Película El Gran Debate.

ENSAYO EL GRAN DEBATE

Desde comienzos inmemorables el ser humano se ha dedicado a crear un método, un modo, un estándar de vida social que impere en el común de todas las personas.

Abrumados y pisoteados unos; por aquellos que creen que sus razones y las leyes ordenadas al amaño de sus creencias son la manera más conveniente y sana de lograr la justicia y el bien general, avanzamos en una constante guerra,  en una insensata discusión que parece no tener fin.

Creando leyes y ordenanzas, que en un porcentaje solo busca coartar la libertad en todas sus formas, se ha logrado someter a la mayoría.

En la película nos plantean que “el debate es un deporte mortal, donde sus armas son sus palabras”... Bajo mi punto de vista aceptar esta definición es como reconocer que los debates verdaderamente solo buscan vencer al contrincante o el oponente y que se imponga un concepto, una norma, ley o una idea sin importar que esta represente o no el interés y bien general.

Situación que es el común denominador en la actualidad; porque es bien sabido que realmente priman los intereses de un sistema y unas personas que quieren tener el control  de todo; incluyendo las normas y las leyes, y poco importa que estas salva guarden en general a las personas y sus derechos.

En el transcurrir de la historia hemos conocido una serie de acontecimientos como el racismo, el exterminio judío, las guerras mundiales, etc, que se salen de toda proporción y son una clara muestra de que no todo lo que se hace en nombre de la justicia es moral o correcto.

Amparados en un dios,  en la premisa del bien, en nombre de la misma  justicia hemos creado las más singulares leyes, que en gran parte han contribuido al deterioro de lo  que llamamos moral.    

El ser humano está saturado de normas, leyes, prohibiciones que sin lugar a dudas lo tienen al borde del colapso mental, y el mismo da señales de resistencia y oposición, porque un porcentaje de estas normas están compuestas de represión e injusticia y la valía de las personas va en decremento.

Hay un sinfín de teorías e ideologías con las cuales los creadores de las leyes se emparan para lograr sus propósitos, que en muchas ocasiones tienen poco de ortodoxos y moralistas. Mas si,  están cargadas de una estrategia sutil que solo busca dar satisfacción a su ego y a sus intereses económicos y hacen creer que solo desean proteger el bien común y los derechos de los ciudadanos; pero solo veo en ello un sofisma de distracción.

El deterioro, que sufren las personas al ingresas a una cárcel, es un claro ejemplo del desgaste social, que causa la estrategia  de que castigando y encerrando al hacedor de un delito o del violador de una ley, se corrige la causa raíz que indujo a la persona a cometer el acto juzgado.

Por eso mismo la teoría de que “Nada que erosione el reinado de la ley puede ser moral, sin importar  que nombre le demos”; no lo considero aplicable en todos los casos. Insisto en la necesidad de reevaluar las leyes, las estrategias de orden y justicia porque a mi juicio se han vuelto inmorales y perjudiciales para la mayoría que suele estar des

Nos volvimos amantes de la justicia que como jueza y verdugo condena los actos “bochornosos” e “inmorales” de nuestros semejantes.

Casi que hay  cierto placer morboso a la hora de conocer el veredicto, la sentencia  final que se da a una persona por un acto mal sano que ha cometido. Basta con mirar en las plazas de los pueblos, donde la gente se aglomera en espera de que salga del juzgado en bandido en cuestión, para conocer el veredicto implacable y bien merecido, al cual los curiosos asistentes celebraran o no según, sea su idea de lo que merece el que infringe las leyes.

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