Por Un Nuevo Modelo De Educación En Morelos

“Por un nuevo modelo de educación en Morelos”

La presente investigación corresponde a los estudios de la Maestría en Educación, Campo: Desarrollo e Innovación Educativa en la UPN, Morelos (2009-2011) y se ubica en la línea de educación, equidad y pobreza, con el enfoque de proponer estrategias para promover la identidad, la equidad y la convivencia.

Este estudio de corte cualitativo realizado en el Jardín de Niños oficial “Agustín Güemes Celis” ubicado en la Colonia Delicias, de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, plantea la necesidad de formar a los niños a través del arte para favorecer la resiliencia como una forma de fortalecerse ante la adversidad, la pobreza y la falta de oportunidades.

El trabajo de campo se realizó con niños de 3.8 a 5 años que cursan 2º. y 3º. de preescolar en una misma aula ya que es unitario y compartiendo experiencias y actividades contempladas en el Programa de Preescolar 2011, particularmente las referidas al campo formativo “Expresión y apreciación artística”. Cabe señalar que los padres de los niños, en un 80% se dedican a cuidar casas de fin de semana pertenecientes a familias de la ciudad de México, desempeñando labores son de jardinería, mantenimiento y aseo.

La información inicial adquirida, a través del diagnóstico, se dirigió hacia el conocimiento de los niños del jardín mencionado y su forma de vida cotidiana, la que se obtuvo mediante la implementación de diversos instrumentos; algunos de ellos dirigidos a los niños tales como registros de observaciones en el aula y en el diario de campo, así como entrevistas individuales, evidencias fotográficas y videograbaciones, con el objeto de identificar características tales como: formas de expresión oral, desenvolvimiento, miedos, preocupaciones, actitudes, figuras significativas, entre otras. Del total de 30 niños, 17 viven situaciones que los ponen en riesgo y vulnerabilidad por su condición de pobreza. La información obtenida fue la siguiente: los niños se perciben incapaces de tomar decisiones por sí mismos, se manifiestan inseguros y con baja autoestima, carecen de iniciativa para realizar cualquier actividad, presentan poca socialización, un marcado aislamiento, así como, exigua habilidad de lenguaje, expresión verbal, de comunicación y artística.

Otras fuentes de información fueron entrevistas a padres de familia, fichas técnicas del Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos, entrevistas a otras maestras de preescolar, cuya información obtenida fue la siguiente: proceden en su mayoría de familias en condiciones de pobreza, con altos índices de violencia intrafamiliar, alcoholismo y subempleo/desempleo, con falta de oportunidades sociales así como escolares, lo que los coloca en una posición de desventajas sociales y culturales.

Entre los hallazgos se encontró que por su condición de pobreza los niños de preescolar se enfrentan día con día a un futuro de escasas posibilidades de sobresalir y hacer frente a la adversidad, con familias que carecen, no sólo de recursos económicos, de alimentación precaria, de falta de oportunidades y participación social sino además problemas escolares como dificultades para el aprendizaje, atención por periodos cortos, aislamiento, bajo desempeño en actividades como deportivas, culturales, y sociales entre otras.

Ante ello, se plantea que el arte puede ser considerada una alternativa para formar niños resilientes, es decir, que sean capaces de hacerle frente a la adversidad, ofreciendo con ello creer en sí mismos, adquirir la voluntad de salir de la situación y de construirse una vida mejor, (Vanistendael 2002, Cyrulnik 2002).

Derivado de lo anteriormente expuesto surgieron las preguntas detonadoras de la investigación: ¿Qué hacen los niños de edad preescolar para hacerle frente a las condiciones adversas? ; ¿Cómo pueden los niños transformarse en niños resilientes durante sus primeros años escolares? ¿Representa el arte una verdadera alternativa de desarrollo, detonadora de la resiliencia?

Dentro de los objetivos, lo primero que me propuse para iniciar la investigación fue el conocer a los niños, sujetos de estudio en su trayectoria de desarrollo, familiar, escolar, social y su desenvolvimiento en el grupo. Posteriormente investigué sobre los mecanismos de resiliencia tanto individuales como sociales ante las circunstancias adversas, y cómo la educación artística puede intervenir para disminuir, contrarrestar y/o neutralizar los riesgos de los niños de preescolar, incluso las posibilidades de repercusión en su desarrollo posterior

La metodología utilizada en la investigación es de corte cualitativo-descriptivo, con aspectos etnográficos, en virtud de que se pretende fundamentar cómo la resiliencia puede ser fomentada por medio de la educación artística, así como la posibilidad de estructurar una metodología para que sea incorporada en el campo formativo de expresión y apreciación artística a nivel preescolar.

