PROTESTAR FRENTE A LA CUMBRE DEL G20 EN SEÚL
German91Ensayo5 de Junio de 2014
17.135 Palabras (69 Páginas)202 Visitas
GLOBALIZACIÒN
PROTESTAR FRENTE A LA CUMBRE DEL G20 EN SEÚL
LLAMADO A LOS MOVIMIENTOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES DEL MUNDO ENTERO A PROTESTAR FRENTE A LA CUMBRE DEL G20 EN SEÚL “20 PAÍSES NO DEBEN DECIDIR EL DESTINO DEL MUNDO ENTERO” POR EL CAMBIO DEL SISTEMA. CONSTRUYAMOS OTRO MUNDO! QUE LA CRISIS NO LA SIGAN PAGANDO LOS PUEBLOS
Participen en la Semana de Acciones Colectivas de los Pueblos en Seúl, del 6 al 12 de noviembre de 2010
El terremoto financiero de finales de 2008, última expresión de una crisis integral del capitalismo neoliberal (que incluye la crisis climática, de los precios de los alimentos, la crisis energética y de falta de empleo y persistente pobreza), continúa diseminándose por el mundo con su rostro trágico para los pueblos de los países ricos y pobres del planeta.
Los poderes mundiales reaccionaron a la crisis inmediatamente, articulando sus esfuerzos para salvar el sistema que, como muestra claramente la crisis, es responsable por el aumento de desigualdades y pobreza en el mundo. Los líderes de los países más poderosos, que se reunían en el G81, resolvieron dar una nueva configuración al G202 al invitar los Jefes y Jefas de Estado de este grupo restringido conformado por las economías grandes y “emergentes”, para unirse con ellos y los ministros de finanzas durante las Cumbres del G20. Autoproclamándose como el “nuevo foro para la gobernabilidad económica mundial”, el G20 renovado busca afirmarse como centro del poder global, dándole la espalda a los demás 172 países que integran la ONU que, no por casualidad, son principalmente los más pobres del mundo.
La inclusión de los países “emergentes” del Sur Global no es una señal del altruismo del G8 que desea consultar y juntar las manos con los países en desarrollo; más bien representa un cambio de táctica. El G8 decidió invitar a estos países en desarrollo a participar de su club exclusivo con el fin de 1) obstaculizar el avance en la creación de las alianzas sur-sur y silenciar los cuestionamientos al modelo liberal, 2) devolverle al G28 un poco de su legitimidad menguante y 3) acceder a las divisas que se acumulaban en esos países llamados emergentes. Al acceder a las divisas de los países del sur global, los ‘antiguos’ poderes del G8 lograron salvar temporalmente el sistema financiero del colapso y resucitar al moribundo FMI y otras instituciones financieras internacionales, que vuelven ahora a la carga con sus programas de ajuste estructural, ya no sólo en el Sur, sino también en el Norte.
Entre tanto, inclusión no significa igualdad en la participación. Como se puede ver, el poder real de toma de decisiones permaneció en el ‘antiguo’ G8 y sus corporaciones. Además, expansión no significa legitimidad. El G20 es tan ilegítimo y anti-democrático como el G8. Es una entidad no elegida y no 1 Paises del G8: Canadá, Estados Unidos, UK, Francia, Japón, Alemania, Itália y Rusia 2 Paises del G8 + Brasil, Argentina, Sudáfrica, México, Arabia Saudita, Australia, China, Korea del Sur, India, Indonesia, Turquía y la Unión Europea representativa, que no representa ni debe representar, ni tomar decisiones sobre los rumbos económicos y políticos del mundo entero.
Y como en el caso del G8, el objetivo real del G20 no es resolver la crisis, sino revitalizar el régimen neoliberal. Las medidas “activas”, supuestamente orientadas a salvar al conjunto de las economías en crisis revelan la verdadera agenda e intereses del G20. Ideas introducidas en el debate inicialmente (sobre todo las propuestas de impuestos a las transacciones financieras y control a los paraísos fiscales) han sido substituidas por presiones para impulsar políticas de austeridad fiscal, mayor liberalización comercial y de las inversiones, la promoción de nuevos negocios y más especulación financiera, a través de las falsas soluciones de mercado para la crisis climática, sobre todo el mercado de carbono. Aún más, sus reformas financieras no imponen ningún control real y democrático de las operaciones de los bancos o transnacionales.
Contra todas las evidencias de un modelo fallido, que no sólo ha hundido a millones de personas del mundo entero en la pobreza, sino que contribuye diariamente a la destrucción de las bases mismas de la vida del planeta, los gobiernos del G20 persisten en fomentar el continuismo.
