Metodo De Lectura
msroyer26 de Agosto de 2013
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Nuevo Silabario del
Método Matte
“El Ojo”
2007
NUEVO MÉTODO
(Fonético-Analítico-Sintético)
Para la enseñanza simultánea de la
LECTURA Y ESCRITURA
COMPUESTO PARA LAS ESCUELAS DE LA
REPÚBLICA DE CHILE
POR
CLAUDIO MATTE
65.ª EDICIÓN
Ejemplares tirados : 12.500.000
Esta obra es propiedad de la
Sociedad de Instrucción Primaria de Santiago de Chile.
Casilla 9044 – Santiago
República de Chile
Ministerio de Educación Pública
Santiago, 29 de abril de 1902
He acordado y decreto:
El Silabario Matte se usará como texto de lectura en las escuelas públicas, con exclusión de cualquier otro libro de la misma naturaleza.
Tómese razón, comuníquese e insértese en el “Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno”.
Riesco.
Rafael Balmaceda.
INSCRIPCIÓN Nº 1027.
INTRODUCCIÓN
Viajando en los últimos años por Alemania, me consagré con empeño a visitar algunas escuelas primarias, y desde mi primera visita me llamó la atención el método de lectura empleada en ellas, por el interés con que los niños aprendían a leer y escribir simultáneamente y por la rapidez con que adelantaban. Ignoraba yo que fuera del fastidioso y lento método conocido bajo el nombre de Silabario existiera otro; y no fue poca mi sorpresa al oír que desde hacía muchos años aquél había sido abandonado y reemplazado por un método que, nacido en un principio de la necesidad absoluta de subsanar los graves defectos del existente, había hecho más tarde, con ayuda de la experiencia, constantes progresos, hasta llegar a un grado de perfección notable.
A poco tuve amplia ocasión de oír confirmadas por un gran número de profesores las ventajas que este método ofrece, y me convencí de que es empleado con gran éxito no sólo en toda la Alemania, sino también en el Austria y en Suiza alemana. En éstos países no se conoce el silabario; en algunos de ellos, como en la Prusia, las ordenanzas escolares prohíben terminantemente hacer uso de él; y si otros no lo mencionan en su legislación escolar es porque lo consideran más bien como perteneciente al pasado.
Después de estudiar el nuevo método con detenimiento y de oír la opinión de pedagogos alemanes competentes, me convencí de que no existía dificultad alguna para aplicarlo a la lengua castellana, y de que, al contrario, nuestra lengua, a causa de su ortografía sencilla y racional, ofrece facilidades especiales, de que el alemán carece. En vista de esto, y convencido de los defectos del método usado en Chile, me decidí a emprender el trabajo actual, lisonjeado por la esperanza de contribuir con él al mejoramiento de nuestra enseñanza primaria.
Si con este nuevo método sólo se consiguiera acortar el tiempo de aprendizaje de la lectura, no me habría resuelto a tomar entre manos una obra que, para su buena ejecución, requiere un estudio paciente de los elementos de la propia lengua y de las experiencias adquiridas por aquellos que han aplicado el método en idioma extranjero. Pero la reducción del tiempo es sólo una ventaja secundaria del método indicado; la principal consiste en que por medio de él se desarrollan, desde el primer momento, todas las facultades del niño y se introducen en la enseñanza una variedad y un interés que convierten la escuela en un lugar de recreo.
Por otra parte, es indispensable que la enseñanza, como un antecedente para el profesor, empiece de una manera racional y adecuada a los fines que con ella se persiguen. Si en el primer año y en un ramo tan importante como el de la lectura se emplea un método mecánico, que sólo desarrolla la memoria, sin tomar para nada en cuenta la inteligencia y la observación, es difícil que este grave defecto se subsane más tarde en los otros ramos. El principio es en este caso, como en tantos otros, decisivo.
Debo también hacer presente que el aliento que he encontrado entre muchos pedagogos alemanes me han facilitado considerablemente la tarea he impulsado a seguir adelante. Entre estos mencionaré especialmente a don Ricardo Sieguel, de Leipizig, quien, con un desinterés admirable, puso al servicio de esta obra su inteligencia y su larga práctica. Sin su cooperación constante, más de una vez habría vacilado ante dificultades que él con su experiencia me ayudaba a vencer. Grato me es también mencionar entre mis cooperadores más asiduos a un compatriota y amigo, a don Valentín Letelier.
