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Pobreza Y Exclusión Como Mal Social


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2014  •  3.181 Palabras (13 Páginas)  •  212 Visitas

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Pobreza y exclusión como mal social

Pobreza y exclusión son problemas que nos afectan desde hace décadas. Es necesario retomarlos para hacer notar la urgente necesidad de una reflexión colectiva seria y profunda, que evite la apropiación ideológica o política de la cuestión. Y al mismo tiempo que nos ayude a no acostumbrarnos a convivir con el escándalo de la pobreza sin atinar a buscar soluciones de fondo.

El termino pobreza, se refiere a la carencia de recursos para satisfacer necesidades consideradas básicas, que influyen en la calidad de vida de las personas. Es un término de connotaciones sobre todo económicas que también conlleva una categorización social. Alude a los medios con los que cuenta una persona para alcanzar unos estándares mínimos y participar con normalidad en la sociedad.

Se suele diferenciar entre pobreza absoluta y pobreza relativa.

La pobreza absoluta se refiere a una situación en la que ciertos estándares mínimos de vida (tales como nutrición, educación, salud o vivienda) no son alcanzados.

La pobreza relativa se utiliza para hablar de la existencia de desigualdades y se calcula por comparación con un nivel de vida considerado estándar para la población a la que se refiere. Significa que el individuo, por falta de recursos materiales, no participa de los hábitos y patrones de vida considerados normales en la sociedad en la que habita. En la Unión Europea, el umbral de la pobreza relativa se sitúa en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo.

Pobreza absoluta y relativa

Las familias pueden vivir en situación de pobreza absoluta o relativa. La pobreza absoluta o extrema alude a una situación de carencias drásticas a las que están sometidas las familias o individuos debido a la falta de ingresos, lo que les impide satisfacer sus necesidades más elementales ―alimentación, vivienda y vestido―para poder vivir (Ortiz y Marco, 2006: 39-40). Al respecto, Sachs (2005:51) indica que las personas que viven en la pobreza absoluta padecen hambre crónica, no tienen acceso a la asistencia médica, ni tienen servicios de agua potable, ni de saneamiento.

Los ingresos de estas familias son tan bajos que no pueden costear la educación de alguno o de ninguno de los hijos ni pueden comprarles calzado, y las condiciones del hogar son tan precarias que tienen goteras y no pueden acondicionar la cocina para evacuar el humo generado por el fogón. Esto es, las personas que están en la pobreza extrema o absoluta andan descalzos, visten ropas muy deterioradas, están desnutridos, carecen de los servicios elementales como agua potable y drenaje, por lo que están expuestos al ataque de las enfermedades, padecen altas tasas de mortalidad infantil y tienen baja esperanza de vida. No tienen acceso a la educación, al crédito, a la justicia, a la libertad de expresión, entre otras tantas restricciones. En tanto que los pobres relativos son aquellos cuyo nivel de ingreso se sitúa por debajo de una proporción dada de la renta media; esto es, los relativamente pobres no tienen acceso a los bienes culturales, ni a actividades de ocio y diversión, y tampoco a una asistencia sanitaria ni a una educación de calidad, ni a otras ventajas que favorecen la movilidad social ascendente (Sachs, 2005:51).

Domínguez, Núñez y Rivera (2007), quienes han estudiado ampliamente la evolución de la pobreza en España y en la Unión Europea, señalan que la pobreza relativa “ha de entenderse siempre en el contexto de la población de la que el hogar forma parte, de manera que lo que debe objetivarse es cuando este no puede participar del nivel de vida de la sociedad”; es decir, los miembros del hogar con pobreza relativa tienen cubiertas sus necesidades básicas, aunque no se descarta que entre los pobres relativos exista también una proporción de familias que estén en la pobreza absoluta.

Por otro lado la Exclusión social, en general, se considera que este término supera al de pobreza, en el sentido de que no se define en términos puramente económicos sino de un tipo más amplio de participación en la sociedad.

Aunque no existe acuerdo entre los autores, las causas de la exclusión social son multidimensionales que se enmarcan en un proceso de pérdida de integración o participación del individuo en la sociedad, en uno o varios de estos ámbitos:

 Económico (en la producción o en el consumo)

 Político-legal (participación política, sistema administrativo, protección social, etc.)

 Social-relacional (ausencia de redes o problemática dentro de las redes sociales o familir

Pobreza y exclusión son dos fenómenos conceptualmente diferentes aunque relacionados entre sí. Como en un círculo vicioso, la relación se potencia y retroalimenta en una suerte de sinergia negativa. La exclusión supone la primera pero la pobreza no necesariamente está asociada a la segunda.

Pobres son quienes con sus ingresos no alcanzan a cubrir una canasta de necesidades alimentarias y no alimentarias básicas. Indigentes, aquellos que ni siquiera pueden alimentarse. Excluidos, quienes no tienen cabida en la sociedad (económica, social, cultural y políticamente).

Factores, causas e historia:

Un «factor» y una «causa» no son exactamente lo mismo. Una «causa» puede ser algo que contribuye al origen de un problema, como la pobreza, mientras que un «factor» puede ser algo que contribuye a su perpetuación cuando ya existe.

La pobreza a escala mundial tiene muchas causas históricas: el colonialismo, la esclavitud, la guerra y las invasiones. Existe una gran diferencia entre estas causas y lo que llamamos los factores que mantienen las condiciones de pobreza. La diferencia reside en lo que podemos hacer hoy con respecto a ellos. No podemos volver atrás en la historia y cambiar el pasado. La pobreza existe. La pobreza tuvo sus causas. Sobre lo que potencialmente podemos actuar es sobre los factores que la perpetúan.

Es de sobras conocido que muchas naciones de Europa, enfrentadas a guerras devastadoras, como la primera o la segunda guerra mundial, se vieron reducidas a la pobreza, y su gente se vio obligada a vivir dependiendo de limosnas y caridad, escasamente sobreviviendo. En unas décadas, estos países han florecido en cuanto a renta doméstica real, y se han convertido en países desarrollados e influyentes, de prósperos habitantes. También sabemos que muchas otras naciones han continuado entre las menos desarrolladas del planeta, aunque se hayan gastado en ellas billones de dólares de supuesta «ayuda».

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