O aún peor, el G20 – que surgió inicialmente para contener la crisis – ahora busca transformarse en el espacio de poder político, en el cual se pretende definir los rumbos de la economía mundial y la gobernabilidad, ampliando cada día más su agenda para abarcar temas climáticos, de subsidios a los combustibles fósiles e inclusive de la asistencia internacional, sin hacer nada sustantivo en estas áreas.
Con las negociaciones estancadas en la Organización Mundial del Comercio (OMC), es evidente que dichos países están enfocando sus esfuerzos en el G20, ya que éste se vuelve cada vez más el centro de debate y de toma de decisiones sobre el orden económico mundial.
Sociedad, globalización cultural, consumos y exclusión social
En este artículo nos proponemos reflexionar en torno de la relación entre consumos culturales y situación social en la Argentina, en el marco de las características que asume la globalización cultural. Si durante varias décadas las clases medias argentinas legitimaban su identidad social a partir del acceso a la educación, así como también del consumo de cine y libros, hoy los cánones de consumo cultural presentan otras variantes. La crisis económica y sus consecuencias en el plano social, por un lado, y la transformación de la oferta cultural –fusiones, industrias culturales, venta de libros en shoppings, etcétera, modifican el vínculo con la cultura, asimismo, debe analizarse la incorporación creciente de las nuevas tecnologías de la comunicación e información en la vida cotidiana, fenómeno que produce un desplazamiento del disfrute de la cultura al interior del hogar, así como nuevas articulaciones entre lo público y lo privado.
Pasada la primavera democrática, período inicial caracterizado por un clima de esperanza que se instala después de soportar terribles dictaduras, emergieron con toda su crudeza los endémicos problemas sociales latinoamericanos. Desde fines de los 80, la cuestión social y cultural se vio agravada por la persistencia en la aplicación, en el marco de regímenes democráticos, de recetas económicas fundadas en el ajuste estructural, cuyas consecuencias deben ser observadas a la luz de la creciente interdependencia económica de los países en una nueva forma de la globalización económica, que ahora se vislumbra fuertemente en el plano cultural, proceso en el cual las nuevas tecnologías de la información tienen un papel relevante. A su vez, los procesos sociales y culturales asumen el carácter de nuevos, ya que aparecen disociados de imágenes y representaciones de un cambio político proyectado hacia el futuro, como los que poblaban el universo cultural previo a los años 90.
Si en el caso de la Argentina esta “primavera” tuvo una manifestación marcadamente cultural como si lo cultural hiciera a una identidad argentina destruida y exiliada, en los 90, contrariamente, se configuró un discurso pragmático instrumental economicista que produjo un nuevo tipo de sociedad. Exclusión social, anomia social, atomización social y pérdida de lazos, desintegración, crisis de identidades, distribución inequitativa del ingreso, descrédito de las democracias ante la incapacidad de resolver problemas, corrupción de las instituciones políticas, acrecentamiento de formas delictivas, constituyen rasgos definitorios de los procesos sociales latinoamericanos de las últimas décadas que asumen en nuestro país una manifestación trágica. En un clima de decadencia general nos preguntamos acerca del significado actual de los consumos culturales. La identificación de la sociedad argentina con la producción y el consumo cultural ¿forma parte del pasado?; ¿qué significados adopta en el presente, en una sociedad profundamente cambiada y mucho más desigual que décadas atrás?; ¿cómo conviven nuevos imaginarios de la desigualdad con viejos valores sobre la cultura y la educación?; ¿qué queda de lo viejo y qué emerge?; ¿cómo afecta la globalización cultural y la reorganización mundial de la cultura en el plano de los consumos?
La vida cotidiana tiene la marca de una larga y profunda recesión económica, que se manifiesta también en el aumento de la delincuencia y la inseguridad, tornando peligroso el uso del espacio público. En este contexto, la industria de la “seguridad” es de las más exitosas. Los sectores minoritarios que se consolidan o enriquecen con el actual modelo económico circulan en camionetas todo terreno, que eligen alegando razones de “seguridad”. También, en Buenos Aires se blindan los autos contra las agresiones de la delincuencia, siguiendo el modelo de ciudades tradicionalmente violentas como San Pablo o Bogotá. Estas señales novedosas dan cuenta de una sociedad dual y desgarrada que está atravesando una crisis social y moral, y que antiguamente se sostuvo sobre procesos de movilidad y ascenso social distintivos del resto de América Latina, hoy inimaginables. (Ana Wortman)
Crisis económica exige que globalización se rija por la ética, expresa CELAM
BOGOTÁ, 11 Feb. 09 / 06:02 pm (ACI)
La Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), señaló que la actual crisis económica mundial es consecuencia de la inversión de valores y por ello es necesaria que la globalización sea regida por la ética y la solidaridad,
...