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Políticas de compensación y el estado de situación


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2015  •  Apuntes  •  2.671 Palabras (11 Páginas)  •  226 Visitas

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Analice la desigualdad según las dimensiones que propone el autor. A qué le llama el autor las preocupaciones clásicas sobre  la igualdad. Analice lo que el autor llama políticas de compensación y el  estado de situación luego de las dos ultimas leyes (Federal de 1993 y la Nacional del 2006). ¿Cuál es la diferencia?

Llorens explica que la desigualdad tiene al menos tres dimensiones: intrasistémica, dada por los problemas generados dentro del sistema educativo; extrasistémica e intersistémica (por problemas generados en la interacción entre sistema educativo y sistema social). El problema de la desigualdad debe explicar basándose en todas las dimensiones, ya que considerar sólo una de ellas sería caer en un reduccionismo.

        La preocupación clásica sobre la igualdad se centraba en la suposición de que brindar el mismo servicio implicaba otorgar las mismas oportunidades, en un contexto donde la diversidad no era considerada una preocupación, sino que, en realidad, lo que se consideraba una preocupación era la construcción de ciudadanos homogéneos. En cambio, la idea de una igualdad sustantiva que se oriente por la equiparación real de oportunidades implica pasar del principio de igualdad negativo, que asegura un acceso formal a la educación igual para todos, a un principio positivo que garantice el logro de determinadas metas por todos.

        Con el concepto de equidad se busca hacer foco en las necesidades puntuales de determinados grupos, abandonando la idea de ofrecer a todos lo mismo. El énfasis en la equidad se encuentra en la preocupación por la solución de las desigualdades existentes. Las políticas compensatorias tienden a la equiparación de las desigualdades.

        Reimers distingue tres grupos de políticas compensatorias. El primer grupo abarca aquellas políticas que pretenden igualar la distribución del gasto público por alumno entre las distintas escuelas, tienden a igualar el gasto por alumno entre sectores pobres y no pobres. El segundo grupo incluye medidas que aspiran a reorientar la utilización de recursos públicos para equiparar la distribución de oportunidades educativas. El propósito es equilibrar las oportunidades mayores que algunos niños reciben de sus hogares. Ya no se trata de equiparar los gastos sino de invertir más en aquellos sectores más necesitados. El tercer grupo de políticas compensatorias comprende aquellas que respaldan formas diferenciadas de tratamiento para los estudiantes de contexto crítico, reconociendo sus necesidades y características singulares. El objetivo no es conseguir una igualdad en la producción de aprendizajes sino una equiparación de las posibilidades en la vida, partiendo de la base de que el currículo escolar contribuye sólo en una fracción al capital social y cultural que los no pobres adquieren.

        La Ley Federal de Educación le dedica un solo artículo, el 64, a la cuestión de la equidad, centralizando la ayuda en este sentido en el ámbito del Ministerio de Educación nacional. El articulo 64 dice que el Poder Nacional financiará total o parcialmente programas especiales de desarrollo educativo que encaren las diversas Jurisdicciones con la finalidad de solucionar emergencias educativas, compensar desequilibrios educativos regionales, enfrentar situaciones de marginalidad, o poner en práctica experiencias educativas de interés nacional, con fondos que a tal fin le asigne anualmente el presupuesto, o con partidas especiales que se habiliten al efecto

        En la Ley de Educación Nacional también se presenta al Ministerio de Educación Nacional como responsable de las políticas de igualdad, destinadas a enfrentar situaciones de injusticia o discriminación derivadas de factores socieconomicos, culturales, de genero, etc. Se apunta aquí a la incorporación a la escuela de los niños que no están escolarizados, a retener a las alumnas embarazadas y a hacer frente a las dificultades de la población escolar con mayores déficits socioeconómicos. Además, se plantea en general la intervención del Ministerio de Educación para garantizar el pleno ejercicio del derecho a aprender de todos los habitantes.

        La Ley Federal de Educación ataca el problema de la falta de equidad promoviendo un mayor financiamiento en algunas áreas del sistema educativo. Interviene, básicamente en variables intrasistémicas, en un contexto de deterioro de indicadores socioeconómicos muy importante como el que se experimentó en la década del 90.

        La Ley de Educación Nacional, contempla las tres dimensiones:  intrasistémica,  extrasistémica e intersistémica, para lo cual fue acompañada en su momento de la Ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes (26.061), una ley no educativa, pero que implicaba una transformación muy importante del marco legal sobre los derechos de los niños y adolescentes. Esta ley propone legislar sobre el conjunto de derechos de los menores de edad y sobre los mecanismos para hacerlos respetar en caso de que se vulneren.

En “Equidad y diversidad” el autor analiza conceptos que tiene que ver con los reclamos de justicia social. Qué dice sobre la diversidad y las carencias? Qué dice Rivero sobre las políticas de equidad? ¿A qué se refiere cuando habla de políticas de estrategias de reconocimiento cultural?

           Llorens cita a Duschatzky, quien sostiene que se suele partir del supuesto de que las diferencias implican carencias, con lo que se estarían jerarquizando los valores de los grupos dominantes. Este supuesto, llevado al terreno escolar, da lugar a la idea de déficit cultural para explicar el fracaso escolar y los bajos rendimientos de los chicos de contextos empobrecidos. La idea de privación no permite explicar las capacidades reales de los niños porque ignora el contexto cultural en el que se inscriben. Desde esta óptica, sería necesario brindarle a las minorías los elementos que les “faltan” para poder integrarse en las mayorías, lo cual contribuiría a reproducir una visión homogeneizadora y asimilacionista de la sociedad, aunque bajo la apariencia del reconocimiento.

            Southwel sostiene que la diversidad es leída, a veces, como un indicador de extrema pobreza o de discapacidad manifiesta; lejos de ser un valor afirmativo sobre el que lo enuncia, parece referir a una desigualdad total sobre la que hay poco por hacer.

        Rivero plantea que en las políticas de equidad se debe partir de reconocer al alumno concreto (y no al alumno promedio, al resultado de la suma abstracta de las características de cada niño dividido por la cantidad de alumnos) como lo medular del sistema educativo, valorando la diversidad entre escuelas y estimulando un rol docente activo.

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