Matrimonios Ilegales

Matrimonio ilegal es aquel donde falta uno de los ingredientes esenciales para que la unión de dos personas queden legalmente casadas. En verdad no existe tal cosa como matrimonio ilegal. Hay matrimonio o no lo hay. Lo que ocurre es que puede haber “apariencia” de matrimonio sin que realmente exista. El bígamo (casarse cuando se tiene un matrimonio valido preexistente), realmente no se casa válidamente con la mujer a la que engaña. Es meramente una apariencia de matrimonio, pero no hay matrimonio legalmente hablando. Nadie casado se puede casar otra vez mientras exista el vínculo matrimonial anterior. No obstante, a esas “uniones” que tienen apariencia de matrimonio, se los llama “matrimonios ilegales“. Cuando un nacional de un país simula casarse con una persona de otro país para lograr beneficios de ciudadanía o nacionalidad, realmente no hay matrimonio. Hay apariencia de matrimonio. Dicho de otro modo, que falta uno de los requisitos esenciales para que el matrimonio se lleve a cabo. Las leyes de casi todos los países exponen los requisitos para contraer matrimonio. Estos de ordinario exigen la capacidad para prestar el consentimiento, la libertad para prestar dicho consentimiento libre de presiones o de influencias ajenas a la voluntad del contrayente, cierta edad mínima, y otros. Una persona que se casa porque se la obliga a casarse, no queda casada por cuanto nunca prestó su voluntad o consentimiento libremente. Un menor de edad que se casa antes de cumplir el requisito de edad que exige la ley, no está casado. En este caso, no obstante, una vez llega a la mayoría de edad el matrimonio se convalida y se lo reputa legítimo o legal. Es importante tener presente que puede que una unión de dos personas que creyeron o pretendieron casarse entre sí sin cumplir con los requisitos esenciales, podría tener efectos jurídicos como si hubieran estado casados. Así sería si una mujer es engañada por un hombre, se casa con él mientras éste está casado con otra, hacen vida juntos y tienen hijos, por esfuerzo conjunto hacen un capital o adquieren unas propiedades, etc. Si bien ese matrimonio nunca ha sido valido por ser bígamo, esto es, que ese matrimonio real y legalmente nunca existió, los hijos se reputan hijos de matrimonio y la propiedad pertenece parcialmente a la mujer engañada, como si en verdad hubiera estado casada válidamente con el hombre. Igualmente, hay varias otras áreas donde podría tener efecto como si fuera matrimonio valido. Así para pensiones por incapacidad, compensaciones por desempleo, compensación por daños y perjuicios, y otros.

I. LOS MATRIMONIOS ILEGALES

La familia es el cuerpo intermedio más importante de la sociedad. Su rol se expresa en cuatro aspectos básicos: reproducción, socialización, protección y comunidad. El orden legal definido por el Estado conforma la familia legítima y su base es el matrimonio (artículo 1 inciso LMC). Por esta razón, las normas que regulan el matrimonio son de orden público y tradicionalmente se han establecido penas para afianzar su cumplimiento.

A fines del siglo IX, cuando en Occidente la Iglesia católica comienza a ejercer jurisdicción exclusiva sobre el matrimonio, en el derecho canónico "las sanciones impuestas eran generalmente la separación de los cónyuges, la excomunión y la penitencia". Asimismo, desde los orígenes del movimiento codificador, en el siglo XIX, los códigos penales han contemplado delitos referentes al matrimonio.

La tipificación de delitos en materia matrimonial se manifiesta en dos aspectos: la celebración de matrimonios ilegales, que castiga los matrimonios celebrados con vicios de forma o de fondo; y la precedencia del matrimonio civil al religioso, que obedece a la necesidad del Estado de asegurar la aplicación del matrimonio civil, frente a la raigambre social del matrimonio canónico, durante su proceso de aparición y consolidación. La familia y el matrimonio, conforme admite nuestro texto constitucional en su artículo 4, son “institutos naturales y fundamentales de la sociedad”. Muy similares son las declaraciones contenidas en diversos instrumentos jurídicos internacionales de protección de los derechos huma-nos: La Declaración Universal de Derechos Humanos, Declaración Americana de Deberes y Derechos del Hombre, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Estas declaraciones de orden constitucional y de derecho internacional nos dan una imagen del valor que dichos intereses tienen en nuestro orden social. El ordenamiento jurídico penal nacional ha reconocido también la importancia de la familia y del matrimonio, de allí que su inclusión dentro del catálogo de intereses penalmente tutelados

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