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En las líneas siguientes trataré de explicar, tan sucintamente como sea posible, en qué consiste este método y en qué se diferencia del silabario.
1.º Según este último método, los niños aprenden los nombres de las letras, los cuales, como se sabe, difieren no poco de sus sonidos, y después, al combinarlas entre sí, tienen que desechar el nombre, para tomar sólo en cuenta el sonido, que es el único elemento que se combina. Este procedimiento impone al niño un trabajo de memoria excesivo y hiere su buen sentido natural, puesto que se obliga a aprender algo que mas tarde, al aplicarlo, resulta ser falso. ¿Porqué ba se lee ba y no bea, siendo así que la primera letra es be (no sencillamente b) y la segunda a?, ¿Porqué ab se lee ab y no abe?. Estas preguntan se suscitan instintiva e inconscientemente en el espíritu del niño, pero no siendo posible contestarlas de una manera satisfactoria, es necesario imponer el resultado como un hecho que admite explicación, como un trabajo de memoria. Este procedimiento se repite en cada sílaba, haciéndose el aprendizaje lento y mecánico. Para notar más palpablemente esta anomalía, bastará comparar la palabra blanco, leída como debiera leerse conforme al silabario, beeleaeneceo, y como en realidad debe leerse, blanco. Por el nuevo método se enseña sólo los sonidos de las letras, sin tomar absolutamente en cuenta los nombres. Procediendo de esta manera se evita el grave inconveniente apuntado anteriormente, pues las letras solas o combinadas conservan siempre el mismo valor. Sería un error creer que es difícil hacer pronunciar distintamente las consonantes; con un poco de ejercicio los niños consiguen pronunciarlas bien en un corto tiempo. Quien haya visitado una escuela alemana no podrá abrigar la menor duda a este respecto, pues habrá tenido ocasión de observar con que facilidad todos los niños, aún los más pequeños, pronuncian las diferentes consonantes. A causa de enseñarse sólo los sonidos de las letras, éste método se llama fonético.
2. º Los sonidos de las letras no se enseñan aisladamente, si no que se desarrollan de la manera que se indicará más adelante, de ciertas palabras, alrededor de las cuales se agrupa toda la enseñanza. Los sonidos por sí solos son demasiado abstractos y no tiene significado ni interés alguno para la infancia si no se los desarrolla de palabras de fácil comprensión. Por esto se toman vocablos que representen cosas familiares a los niños y, en lo posible, capaces de excitar su curiosidad. Estas cosas sirven de tema para lecciones de objetos, con auxilio de las cuales se aviva el interés del niño por la enseñanza y se desarrollan sus facultades. Si la palabra representa p. ej., un animal, se mostrará a los alumnos un ejemplar natural o figurado de él y se les exhortará a discurrir y hacer observaciones acerca de su color, de su tamaño, de sus formas, del fin de sus diversas partes, de su utilidad, de sus costumbres, etc. En fin, se tratará por todos los medios posibles de llamar la atención del niño a la palabra respectiva, antes de proceder a desarrollar los sonidos que la componen. Una vez fijadas las ideas, el profesor primero y los niños después, pronunciarás la palabra en voz alta; en seguida, cuando cada uno de estos consiga pronunciarla clara y correctamente, el profesor la repetirá descomponiéndola en sus sílabas, hará notar a los alumnos que se compone de varias partes (sílabas) y exigirá de ellos que la pronuncien también separando las sílabas; a continuación el maestro volverá a pronunciar lentamente la misma palabra, prolongando con la voz cada uno de los sonidos de que se componga (pero sin hacer pauta entre ellos), de manera que cada uno de ellos pueda ser percibido distintamente por los alumnos. Acto continuo, exigirá que todos pronuncien los sonidos aisladamente, y al efecto, después de hacer contar a los niños el número de sonidos que contiene la palabra, preguntará: “...¿Cómo es el sonido que se oye primero; cómo es el que se oye después, etc?”. Cuando todos los niños distingan y pronuncien correctamente los sonidos, se les hará combinarlos para formar sílabas y palabras, siguiendo el procedimiento inverso; y no sólo se recompondrá la palabra respectiva, sino que con los sonidos ya conocidos y los nuevos que se aprenden se formarán otras sílabas y palabras, tratándose siempre de evitar combinaciones sin significado. Finalmente, el profesor manifestará que cada uno de los sonidos ya estudiados se puede representar por un signo y, escribiendo la palabra
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