Más alla de la muerte

MÁS ALLA DE LA MUERTE.

Esta es la historia de Ricardo, un joven de 15 años el cual, desde su nacimiento padecía una extraña discapacidad, la cual no le permitía caminar. Desde su infancia, la madre de Ricardo lo había sobreprotegido, a tal punto que el con el tiempo se había convertido en alguien un poco antisocial. La madre de Ricardo era una mujer trabajadora y luchadora, que desde que el nació siempre trato de darle lo mejor a su hijo a pesar de la condición de él, ella lo sobreprotegía porque temía qua las demás persona fueran a herir los sentimientos o a menospreciar a Ricardo por su discapacidad. En el colegio, Ricardo siempre se había destacado por sus buenas calificaciones, aunque el tenia pocos amigos y en los 15 años de su vida, nunca había sabido lo que significaba tener una novia, al llegar a la adolescencia, Ricardo sentía que nadie lo quería, él se sentía muy deprimido y solo, también pensaba que los pocos “amigos” que el tenia eran solo un montón de hipócritas y farsantes que solo estaban con él por interés y siempre le daban la espalda en los momentos en que el más los necesitaba. Debido a su trabajo, la madre de Ricardo pasaba poco tiempo con él, y por eso él se sentía aún más solo, su madre había sido, durante muchos años , su única amiga fiel a la cual él le contaba todos sus secretos y problemas, ella siempre estaba dispuesta a escucharlo y aconsejarlo, Ricardo, de su padre sabia poco, porque desde el momento de su nacimiento, él se había marchado muy lejos, dejándole a la mamá de Ricardo toda la responsabilidad de criar un hijo y más en situación de discapacidad, Ricardo también tenía dos hermanas mayores las cuales veía poco porque ya eran casadas, tenían sus propios hijos y vivían en otras ciudades, como quien dice Ricardo era prácticamente hijo único para su mama, y por eso ella lo quería y protegía tanto. Un día, Ricardo se encontraba solo en su salón de clases porque sus compañeros se habían ido a recibir la clase de sociales al segundo piso del colegio, y como no habían ramplas para subir y debido a su condición, a Ricardo le tocaba quedarse solo, pero hay que admitir que Ricardo algunas veces se auto limitaba a sí mismo, impidiéndose hacer cosas que hacían los demás y que él perfectamente también podía hacer pero él decía que no podía hacerlas algunas veces porque no quería hacerlas o porque le daba pereza, volviendo al tema, Ricardo se encontraba solo en su salón, de pronto, al salón de clases se acercó una jovencita de inigualable belleza que de inmediato cautivo a Ricardo, ella entro al salón y se le acerco sutil y curiosamente a Ricardo, ella, después de haber entrado, se quedó detallando a  Ricardo, y con un tono de voz muy suave y tierno empezó a hablar con Ricardo, ella se presentó y dijo su nombre, Viviana,  hablaron de todo un poco, de sus familias, amigos, hermanos y demás cosas que ambos tenían en común como por ejemplo la edad que ambos tenían . Transcurrido un tiempo bastante largo, ella se despidió con un beso en la mejilla y un hasta pronto, pero para Ricardo ese “hasta pronto” significo un hasta nunca, porque él creía que Viviana no regresaría más y que se olvidaría de él, como lo hacían los pocos amigos sinceros que él ya había tenido,   días después, se presentó la misma situación, Ricardo volvió a quedar solo por el mismo motivo de la primera vez, con lo que él no contaba era con la casi instantánea presencia de Viviana que nuevamente venía a visitarlo en un momento oportuno de soledad y de necesaria compañía, en ese momento, Ricardo se dio cuenta de que la amistad y la compañía que le proporcionaba Viviana era pura, sincera y verdadera, esta vez, los dos hablaron de temas más íntimos, como por ejemplo, del noviazgo y los amores que ellos habían tenido en el pasado, Ricardo, como le tenía tanta confianza a Viviana, a pesar de conocerla hacia poco tiempo, no dudo en contarle toda la verdad acerca de lo desafortunada que había sido su vida amorosa y Viviana también le hablo con toda la verdad sobre los pocos amigos que ella había tenido a lo largo de su vida, porque al igual que Ricardo, ella era una chica no muy sociable, pero esto se debía a que ella desde pequeña se había aislado a sí misma en su propia “burbuja”, eso también lo tenían en común los dos, al cabo de un mes, Ricardo y Viviana habían desarrollado algo más que una simple amistad, aunque ninguno de los dos se atrevía a admitirlo, Viviana iba casi todos los días a visitar a Ricardo a su salón, algunas veces que Ricardo estaba solo y Viviana se daba cuenta, ella iba de inmediato para hacerla compañía sin importarle si estuviera en clase, porque ella muchas veces se escapaba. Debido a su discapacidad Ricardo viajaba frecuentemente de una ciudad a otra por tal motivo Viviana se entristecía mucho, porque no soportaba la idea de tener lejos a la persona que ella más quería en el mundo, pero cuando Ricardo regresaba de sus viajes, Viviana lo recibía con los brazos abiertos, con el tiempo Ricardo y Viviana fueron avivando lo que entre los dos había, salían juntos a comer, pasaban tiempo juntos y no había día en el colegio que no se miraran así fuera para conversar un rato, mucha gente cuando los miraba juntos los señalaba y criticaba, pero ellos no le prestaban mucha  atención a eso. Después de haber  transcurrido un tiempo bastante largo desde que Ricardo y Viviana se conocieron ellos decidieron dar un paso muy importante para su relación y cada uno conoció a sus respectivos suegros y ellos aceptaban con gran felicidad lo que había entre los dos jovencitos, porque sus padres pensaban que Ricardo y Viviana nunca sentirían lo que en ese momento estaban sintiendo, amor puro y verdadero. Una vez ellos dos estaban en su acostumbrada salida de fin de semana, en la cual iban al parque a comer helado y a pasar un rato agradable, Ricardo nunca hablaba de la muerte, pero ese día sorprendió a Viviana con la siguiente pregunta:

-¿Tu qué harías si yo me muero?

