Miu observacion en terreno

En el siguiente informe, desarrollaré mi trayecto durante la observación en terreno. Una de las instancias necesaria para poder acreditar el Modelo de Inclusión Universitaria, es decir, de carácter obligatorio al igual que una evaluación. En lo que a mi concierne, fundamental y prioritaria para poder acercarnos más a lo que será nuestro futuro como profesionales y al ámbito en el que conviviremos un largo tramo de nuestra vida. También por supuesto, para llevar nuestra mirada más allá, convirtiendo este documento parte de una comparación de vivencias dentro de las distintas instituciones que se encuentran en nuestra ciudad.

Tuve el honor de ser una de las pocas personas que pudieron acudir al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) para realizar dicha actividad, en la cual dividimos mis 16 horas en tres días de cinco horas y media cada día. Como sabía que podía conseguir un lugar, fue al único lugar en el que consulté.

La institución H.E.C.A., está ubicada en la ciudad de Rosario, Ciudad de Santa Fe, Arg , en la calle Av. Pellegrini 3205. Es un lugar arquitectónico que ocupa una cuadra entera, 23.500 m² con dos plantas, la baja del primer volumen acoge las entradas principales, la recepción, la sala de espera de urgencias y la cafetería; y la planta alta: el área de docencia, la capilla, la sala de conferencias y administración. En el volumen trasero se encuentran las oficinas y las áreas de servicio del personal médico. El ámbito cuenta con gran número de guardias de seguridad.

Sus paredes son blancas aunque un poco descuidadas, cuenta con dispenser de alcohol en gel en un gran número, muy buena limpieza diaria en salas, habitaciones y alrededores y climatización confortable.

Cuenta con servicio de cirugía, quirófano, quemados, pediatría, auditoría, hematología, cardiología y unidad coronaria, servicios de clínica, cuidados progresivos, diagnóstico por imágenes, gastroenterología, ginecología, anatomía patológica, infectología, nefrología, neurociencias, traumatología, urología, terapia intensiva, salud mental, cudaio, kinesiología, enfermería y trabajo social.

El profesional que acompañó mi tarea se llamaba Hernán Gustavo Gómez, un reconocido médico que forma parte del staff de neurología clínica, dedicado a manejar la patología neurológica del hospital, el cual egresó en el año 1998 y afortunadamente conocía nuestra forma de ingreso gracias a comentarios de profesionales recientemente egresados. También realiza, fuera del ámbito, consultorios e internación en el Instituto Cardiovascular de Rosario

Nos reuníamos con diferentes pacientes junto a médicos de la misma profesión (egresados y estudiantes) en la planta de clínica y en el ámbito de emergencias, quedando uno de ellos en la parte de consultorios para pacientes menos agravados, y a veces nos encontrábamos en la oficina de neurología para poder debatir las enfermedades y soluciones de los mismos, ayudándose con sus distintas opiniones dentro de su mismo conocimiento. A veces los casos se resuelven con facilidad, otras, por dificultades de los pacientes generan incertidumbre. El uso de un ambo o un guardapolvo era totalmente obligatorio para poder circular dentro de los lugares especiales de la institución.

Es indispensable destacar que nada se logra realizar sin ayuda entre profesionales de distintas áreas, aunque entre ellos, a veces, hay un hilo de rivalidad. Fuera de eso, la convivencia siempre fue muy respetuosa y compañera a la hora de llegar a un punto de partida para lograr una favorable solución y al tratar con los pacientes que acudían o trataban periódicamente. Puedo confirmar que de parte de los encargados de la salud de las personas, siempre que estuvieron predispuestas a hacer todo lo posible por el bien de los pacientes y el trato con los familiares era diario, informando siempre parte médico con una gran ética.

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