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Marx Y La Crisis De La Universidad Peruana


Enviado por   •  9 de Junio de 2013  •  1.438 Palabras (6 Páginas)  •  556 Visitas

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MARX Y LA CRISIS DE LA UNIVERSIDAD PERUANA

Escribe:

Gerardo Alcántara Salazar

Catedrático de la UNMSM y del Posgrado UNE, La Cantuta;

Doctor de la Universidad de Buenos Aires, Área Ciencias Sociales

El aniquilamiento de las universidades públicas del Perú empieza en la década de 1960 a nombre de Carlos Marx, el genio que redondeó sus ideas en esa colosal obra en tres volúmenes, El Capital. Pero Marx no estuvo ahí, no tuvo nada que ver con eso. Ni esos actores que operaron y actúan todavía en tropel eran Marx ni marxistas. Ignoraron de manera categórica a Marx. Si utilizamos criterios actuales, diríamos que Marx es, rigurosamente, una marca de nivel óptimo. Pero con esa marca “Marx”, sucede como con las mejores del mundo, que no faltará quien las falsifique, para vender baratijas a precio de diamante. Ni Marx escribió panfletos, ni esa masa de sujetos hambrientos de poder y gloria se prepararon para escribir algo semejante a Marx. Ni Marx pasó a la historia por ser ágrafo ni esos activistas condenados a ser ágrafos perpetuos prepararon sus cerebros para producir ideas aunque sea precarias, ni menos geniales.

Lo peor del caso es que mientras Marx cultivó su mente para no solamente leer sino también escribir los libros más representativos de la humanidad, los presuntos marxistas jamás estuvieron preparados para leer ni entender El Capital; y al no leerlo ni entenderlo, eran marxistas a su modo, de igual manera que una prenda de vestir hecha por un audaz artesano chabacano lo vende como si fuera un Calvin Klein. Más exactamente, no fueron y no son marxistas, ni adictos al genio alemán, sino antimarxistas. No pasan de ser lectores de manuales, pero ni los autores de manuales son Marx, ni sus manuales El Capital. Aun hoy y en la mismísima Universidad Nacional Mayor de San Marcos, “rankeados” activistas convertidos en catedráticos dan como texto para leer el “pensamiento de Marx”, ese librito escrito por Martha Harnecker, titulado El Materialismo Histórico. Pero ni Martha Harnecker es Marx ni su librito El Capital. Mentes escuálidas, hechas para la diatriba, el grito, el insulto, la manipulación, para liquidar honras y legitimar la precariedad, nada tienen de Marx. Marx, podría haberles lanzado a ellos también esa frase: “He sembrado elefantes y he cosechado pulgas”.

Algunos integrantes de esas multitudes sobreviven como autoridades o catedráticos practicando un credo mágicamente sobrecogedor, predicando un marxismo que jamás conocieron, confundiendo manuales proselitistas, pero sin haber estudiado jamás a Carlos Marx, sin nunca haber intentado conocerlo a través de El Capital, y más bien, habiéndolo abandonado al primer intento de leerlo, por la total incompatibilidad entre el imaginario que les induce a conjeturar un mundo a la vez mágico, maravilloso y complaciente, gratificante, mesiánico, y el texto conceptualmente abstracto y denso, además de extenso (2000 paginas), ocasionando el abandono de esa obra genial, como si ese lenguaje ampuloso, obligadamente abstracto, denso, sobrecargado de sutilezas conceptuales les pareciese más bien un libro escrito por un demonio burgués que por aquel genio patriarcal y barbado, a quien lo imaginan no como realmente fue, sino condescendiente con la absoluta precariedad intelectual, debido a que en el imaginario del presunto revolucionario, todo debe suceder generosamente fácil, condescendiente con el simplismo, lo precario, lo trivial, porque para los revolucionarios de papel y de ocasión, todo lo hecho, pensado y escrito debe ser así, en tanto que la ciencia profunda creen que es sólo y exclusivamente obra de la burguesía y para cerebros burgueses. Ese conflicto entre divinizar a un Marx imaginado y el total rechazo al Marx real, trajo como consecuencia, que ni uno solo, ni por excepción, los así considerados líderes revolucionarios, hubiesen dedicado inteligencia y tiempo para conocer esa genial obra, producto y exponente de la abstrusa racionalidad alemana, equiparable en profundidad intelectual a la Ciencia de la lógica escrita por Hegel. La genialidad conceptual vertida por Carlos Marx en El Capital, su libro de bandera, no puede ser reemplazada por ningún manual, ni siquiera por cualquiera de sus libros, porque en El Capital se exponen los resultados de investigación destinada a contrastar las hipótesis centrales del Materialismo Histórico. Por eso es que sus líderes, si acaso corresponde adjudicarles ese concepto, predicaron siempre, la contra

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