curiosidad de aprender, de buscar, de lograr algo.

Ahora bien, cada proyecto educativo, surgido de las necesidades políticas de un país, necesita docentes que se encuentren en una permanente actualización académica que le permita prepararse para vincularse con el saber acumulado, para diagnosticar los problemas

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