Paradigmas De La Planificacion
04232617 de Mayo de 2013
2.963 Palabras (12 Páginas)440 Visitas
El Paradigma De La Complejidad y Simplicidad
Entender la manera como el individuo aborda y comprende el conocimiento, es un tanto complejo, pues se deberían definir diversos factores influyentes en dicho proceso. Es por ello que se crean modelos establecidos para explicar la manera como un individuo puede enfrentarse ante la realidad de un objeto. Tal es el caso de los paradigmas de la simplicidad y la complejidad, los cuales manifiestan diferentes maneras de entender el conocimiento.
A lo largo del siglo XX el concepto de complejidad se ha integrado prácticamente en todos los ámbitos. Se habla de una realidad compleja, de relaciones complejas de la ciencia de la complejidad, de la teoría de sistemas complejos, del paradigma de la complejidad. Muchos de los conceptos anteriores, si bien están relacionados entre sí, poseen un significado y un alcance diversos.
Se dice que el pensamiento complejo es un pensamiento que relaciona elementos y que se opone al aislamiento de los objetos del conocimiento. Es un cuestionamiento y no una respuesta, una suerte de desafío al pensamiento, un conocimiento que se cuestiona a sí mismo y que debe estar centrado en los fenómenos más que en las disciplinas, en el acontecimiento más que en las variables, en la crisis más que en la estadística.
El paradigma de la complejidad observa el fenómeno desde todos los ángulos posibles, no es objetivo, no tiene norte ni rumbo establecido, la subjetividad es su cimiento, propicia la confrontación, (dialógico) es cualitativo y permite la participación de diferentes disciplinas (interacciones y retroacciones). No hay una verdad absoluta y la característica principal es que el investigador impone su punto de vista del fenómeno.
Dentro de las características de la complejidad, hay tres principios que pueden ayudar a pensar la misma complejidad. Edgar Morin propone la Dialógica, la Recursividad y la Multiplicidad como principios fundamentales que, estando estrechamente ligados entre sí, posibilitan el pensamiento complejo.
a) Principio Dialógico: nos permite mantener la dualidad en el seno de la unidad, asociando los términos que son, simultáneamente, antagónicos y complementarios. Así, la presencia de ideas contrarias como individual/colectivo, orden/desorden, singularidad/pluralidad, que, aparentemente, se anulan entre sí, son concebidas como aspectos que configuran un sistema complejo, siendo indisociables e indispensables para comprender una misma realidad, puesto que ambas colaboran para producir su organización en la complejidad.
b) Principio de Recursividad Organizacional: la idea de recursividad rompe con la idea lineal de causa-efecto, productor-producto, etc., porque todo lo que es producido regresa (como input) a aquello que lo ha producido, en un ciclo auto-constructivo, auto-organizador y auto productor en sí mismo. Los productos y los efectos son, simultáneamente, causa y productor de aquello que los produce. Extrapolando este concepto al contexto social, este es producido por la interacción de los integrantes y, a su vez, esta retroactua sobre los individuos y los produce. Desde esta perspectiva, la sociedad y los individuos son productores y causa en forma simultánea.
c) Principio Hologramático o de Multiplicidad: la parte está en el todo y el todo está en la parte. En un holograma físico, cada punto de la imagen contiene la totalidad de la información del objeto a ser estudiado. Este principio pone de manifiesto la aparente paradoja de ciertos sistemas donde no sólo la parte está en el todo, sino que el todo está en la parte. Trasciende así al reduccionismo que no ve más que las partes y al holismo que no ve más que el todo.
La característica principal del paradigma de la simplicidad es la racionalidad, puede ser medible y cuantificable, observa el fenómeno desde la parte objetiva, la razón siempre será su norte. La objetividad está presente en todo momento dejando a la subjetividad de un lado, es decir no tiene aforo en este paradigma, por ser aleatorio he inseguro. Insisto la subjetividad no es posible en este paradigma, por considerarlo irreverente.
De acuerdo al paradigma de la simplicidad, la construcción del conocimiento se concibe en base a un esquema clásico de tres elementos: sujeto que conoce, objeto a ser conocido y método científico, instrumento para lograr el conocimiento. Desde este esquema, se escinde el sujeto del objeto, a través de un método científico. Por otro lado, este modelo de conocimiento toma al pie de la letra el segundo precepto establecido por Descartes en su Discurso del Método (1637): "dividir cada una de las parcelas en el proceso de conocer, a fin de examinar cada dificultad en tanto parcelas, como sea posible, y que se requiera para resolverlas mejor".
