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Perfil competencial de un tutor a raíz de un caso práctico


Enviado por   •  12 de Octubre de 2022  •  Trabajos  •  984 Palabras (4 Páginas)  •  166 Visitas

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Asignatura

Datos del alumno

Fecha

Orientación Familiar y Tutorías

Apellidos: Reina Pérez

8-04-2022

Nombre: Julia

Actividad: Perfil del tutor

Perfil competencial de un tutor a raíz de un caso práctico

Explicación caso práctico sobre el perfil del tutor-alumno

En primer lugar, y antes de ahondar en cómo sería la forma correcta de actuar en la situación descrita, es importante mencionar las principales funciones y el perfil que debe de tener un tutor para así desarrollar su trabajo de una forma eficaz.

El maestro-tutor debe tener claro que es un constante transmisor de valores, tanto en sus clases como en su práctica diaria, por lo tanto, uno de los rasgos de su perfil tiene que ser el conocimiento de esto y la actuación coherente en relación a los valores que quiere transmitir. Por otro lado, otro de los rasgos de su perfil debe ser la posibilidad de asumir estrategias pedagógicas, tanto de cara a su alumnado o a las familias, con el fin de poder resolver problemas cotidianos que aparecen tanto dentro del aula como en las casas de sus alumnos.

El trabajo del tutor tiene una alta carga emocional, ya que parte de su trabajo es promover el crecimiento personal de su alumnado, acompañándolos en su proyecto de vida mientras dure la relación tutor-alumno (normalmente dos años). Con el fin de poder cumplir con sus objetivos, el tutor tiene que tener una mente abierta de cara a su alumnado y conocer sus vidas, situaciones y problemas personales. No se trata de idealizar a la figura del tutor convirtiéndolo en una especie de “súper héroe”, sino de entender este trabajo como uno con compromiso alto de cara a la institución educativa y una muy fuerte vocación. Es por ello importante resaltar en la figura del tutor cualidades como: inteligencia emocional, asertividad, empatía, respeto, compromiso, discreción y madurez afectiva.

Son varias las funciones del tutor, entre las que se encuentran:

Atender a la diversidad de su alumnado para ejercer una correcta adaptación curricular, facilitar la integración de los alumnos en el grupo, desarrollar el PAT (bajo la supervisión del jefe de estudios), gestionar el proceso de evaluación de los alumnos de su grupo, así como firmar actas, servir de guía y orientación para su alumnado (tanto en competencias educativas como personales), ser el puente de información entre alumnos y familias (mantener siempre a la familia informada de lo correspondiente a sus hijos) y atender y cuidar, junto al resto de profesores, a los alumnos en tiempo de recreo y otras actividades lúdicas[1].

En cuanto al caso planteado, veo varios posibles problemas arraigados en el alumno. Una posible carencia afectiva o falta de límites en casa, una falta de atención que subsana en el aula y frente a una figura de autoridad (el profesor) o, sencillamente, un alumno rebelde. Esto último también se puede dar. Sin querer ahondar mucho, yo personalmente era así en el colegio. Con una familia estupenda y muy estructurada en afecto, comunicación y límites, simplemente me gustaba ser rebelde y poner al límite al profesor. Y ahora soy una adulta normal y estupendamente integrada en la sociedad. A veces esto pasa y no hay más misterio detrás y los profesores rizan el rizo intentando encontrar respuestas donde no las hay. Pero mejor vuelvo al planteamiento inicial y vamos a pensar que este niño presenta algún problema por alguna parte. La labor de hablar e informar a los progenitores de la actitud del niño será competencia del tutor, al igual que también es responsable de promover y facilitar la cooperación educativa entre familia y escuela. Dicha tutoría con el alumno y su familia tendría que ir previamente preparada. El tutor tiene que conocer la situación familiar y personal del niño y no atenerse solamente a lo que sucede con él en el aula. Una vez reunidos, el tutor debe ahondar en la justificación dada por el alumno, darla a conocer a los padres para ver ellos qué opinan de eso (sobre lo de que en casa se habla cuando se considera oportuno sin respetar turnos). Con el objetivo de buscar el bienestar del alumno, la tutoría con los padres deberá tener un carácter respetuoso y bidireccional, donde se deberán abordar preguntas que indaguen en la relación de los padres con el alumno para entender su conducta en clase. Es importante que en este tipo de situaciones, el tutor haga ver a los padres que ambos bandos son de un mismo equipo y que navegando juntos hacia una misma dirección es la única forma de ayudar en la evolución personal del niño, que es lo que ambas partes desean. Una vez que se genera una confianza entre ambas partes adultas, sería interesante en esa reunión hablar sobre qué se va a hacer en casa para mejorar esa conducta y poder aplicarlo del mismo modo en el aula. Yo, como tutora, propondría una serie de pautas y metodologías para reforzar la escucha activa y los momentos de espera y silencio. Sin embargo, esto es un trabajo en equipo, donde todas las partes tienen que poner de su parte y donde la tutoría es un momento perfecto para dar el primer paso.

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