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Medicina Hipocrática


Enviado por   •  26 de Febrero de 2013  •  Tesis  •  1.899 Palabras (8 Páginas)  •  404 Visitas

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Capítulo 04. Medicina Hipocrática

Hipócrates de Cos, (Llamado el Grande; Isla de Cos, actual Grecia, 460 a.C.-Larisa, id., 370 a.C.) Médico griego. Según la tradición, Hipócrates descendía de una estirpe de magos de la isla de Cos y estaba directamente emparentado con Esculapio, el dios griego de la medicina. Contemporáneo de Sócrates y Platón, éste lo cita en diversas ocasiones en sus obras. Al parecer, durante su juventud Hipócrates visitó Egipto, donde se familiarizó con los trabajos médicos que la tradición atribuye a Imhotep.

En sus textos, que en general se aceptan como pertenecientes a su escuela, se defiende la concepción de la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio entre los llamados humores líquidos del cuerpo, es decir, la sangre, la flema y la bilis amarilla o cólera y la bilis negra o melancolía, teoría que desarrollaría más tarde Galeno y que dominaría la medicina hasta la Ilustración.

Para luchar contra estas afecciones, el corpus hipocrático recurre al cauterio o bisturí, propone el empleo de plantas medicinales y recomienda aire puro y una alimentación sana y equilibrada. Entre las aportaciones de la medicina hipocrática destacan la consideración del cuerpo como un todo, el énfasis puesto en la realización de observaciones minuciosas de los síntomas y la toma en consideración del historial clínico de los enfermos.

En el campo de la ética de la profesión médica se le atribuye el célebre juramento que lleva su nombre, que se convertirá más adelante en una declaración deontológica tradicional en la práctica médica, que obliga a quien lo pronuncia, entre otras cosas, a entrar en las casas con el único fin de cuidar y curar a los enfermos, evitar toda sospecha de haber abusado de la confianza de los pacientes, en especial de las mujeres y mantener el secreto de lo que crea que debe mantenerse reservado.

Sus textos datan, por regla general, del período comprendido entre los años 450 y 350 a.C., y constituyen la principal fuente a través de la cual es posible hoy hacerse una idea de las prácticas y concepciones médicas anteriores a la época alejandrina.

Escuela holística

Hipócrates fundó una escuela que pervivió durante siglos. Los doctores de esta tradición utilizaban el sentido común al tratar a los pacientes. Carecían de medicinas, instrumental y teorías modernas, pero tenían sentido común y buenas dotes de observación.

Los discípulos de Hipócrates estaban convencidos de la importancia de la limpieza, tanto en el paciente como en ellos mismos, los médicos. Eran partidarios que el enfermo gozara de aire fresco, de un entorno agradable y tranquilo y de una dieta equilibrada a base de alimentos sencillos. Se atenían a reglas de sentido común para cortar hemorragias, limpiar y tratar las heridas, reducir fracturas e intervenciones análogas, evitando cualquier extremo y prescindiendo de ritos mágicos.

Los escritos de toda la escuela hipocrática están reunidos, sin distinción de autores, en el Corpus Hippocraticum, y es imposible saber a ciencia cierta quién escribió cada parte y cuándo. La más conocida es un juramento que tenían que prestar todos los médicos de la escuela para ingresar en la profesión y que, por defender los ideales más altos de la práctica médica, sigue utilizándose hoy como guía profesional: en algunos lugares los estudiantes de Medicina lo pronuncian al licenciarse. Sin embargo, el “Juramento hipocrático” no fue escrito por Hipócrates; la hipótesis más verosímil es que entró en uso hacia el año 200 d. C., seis siglos después de Hipócrates.

De entre los escritos hipocráticos hay un tratado que figura entre los más antiguos del Corpus y que muy probablemente es del propio Hipócrates. Se titula «Sobre el mal sagrado» y versa sobre la epilepsia.

La Medicina tuvo que luchar durante muchos siglos contra la creencia común en demonios y malos espíritus y contra el uso de ritos y conjuros mágicos con fines terapéuticos. Pero las ideas de Hipócrates no cayeron jamás en el olvido.

La doctrina de Hipócrates sobre el tratamiento de los enfermos le ha valido el nombre de “padre de la Medicina”. En realidad es más que eso, pues aplicó la noción de ley natural a los seres vivos y dio así el primer gran paso contra el vitalismo. Desde el momento en que se aplicó la ley natural a la vida, los científicos pudieron empezar a estudiarla sistemáticamente. Por eso, las ideas de Hipócrates abrieron la posibilidad de una ciencia de la vida (biología), lo cual le hace acreedor a un segundo título, el de «padre de la biología”.

Las revoluciones Burguesas. En la edad moderna habrían de surgir a la historia, primero como naciones y después como potencias colonialistas; Portugal, España, Francia e Inglaterra.

Debido a estas luchas por el poder, la medicina recibió gran impulso, primero: al final de la edad media cuando la nobleza y fundamentalmente la monarquía le disputaban el poder al grupo eclesiástico, y uno de los campos de esta lucha eran las Universidades y Escuelas de Medicina, en las que se desarrollaba el pensamiento y la libre investigación. Posteriormente cuando los grandes burgueses que eran los que disputaban a la monarquía absoluta el poder, tenderían a apoyar el desarrollo de la medicina a través de instituciones de atención médica, las que al operarse la reforma, en países que abrazaron el protestantismo tendieron a ser dirigidas y manejadas por elementos laicos, desplazando a los religiosos. Así pues, en unos casos se encontraban los médicos integrando parte de la corte de lacayos de monarcas absolutos, y en algunos otros, vivían como burgueses acomodados, fundamentalmente sirviendo a las clases económicamente poderosas.

El inicio de la edad contemporánea. Al finar del siglo XVIII se inició el movimiento de independencia de los Estados Unidos de América, que se propagó después a los demás países latinoamericanos, en el siguiente

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