Así, se caracteriza por dividir al todo en sus partes y dar prioridad a cada una de estas partes sobre el todo. Esta metodología de investigación generó tres fenómenos que caracterizan a este paradigma: la disyunción (separa lo que naturalmente se encuentra ligado), la reducción (unifica lo que naturalmente es diverso) y la racionalidad. La disyunción hace referencia a la parcelación del conocimiento, postura que impide que el todo pueda ser visto en forma global. Los problemas de investigación son abordados dentro de su óptica, sin referencia al contexto del cual, implícitamente, hacen parte.
Con esta voluntad de simplificación, el conocimiento científico se daba por misión la de develar la simplicidad oculta en la aparente multiplicidad y el aparente desorden de los fenómenos. Así, el paradigma de la simplicidad es un paradigma que pone orden al Universo y persigue al desorden; el orden se reduce a una ley o a un principio que puede ser extrapolado y generalizado a fenómenos semejantes.
Esta construcción del conocimiento lo reduce de un todo a sus partes y restringe lo complejo a lo simple. Al estudiar una realidad parcelada, también se obtienen respuestas o soluciones parceladas e incompletas, que no satisfacen las necesidades reales y globales del contexto en el cual se dan los fenómenos.
De acuerdo a la posición teórica de Morin, la complejidad no es el opuesto a la simplicidad, sino la unión de ambas. Es la unión de los procesos de simplificación que implican selección, jerarquización, separación, reducción con los otros contra procesos que implican la comunicación, la articulación de aquello que está disociado y distinguido. No se trata, por tanto, de rechazar o de sustituir el conocimiento de las partes por el conocimiento de las totalidades, ni de abandonar el análisis por la síntesis, sino de conjugar ambas perspectivas. En la comprensión del paradigma complejo encontramos más que disciplinas como tal, ideas organizadas por razones lógicas, con racionalidad dialógica, dentro de principios hologramáticos recursivos. Es decir, aceptar la interdisciplinariedad como elemento interactuante dentro de los preceptos complejos, inmersos en contextos complejos.
En relación a la simplicidad, mantiene una postura en la cual el individuo no presenta interpretación alguna del objeto al cual observa, es un modelo objetivo, lógico, racionalista, cuantitativo, que ve las cosas desde un punto de vista probatorio, donde cualquiera que desee conocer la realidad de ese objeto pueda comprobar lo que el otro argumento, puesto que es meramente objetivo. Por el contrario, la complejidad ve la realidad desde un punto de vista subjetivo, es decir introduce la interpretación personal, se manifiesta la relación sujeto-objeto, donde el hombre le incorpora a la observación realizada, su percepción personal acerca de la realidad circundante; es un modelo inclusivo, interdisciplinario, dialógico, autocrítico. No significa que el paradigma de la complejidad aparte por completo al de la simplicidad, por el contrario lo arropa, es como una visión más global de las cosas, puesto que interviene la parte personal en cada observación. Un ejemplo práctico de esta situación era la visión mantenida durante muchos años acerca de la evaluación educativa, en la cual se consideraba aprobado un contenido cuando el alumno alcanzaba los objetivos propuestos por cada unidad y las evaluaciones se realizaban de manera cuantitativa cien por ciento. Ahora cabe preguntarse ¿Un simple examen es capaz de medir o descifrar todo lo que un alumno sabe de algún tema?, en situaciones como esta se pone complicada la cosa, es por ello que nace la nueva metodología de evaluación cualitativa, donde al alumno no solo se le evalúa cuantitativamente sino también aspectos relacionados con su persona (el ser), sus relaciones interpersonales (el convivir) sus destrezas a la hora de realizar actividades (el hacer), en fin una evaluación desde un punto de vista holístico donde se mantiene una visión sostenida en el paradigma de la complejidad.
Así es que el paradigma de simplicidad es un paradigma que pone orden en el universo, y persigue al desorden. El orden se reduce a una ley, a un principio. La simplicidad ve a lo uno y ve a lo múltiple, pero no puede ver que lo Uno puede, al mismo tiempo, ser Múltiple. El principio de simplcidad o bien separa lo que está ligado (disyunción), o bien unifica lo que es diverso (reducción).
Tomemos como ejemplo al hombre. El hombre es un ser evidentemente biológico. Es, al mismo tiempo, un ser evidentemente cultural, meta-biológico y que vive en universo de lenguaje, de ideas y de conciencia. Pero, a esas dos realidades, la realidad biológica y la realidad cultural, el paradigma de simplificación nos obliga ya sea a desunirlas, ya sea a reducir la más compleja a la menos compleja. Vamos entonces a estudiar al hombre biológico en el departamento de Biología, como un ser anatómico, fisiológico,
...