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PROCESO CATALACTICA-INTRODUCCION


Enviado por   •  14 de Octubre de 2015  •  Trabajos  •  3.936 Palabras (16 Páginas)  •  126 Visitas

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INTRODUCCION

Para comprender el paradigma de la nueva gerencia pública es necesario buscar sus antecedentes teóricos, en particular los económicos que corresponden a la catalaxia (mercado). Se trata supuestamente de un orden autogenerado que obedece a las leyes de la oferta y la demanda; los principios de ese intercambio económico son el cálculo económico, la soberanía del consumidor, la competencia y los precios como mecanismos de coordinación.

PROCESO CATALACTICA EN LA GERENCIA PÚBLICA

  1. LA ECONOMÍA DE MERCADO O LA CATALÁCTICA

De esta manera Mises, al igual que otros economistas neoclásicos, se refiere al mercado como un proceso donde se intercambian precios, y al que denomina cataláctica o economía de mercado. Esta palabra proviene de la raíz griega katalakiein que significa trueque o intercambio. Así, la cataláctica (denominada también catalaxia o catalixis) es la teoría de los tipos de intercambio y de los precios. Su objeto de estudio es cualquier fenómeno de mercado, con todas sus raíces, ramificaciones y consecuencias; su análisis se orienta a todas aquellas acciones que se conducen sobre la base del cálculo monetario.

La economía de mercado es un sistema social donde existe la división del trabajo y se basa en la propiedad privada de los medios de producción; también se encuentra gobernado por el mercado, que es el que impulsa las diversas actividades humanas para satisfacer las necesidades de los demás. Su mecánica funciona sin necesidad de compulsión ni de coerción, por lo tanto el Estado como aparato social de fuerza y coacción no interfiere en ella, ni tampoco interviene en las actividades de los ciudadanos que el propio mercado encauza.

  1. PRINCIPIOS DEL INTERCAMBIO ECONÓMICO, QUE PROPALARON LOS ECONOMISTAS NEOCLÁSICOS.

  1. El cálculo económico

El concepto básico del cálculo económico es el de capital y su correlativo es la renta; entonces, distinguir entre medios y fines (capital y renta) nos obliga a diferenciar entre invertir y consumir, negocio y casa, fondos mercantiles y gasto familiar. 

La suma que resulta al valorar, en términos monetarios, el conjunto de bienes destinados a inversiones (capital) es el punto de arranque de todo el cálculo económico; el fin inmediato de la actividad inversora consiste en incrementar, o al menos no disminuir, el capital poseído. La renta representa aquella suma que, sin merma del capital original, puede consumirse en cierto tiempo: si lo consumido supera a la renta constituye lo que se denomina consumo de capital; en cambio, si la renta es superior al consumo, la diferencia es el ahorro. Cifrar con precisión a cuánto asciende en cada caso la renta, el ahorro o el consumo de capital es uno de los propósitos de mayor trascendencia atribuidos al cálculo económico.

 

La idea de capital cobra sentido para aquellos individuos que, en una economía de mercado, actúan libre o asociadamente para cosechar ganancias y evitar pérdidas 

  1. La soberanía del consumidor

La escuela austriaca de economía, fundada por Carl Menger y seguida por Eugen Böhm-Bawerk y Ludwig von Mises, en una segunda y tercera generación respectivamente, plantea la explicación de los fenómenos económicos hasta llegar a las acciones de los individuos; en este individualismo metodológico matizado de un fuerte subjetivismo, se llega hasta los juicios y las elecciones formuladas por los individuos sobre la base del conocimiento que tengan o crean tener y las expectativas acerca de los acontecimientos externos. 

De acuerdo con este principio, la rama misesiana de la economía austriaca agregó la soberanía del consumidor, en virtud de la influencia poseída por los consumidores sobre la demanda efectiva de bienes y servicios y, a través de los precios resultantes en mercados libremente competitivos, y que condicionan los planes de productores e inversionistas.

En suma, los consumidores son al fin de cuentas, quienes determinan no sólo los precios de los bienes de consumo, sino también los precios de todos los factores de producción. 

Hayek igualmente trató en su libro El camino de la servidumbre (1944), la esencia de la concepción individualista al reconocer al individuo como juez supremo de sus propios fines que gobiernan sus acciones; aunque esta posición no excluye el reconocimiento de los objetivos sociales, que no son sino simples objetivos idénticos de muchos individuos dispuestos a satisfacer de sus deseos, pese a que no son únicamente fines últimos sino medios que usan en una diversidad de propósitos. 

La escuela de Viena formuló la tesis de que ninguna actividad productiva puede conferir valor a los bienes y servicios, ya que el valor consiste en las estimaciones subjetivas que hacen los consumidores individuales. El valor es una apreciación propia del consumidor, de modo que los precios se determinan de acuerdo con la extensión e intensidad de esas apreciaciones, así como con el deseo de los consumidores en relación a los bienes. En la ley de la utilidad marginal decreciente esbozada por los neoclásicos, el pan es mucho más barato que los diamantes porque la cantidad de pan disponible es mucho mayor que la de diamantes.

En la economía de mercado, cuando dirigen los empresarios la producción representan al gobierno de los asuntos económicos; no obstante, se encuentran incondicionalmente sometidos a las órdenes del capitán del barco que son los consumidores. Cuando los empresarios no siguen las directrices que le marcan los consumidores mediante los precios del mercado, sufren pérdidas patrimoniales hasta finalmente ser relevados de su posición. Al final del ejercicio, los consumidores no sólo determinan los precios de los bienes de consumo sino también los precios de todos los factores de la producción; de ahí que se diga que el mercado constituye una democracia donde cada centavo da derecho a un voto.

Por este motivo los vendedores de bienes de primer orden son los únicos que tienen el privilegio de estar en contacto directo con los consumidores, por lo que pueden recibir sus instrucciones de modo inmediato y de primera mano. Gracias a ello, recientemente en los Estados Unidos se ha desarrollado una serie de técnicas que se denominan respuesta eficiente del consumidor (ECR) y pretenden que el productor detecte las necesidades de los consumidores a efecto de reorientar la producción de bienes y servicios. Estas técnicas están siendo desarrolladas ampliamente por las cadenas comerciales de mayor prestigio mundial como Wal Mart, Carrefour y Home Mart, entre otras.

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