PERFIL DEL ENTRENADOR DE FUTBOL (6 A 8 AÑOS)

“En el juego y en el deporte, el niño siempre gana algo”. Gabriel Jesús Moreno.

Para ser un buen entrenador de futbol hay que tener en cuenta no solamente los aspectos deportivos y de capacidad motriz de los jugadores, sino también un conjunto de características que construyen a una persona integral. El entrenador de los niños no se queda atrás, ya que este debe planificar y llevar a cabo tareas que genere en el niño la motivación permanente por la actividad deportiva, el desarrollo continuo de todas las capacidades que influyen en el rendimiento deportivo y a la estructuración de una personalidad integra, creativa e independiente, teniendo en cuenta las posibilidades particulares de cada niño.

Tiene bajo su responsabilidad la difícil misión de iniciar un proceso deportivo de muchos años que no debe contener errores en la conducción, ya que estos, tienen una repercusión en el futuro y pueden convertirse en obstáculos que frenen el óptimo desarrollo deportivo y personal del individuo.

La tendencia de imitar el comportamiento de los mayores que los niños reconocen como personas importantes, nos convierten en grandes influencias en la forma de pensar y actuar de cada uno de ellos.

En función de ello debe reunir las siguientes características:

- El trabajo con los niños debe producirles placer.

- Debe ser responsable, solidario y respetuoso en el trato con todas las personas.

- Debe ser cuidadoso con su aspecto personal y hábitos de vida, ya que en el ejemplo se basa el primer aprendizaje de los alumnos.

- Su personalidad debe ser un ejemplo de dinamismo, inquietudes, justicia y comprensión, disponiendo del arte y los conocimientos necesarios para conducir sistemáticamente el proceso instructivo y educativo de los niños hacia futuros altos rendimientos deportivos.

- Debe incorporar continuamente los progresos científicos y metodológicos del entrenamiento deportivo, a través de publicaciones nacionales y extranjeras.

- Debe ser un buen ejecutante de los ejercicios motores y en especial los de la técnica deportiva, ya que el niño aprende mejor de lo que ve y poder descubrir con rapidez los errores de ejecución para que no se consoliden.

- No debe aumentar la responsabilidad de los niños en forma desmedida, ya que esto reduce el placer deseado, generando inseguridad en su personalidad.

- Debe ser paciente para lograr que los niños adquieran solidos hábitos a manifestar en campos de juego y en su vida social. Entre ellos se consideran de gran importancia la solidaridad, responsabilidad, respeto, iniciativa, la perseverancia en sus esfuerzos y la disposición de soportar cargas cada vez mayores.

- Debe tener una un sinfín de juegos y ejercicios que eleven el rendimiento motor y recreación del niño.

- Debe ser responsable con la sesión de entrenamiento utilizando metodología para alcanzar objetivos educativos y de rendimiento.

- Debe mantener la motivación en cada una de las tareas.

- Debe tener en cuenta cada una de las posibilidades de progreso y habilidades de cada niño.

- Debe proponer ejercicios y juegos en los que el niño emplee todo su potencial motor y sus capacidades del pensamiento para que elabore soluciones con creatividad e independencia.

- También debe tener en cuenta que no solo debe plantear objetivos recreativos, ya que el objetivo es elevar el nivel de todos los aspectos que componen el rendimiento motor, recomendándose el empleo de ejercicios y juegos placenteros.

- Debe apuntar a objetivos que sean posibles.

- Debe considerar al niño como un ser capaz de superar altas metas motrices, ya sea en los aspectos técnico-coordinativo, como en la expresión de las capacidades condicionales.

- Debe explicar los efectos de los ejercicios para que los niños sepan lo que están haciendo.

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