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POSITIVISMO CRIMINOLOGICO (COLOQUIO)


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2015  •  Resúmenes  •  2.082 Palabras (9 Páginas)  •  113 Visitas

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POSITIVISMO CRIMINOLOGICO (COLOQUIO)

Los positivistas llamaron “criminalidad” al conjunto de presos, que era a lo único que tenían acceso, porque los otros que cometían delitos y quedaban impunes les eran desconocidos. Ósea que su laboratorio se limitaba solo al estudio de los individuos encerrados.

El llamado positivismo criminológico que no es mas que el resultado de la alianza del discurso biologista medico con el poder policial urbano se fue armando en todo el hemisferio norte y se extendió al sur del planeta como parte de una ideología racista generalizada en la segunda mitad del siglo XIX y que concluyo en la Segunda Guerra Mundial. No tiene un autor, tiene muchos autores y de todas las nacionalidades. Se puede afirmar que empezó décadas antes del famoso medico Cesare Lombroso, con los médicos que lanzaron las primeras teorías que pretendían exponer una etiología orgánica  del delito y termino en los campos de exterminio nazi.

 La tendencia  deducir caracteres psicológicos a partir de datos físicos u orgánicos, por ejemplo, se remonta a un viejo tratado de “fisiognomía” atribuido, falsamente, a Aristóteles, y recobro fuerza en el Renacimiento. El origen de este saber se halla en la clasificación y jerarquización de los animales según virtudes y defectos humanos (cerdo asqueroso), que luego de un tiempo, a los mismos humanos les atribuyeron los rasgos que habían puesto en los animales.

A pesar de que, según Zaffaroni, existieron muchos personajes en la historia que dieron impulso al pensamiento positivista mucho antes que Cesare Lombroso, este momento de la historia criminológica, que se la relata como un simple momento del pasado teórico, se centro en tres figuras que fueron los representantes más fuertes o al menos los que mas se dieron a conocer: Cesare Lombroso, Enrico Ferri y Raffaele Garofalo.

Cesare Lombroso fue un médico forense que produjo una obra profusa, donde transito temáticas de las más diversas, no solo dentro del campo de la medicina, sino también de la historia, demografía, política y otras actividades. Lombroso siempre fue un medico activo en instituciones públicas, como el ejercito, las cárceles y los manicomios, donde aprovecho la posibilidad de conocer una multitud de casos individuales. Realizo, al estilo darwiniano, una enorme cantidad de estudios y observaciones de pacientes, especialmente de carácter antropométrico, que ordeno y clasifico.

El interés científico por Lombroso por las taras genéticas hereditarias o congénitas, que tan reiteradamente observaba en locos y delincuentes alterados, fue llevándole gradualmente a la idea de que debía existir una relación de carácter biológico entre degeneración y los instintos perversos o destructivos. Por esa vía se acentúa en su pensamiento la sospecha de que el delincuente tiene una tendencia malvada innata ligada a su estructura física y psíquica, que se manifiesta hasta en su fisonomía. En especial, Lombroso, fija su atención en caracteres somáticos y biológicos del delincuente, convencido de que atavismo y degeneración se combinan, de modo tal, que en cada delincuente pueden detectarse un buen numero de características degenerativas, como la relación peso – altura, la capacidad craneana o características como la mirada extraviada, orejas grandes, asimetrías, etc.

En su obra “Los criminales”, Lombroso, lanza afirmaciones tan erradas como espectaculares (las cuales, luego, tuvo que rectificar).

Es así como, Lombroso, identifica en los criminales una anomalía que es la analgesia, ósea, la resistencia al dolor. De esta forma, da una explicación al porque los criminales soportan, por ejemplo, el dolor de una aplicación de hierro al rojo vivo. Esta analgesia da lugar a otro concepto que, Lombroso, denomina disvulnerabilidad, que es la capacidad que tiene los criminales de poder curarse las heridas rápidamente, o, en todo caso, salvarse de ciertas situaciones cercanas a la muerte.

Los individuos que poseen esta disvulnerabilidad, se consideran como seres privilegiados y desprecian a quienes ellos toman como débiles. Y a su vez, constituye un placer atormentar a los seres que ellos consideran inferiores (los débiles).

Es así como se genera, según Lombroso, una doble crueldad en los criminales, ya que cuando una disminución congénita de sensibilidad para los dolores y los sentimientos desagradables, entonces muy difícilmente vamos a encontrar a un delincuente compasivo.

Lombroso, a su vez, da ciertas características a los criminales, en cuanto:

  • Secreciones: Luego de muchas observaciones determina que en los criminales de oficio hay una disminución de las eliminaciones de los úricos y un aumento de los fosfatos, en tanto que los cloruros no varían.
  • Olfato: a través de un osmómetro determina que los criminales en su generalidad no poseen olfato, tienen alteraciones nasales. A su vez varios sienten las excitaciones olorosas pero sin poder especificarlas y menos, todavía, clasificarlas.
  •  Gusto: los criminales mostraron en todas las experiencias realizadas una considerable carencia del gusto.
  • Marcha: a la inversa de lo que acontece con las gentes honradas, dice Lombroso, el paso izquierdo de los criminales es, generalmente, mucho más largo que el derecho. Esta es una característica que abunda entre los epilépticos.
  • Escritura: en cuanto a la escritura, en especial la de los homicidas, la letra suele ser dura, grosera, ordinaria e infantil.
  • Gesto: es costumbre muy antigua entre los criminales comunicarse sus pensamientos por medio de gestos. Generan un abuso que tiene su explicación en la movilidad exagerada de ellos.
  • Tatuajes: el carácter específico de estos son la obscenidad, la jactancia del crimen y el contraste por demás extraño de las pasiones más perniciosas y de los sentimientos más delicados. Así, determinadas figuras son empleadas exclusivamente por asociaciones de criminales, constituyendo una contraseña para ciertos actos. Son símbolos de respeto, jerarquía y hasta alcanzar a significar una especie de uniforme entre los criminales. Los tatuajes son atávicos y se encuentran entre los salvajes.

Lombroso da un apartado a las patologías del hombre criminal, y dentro del texto asignado por la cátedra se toma dos tipos de criminales:

DELINCUENTE OCASIONAL:

Se trata de un delincuente primario, poco o nada peligroso, generalmente exento de defectos psicológicos, pero susceptible de convertirse en habituales. No tiene frenos inhibitorios. Esta clase de delincuentes no puede refrenar sus impulsos, ante la ocasión reacciona por impulso. Es imputable. Es un hombre que delinque por sugestión del ambiente que lo rodea.
Este tipo de delincuente, presenta un problema para Lombroso, debido a que es un criminal de difícil reconocimiento debido a que es “ocasional”. Contradiciéndose, de alguna manera, Lombroso afirma que este criminal nace de las circunstancias sociales. Lombroso resuelve esta cuestión, determinando que la circunstancia social no hace al delincuente, sino que lo revela, volviendo a si a su punto de partida de que un hombre no se hace delincuente, sino que nace.

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