Los conceptos sustanciales sobre los que gira la investigación son: pobreza, resiliencia, expresión y apreciación artística.

La pobreza y sus múltiples formas de privación es un hecho concreto y fácilmente distinguible, por eso, el estudio de la resiliencia y sus alcances, cobra gran importancia en un país donde el recuento nacional indica que más del 60 por ciento de la población de 112 millones 336 mil 538 mexicanos, se encuentra en algún nivel de pobreza, del cual, el 20 por ciento corresponde a pobreza extrema (Censo de Población y Vivienda 2010). A pesar de que existen ciertos rasgos de reducción de pobreza como mayor número de televisores en los hogares, igualdad en número de hombres y mujeres en educación básica, disminución de piso de tierra, entre otros, permanece la desigualdad.

Poujol, G. (2006) menciona que una de las principales causas de la pobreza son las altas tasas de desempleo y subempleo, lo que genera pobreza y una extrema desigualdad. Agrega que en Latinoamérica, las políticas económicas se derivan de una obediencia ciega a los dictados del mercado, las alianzas de los poderes políticos económicos, han dado como resultado exclusión social y devastación ambiental.

Gentili, P. (2004), explica desde una perspectiva económica, la forma en que el mercado invade la esfera de la educación para ponerla al servicio de los grandes capitales, donde el neoliberalismo impone políticas antidemocráticas y representa un ataque a la educación pública debido a la expansión de la sociedad de mercado y un aumento de las desigualdades al generar una mayor concentración de la riqueza y del poder.

Tedesco, J. C. (2004), afirma que los resultados del aprendizaje, corresponden a las condiciones de vida de las familias, lo que indica que el alto índice de fracaso escolar, depende en un alto porcentaje de las condiciones sociales y económicas que sufren las familias. Ante la desnutrición, la violencia o la desintegración familiar el proceso educativo es mucho más complejo. La nueva pobreza, es más que bajos salarios, es una exclusión de la sociedad que no permite que los menores puedan alcanzar un proyecto de vida.

La mayor parte de los problemas de la calidad en la educación se relacionan con la situación económica: como la reducción en el presupuesto para la educación y los bajos ingresos de las familias, factores que inciden para que los hijos abandonen la escuela y se pongan a trabajar para contribuir al gasto familiar.

Por lo tanto, el aumento de la pobreza hace imperante la labor conjunta de maestros y padres de familia para responder a esa realidad poco favorable a los niños, para transformarla.

El término resiliencia, adoptado por la psicología y la pedagogía, proviene del corpus científico de la física: capacidad de un material de resistir a choques imprevistos sin quebrarse (Corominas, J. 1991). Desde el punto de vista humano correspondería a la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido e incluso transformado positivamente (Grotberg, E. 1996).

Un niño resiliente es el creador del cambio, con transformaciones de tal magnitud que impactan en otros individuos generando una “oleada de transformaciones” para poder enfrentar las adversidades que se presentan. No se trata de ser un sobre-adaptado, mucho menos un inadaptado social o ir contracorriente de las normas sociales, sino que es aquel sujeto perceptivo y sensible capaz de poner en juego su mirada crítica desde el entorno al cual pertenece y actuar en consecuencia para mejorar el panorama social a la vez que cumple con sus propios deseos de realización (Sirami, G.1908). La resiliencia como concepto brinda un optimismo realista ya que va a la búsqueda de los recursos disponibles de las personas para avanzar constructivamente a pesar de las dificultades. También nos enseña que estas dificultades nos pueden fortalecer si contamos con apoyos específicos para hacerles frente.

Una observación objetiva de la realidad nos permite percibir que individuos sometidos a factores de riesgo externos elaboran conductas cualitativamente distintas y positivas, de lo que se deduce la existencia de mecanismos y procesos internos que anulan, minimizan o actúan como atenuantes de los factores de riesgo (Kotliarenco, M. A. 1996).

Con este trabajo se pretende que a través del arte, se pueden trazar nuevos horizontes en las vidas de los niños y niñas que se encuentran en situaciones socialmente adversas. Sus vidas se pueden cambiar tomando nuevos rumbos para que sientan afecto y aceptación, aumenten su autoestima, desarrollen confianza básica en sí mismos y con su entorno, así como una independencia responsable conforme a

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