No Desaproveche Sus Aflicciones

Seminario Nazareno Mexicano Campus Oaxaca Nor-Poniente

Materia: Libros Sapienciales

Facilitador: Pbro. Joel Peña López

Alumno: Gabriel Cruz.

REPORTE DE LECTURA

LIBRO: “No desaproveche sus aflicciones”

AUTOR: Pablo E. Billheimer, Ed. CLC (1981), pp 130.

OBJETIVO: Aprender a sobreponerse a las fuerzas hostiles a Dios.

HIPÓTESIS: El sufrimiento produce carácter y aptitud y genera un espíritu compasivo.

METODOLOGÍA: Exposición escrita de una cosmología.

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La tribulación es indispensable para lograr amplias dimensiones de amor ágape para la regencia eterna; tal amor sólo puede ser desarrollado en la escuela del sufrimiento. Porque no hay amor sin sufrimiento no hay gobierno sin amor. Y sólo si sufrimos reinaremos con Él.

Cita compuesta

Capítulo 1.- ¿Cuál es tu precio, oh gloria?

El ser humano debe aprovechar la aflicción, en lugar de despreciarla oponiendo resistencia y rebelión, pues el sufrimiento no es accidental sino un regalo que se debe apreciar, y que cuando se recibe apropiadamente va a exaltar nuestra fama, honor y rango eternos.

Y es que el sufrimiento nos llega a todos, pecadores y santos, y en el caso de estos últimos nadie llega a ser un santo sin sufrimiento. Cuando esto se acepta apropiadamente, es la gloria.

Capítulo 2.- El más sufrido en el universo.

Los seres humanos no son los únicos que sufren en el universo, el Dios infinitamente feliz es el supremo sufridor del universo con la caída del hombre, la cual pasa por la redención y llega a la expiación, el sacrificio de Cristo, el cual exige sufrimiento a la medida de la intensidad calidad del pecado de los hombres.

Capítulo 3.- Un universo moral.

Dios es el amor personificado, ama por naturaleza propia e intrínseca. Es decir, Dios es amor, y como tal, el amor es el principio supremo del universo infinito y permanente, (pues) sobrevivirá y permanecerá a pesar de todos sus rivales.

El supremo propósito de la vida en la tierra es aprender amor ágape como lo personificó Cristo. Por tanto, incidentes de alegría o tristeza, desgracia o bendición, dolor o gozo, son utilizados por Dios para madurar a sus hijos en amor ágape. Porque no hay amor sin sufrimiento o sin que uno se dé a sí mismo voluntariamente, negándose uno mismo a favor del otro. No hay carácter sin sufrimiento. No puede existir un santo si no ha sufrido.

4.- Capítulo 4.- Rescate legal

No hay ser humano que no haya sufrido de dolor, tristeza, angustia o contrariedad, experimentados por Cristo en su propia persona y permitidos por Dios a Satanás para afligir a uno de sus hijos, con el objetivo de entrenarlos en el conocimiento de las dimensiones del amor ágape. Sin embargo, Satanás no tiene autoridad legal sobre los creyentes, una persona puede ser rescata de la aflicción. El último objetivo del universo es lograr un orden social donde el amor ágape sea supremo.

Capítulo 5.- El misterio del sufrimiento.

La norma del universo es que los creyentes compartan el mismo carácter de Dios que es el amor ágape, pero este no puede ser desarrollado en una humanidad condenada sin que haya sufrimiento. Porque “si sufrimos, también reinaremos con Él”, ya que el sufrimiento es una forma de preparación necesaria.

Dos quiere preparar a un individuo para gobernar en un universo infinito que demanda carácter y que requiere tribulación y disciplina, para que la esperanza y la fe en Dios sean fuertes y constantes.

Pero, ¿qué hijo puede decir que su padre nunca lo castiga? Los castigos siempre son dolorosos en el momento, pero al final se ve en la persona un apacible crecimiento en gracia y carácter.

Empero, la aflicción, el sufrimiento, la tribulación y el dolor en el creyente tienen propósito y son para disciplinar, es decir, nunca se aprenderá nada nuevo de Dios sino es por medio de la adversidad, como dice Watchman Nee, pues sólo el castigo fuerza al hombre a arrepentirse y volver a Dios. En el caso de Cristo, el sufrimiento por el que pasó hizo que su experiencia humana fuera completa y perfeccionada.

En el caso del ser humano, quien no sufra o procure evitar el sufrimiento o rehúse que su yo o su naturaleza compartan la cruz, permanecerá duro de corazón, egoísta, indiferente y como consecuencia no será un imitador de Cristo, pues al no conocer el sufrimiento y el dolor será de poco uso para Dios.

Y es que no puede haber progreso espiritual a no ser que haya muerte progresiva en la vida del yo, porque sin sufrimiento no habrá crecimiento ni fruto.

La aflicción que se acepta

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