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Manejo del conflicto en entornos educativos


Enviado por   •  22 de Junio de 2019  •  Ensayos  •  1.106 Palabras (5 Páginas)  •  149 Visitas

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El director o directora de un centro educativo cumple un carácter multifacético. Hace unos años incluso, se consideraba al administrador educativo como aquel que ejercía las funciones gerenciales de un proyecto educativo. Con el tiempo ese perfil se ha transformado y adaptado a la realidad del entorno, por lo que hoy en día se considera más un líder pedagógico que un administrador.

Las funciones de este liderazgo vienen cimentadas en una base ética, la cual le orienta y guía en el cumplimiento de toda la índole de sus funciones, las cuales se proyectan incluso a la comunidad en general y al medio que rodea la planta física de la institución.

La participación del director como líder es importante ya que el director en todo distrito, cualquiera que sea su magnitud; es un líder educacional de su escuela y de la comunidad inmediata, responsable de la supervisión de la educación y del desempeño de las funciones administrativas. (Panamá América, 1999)

Aparte de ser un líder ético y pedagógico que predica con el ejemplo, el administrador educativo cumple otras funciones primordiales: planea, organiza, dirige y controla el funcionamiento general del programa educativo o institución que tenga bajo su cargo y responsabilidad.

Dentro de las funciones anteriormente descritas, el director o directora está en constante contacto e intercambio con una enorme cantidad de personas. Recordemos que el ser humano está provisto de libre albedrío, lo cual le permite poner en práctica sus propias construcciones a partir de sus puntos de vista en relación a una situación determinada, y teniendo en cuenta su acervo de conocimientos y experiencias previas. Es decir, dos personas distintas pueden observar una misma situación, y emitir juicios completamente distintos.

Los seres humanos no están condenados al mero comportamiento (a la pura reacción previsible o la respuesta necesaria ante el estímulo producido), sino que actúan –es decir, no se sabe, nadie sabe, qué son capaces de hacer y qué harán efectivamente. Por ello, hay, existe, la política en cuanto reino de la libertad. De otro modo habría sólo administración de recursos, pura gestión de lo existente, división mecánica del trabajo y absoluto imperio de la necesidad. (Tatián, 2009)

Todo lo anterior da lugar a situaciones en las cuales se vuelve difícil ponerse de acuerdo, o bien, surgen pequeñas disputas, las cuales pueden a la larga evolucionar para convertirse en conflictos de mayores proporciones. Muchos de estas situaciones conflictivas tienen que ver directamente con el centro educativo, sus docentes, estudiantes, personal administrativo, padres de familia e incluso miembros de la junta escolar o de la comunidad.

Toda relación social contiene elementos de conflicto, desacuerdos e intereses opuestos. La escuela es una organización y como tal su funcionamiento no puede ser entendido sin considerar la significación del conflicto. (Ibarra, 2018)

En virtud de lo anterior, muchas de las situaciones afectan directamente el adecuado funcionamiento diario de los centros educativos, y es precisamente ahí donde la figura del director se ve involucrada y se ve en la necesidad de poner en práctica acciones concretas con miras a lograr una solución pacífica de los conflictos. Este actuar debe tener base y fundamento en la ética, la deontología y siempre mediante vías pacíficas y poniendo en práctica estrategias de mediación y negociación adecuadas según la problemática en cuestión.

El director tiene sobre sus hombros dar solución a todas las situaciones difíciles que se presenten en el plantel, ya sean estas en el orden pedagógico, administrativo y en muchos casos tiene que resolver problemas de la comunidad donde se encuentra ubicado el centro educativo.  (EDUCANDO, 2005)

Comprendemos entonces que, dada la naturaleza social de la institución educativa, es natural que en ella surjan conflictos y situaciones, las cuales en muchos casos trascienden a un nivel más alto y requieren de la búsqueda de soluciones efectivas mediante técnicas y estrategias asertivas. Lo anterior apela a la inteligencia emocional del administrador educativo, el cual vendría siendo el responsable de poner en práctica acciones que prevengan y solucionen cualquier conato de crisis que pueda poner en riesgo la integridad del proceso de enseñanza.

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