A lo que Viviana respondió:

-¿Por qué me preguntas eso?

Simplemente, quiero saber si tú me seguirías queriendo aun después de mi muerte, dijo Ricardo.

Obvio, amor mío, dijo Viviana, te prometo que ni la muerte acabara con lo nuestro, yo nunca te voy a fallar ni a defraudar.

Créeme que si yo muero, este donde este, no te voy a dejar sola, ni la muerte hará que te olvide, dijo Ricardo, y después de haber dicho  estas palabras los dos se dieron un apasionado y dulce beso como sello de un pacto en donde se juraron quererse hasta la muerte y más allá, si Dios lo permitía.

Un mes después de haber hecho este juramento, Ricardo tuvo que hacer uno de sus acostumbrados viajes para que le hicieran una operación la cual era de un alto riesgo, pero para Ricardo eso ya se había vuelto algo de costumbre, es más, el ya no le temía a la muerte, pero antes de marcharse, tuvo que despedirse de Viviana, ella también era consciente de lo peligrosa que era la operación que le iban a practicar a Ricardo, por eso al despedirse de él, no pudo resistir el llanto y la tristeza que guardaba por dentro y de inmediato los libero enterneciendo también a Ricardo que tampoco pudo contener las lágrimas al despedirse de Viviana pero antes de partir hacia el aeropuerto Ricardo para consolar un poco a Viviana le dijo que él no tardaría mucho tiempo y que ella, durante su viaje, siempre iba a permanecer en su mente y en su corazón. Como Viviana ya era muy cercana a la madre de Ricardo antes de que ellos se fueran, les pidió el número de teléfono para llamar a preguntar sobre su novio  en el tiempo en que él iba a estar ausente, no había día en que Viviana no llamara a preguntar cómo se encontraba su querido novio. Ella, desde que Ricardo se había marchado, todas las noches antes de acostarse siempre rezaba pidiéndole a Dios que protegiera y cuidara a su amado Ricardo, porque si el moría ella estaba dispuesta a enterrarse con él, el día de la operación, Viviana llamo a Ricardo para darle ánimos y para que no tuviera miedo antes de la cirugía y después de haberse terminado la conversación con su novia, a Ricardo lo trasladaron al quirófano. Pasaron horas y más horas y el desespero de la madre del muchacho era evidente, ya hacía mucho tiempo que ella no sabían nada de su hijo, 4 horas después de que Ricardo ingreso a cirugía, salió el médico que le estaba practicando la cirugía a Ricardo, el medico salió con una cara que a simple vista reflejaba gran tristeza y daba a conocer la mala noticia que él le daría a la madre de Ricardo, cuando llego a la sala de espera donde se encontraba la ya angustiada madre del joven, el médico no dudo en decir sin tapujos y con la verdad lo que le había ocurrido a su amado hijo. Lo siento, pero Ricardo no soporto la cirugía y durante el procedimiento sufrió un paro cardiaco, hicimos todo lo posible por reanimarlo pero no lo logramos, antes de que iniciáramos con la operación, Ricardo escribió una carta y nos dijo que si a él le ocurría algo malo se la entregáramos a usted, que usted sabía bien a quien iba destinada esa carta, con gran tristeza y un llanto incontrolable la madre de Ricardo recibió la carta y de inmediato pudo deducir que aquella carta iba dirigida a Viviana, la muchacha que durante mucho tiempo se había encargado de hacer feliz y darle una razón para vivir a su hijo, ella no tuvo más opción que volver a su hogar para darle cristiana sepultura a su hijo, como lo indicaba su religión. Cuando llego a su pueblo natal, la primera y única persona que los estaba esperando en el aeropuerto era Viviana, al verla, la madre de Ricardo sintió un profundo dolor y no sabía cómo reaccionaría Viviana cuando ella le diera la trágica y lamentable noticia. Apenas Viviana vio que la madre de Ricardo había descendido del avión corrió de inmediato hacia ella, pero grande fue su sorpresa cuando Viviana noto que la madre de Ricardo estaba sola y de él no había el menor rastro, de inmediato pregunto a la señora sobre su novio, ella, tratando de disimular las lágrimas que corrían por su cara decidió contarle la verdad, el dolor que embargo a la pobre muchacha era evidente, ella quería que todo fuera una mentira, pero no era así, el muchacho que ella tanto había querido y al cual había entregado su alma y su corazón había fallecido, una vez que la madre de Ricardo le había contado la dolorosa verdad a Viviana, ella se acordó de la carta que antes de morir su hijo le había escrito a su querida Viviana, se la entrego y ella la leyó, decía lo siguiente:

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