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Prospectiva Del Socialismo Del Siglo XXI

ssarti6 de Febrero de 2013

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I. INTRODUCCION

El socialismo continua su expansión mediante la implementación de gobiernos socialistas? Pueden aparecer movimientos revolucionarios que asuman el poder por medios ilegales? En la actualidad se busca hacia dónde va la corriente socialista de siglo XXI. A través de un periplo histórico que va desde la revolución cubana de 1962 hasta los últimos acontecimientos, donde el futuro de Hugo Chávez Frías, el principal propulsor del socialismo del siglo XXI, es incierto debido a su estado de salud; continuáremos analizando su quehacer actual y su prospectiva. La infiltración de la ONGs ambientalista juega un papel importante en los planes expansionistas del socialismo. La selección de líderes y su posterior adoctrinamiento es vital para la subsistencia de la corriente.

Sorpresivamente a través de la investigación salto a la palestra como cerebro ideológico de la “operación Milagro” Marta Hernecker, viuda del barba roja, jefe de la DGI cubana, quien a lo largo de la historia apoyo, financio, entrenó y adoctrinó, al componente humano de los movimientos revolucionarios armados del siglo XX.

Es imperativo, conocer la historia para no cometer los mismos errores en el futuro, al conocer los antecedentes históricos y hacia los ha llevado hoy día como plataforma al mañana. Este trabajo encuentra su razón al analizar las variables intrínsecas en la expansión del sistema socialista en Latinoamérica y determinar si la misma está determinada a la presencia de Hugo Chávez. Las conclusiones las puede encontrar al final del documento.

II. PROSPECTIVA DEL SIGLO XXI Y SUS EFECTOS EN LAS DEMOCRACIAS DE LATINOAMERICA.

A. HISTORIA DEL SOCIALISMO EN LATINOAMERICA:

Veinte años atrás las fuerzas de izquierda en Latinoamérica y en el mundo pasaban momentos muy difíciles. Caía el muro de Berlín, la Unión Soviética se precipitaba en el abismo y terminaba por desaparecer a finales de 1991. Privada de la necesaria retaguardia, la revolución sandinista era derrotada en las urnas en febrero de 1990 y los movimientos guerrilleros de Centroamérica se veían forzados a desmovilizarse. El único país que mantenía la revolución era Cuba.

La derrota del socialismo soviético creó una dura situación para la izquierda latinoamericana, especialmente para la izquierda marxista-leninista. Durante la década de los 80 ésta había aprendido mucho tanto de las experiencias dictatoriales del cono Sur y las formas de resistencia que frente a ellas surgieron, como de las experiencias de lucha de los movimientos guerrilleros de Centroamérica y Colombia, comenzando a superar una serie de errores y desviaciones cometidos en las dos décadas anteriores, una breve mención de ellos: “vanguardismo; verticalismo y autoritarismo; teoricismo y dogmatismo que llevaban al estrategismo” (Hanecker, 2012); subjetivismo en el análisis de la realidad que conducía a elaborar estrategias y tácticas inadecuadas; incapacidad de ver la originalidad del sujeto social revolucionario lo que llevaba a desconocer el potencial de lucha de los movimientos étnico-culturales comprometido con los pobres; concepción de la revolución como asalto al poder por una minoría activa, que desde el estado resolvería los problemas del pueblo; insuficiente valorización de la democracia hasta el punto de distinguir entre las fuerzas revolucionarias y las fuerzas democráticas, otorgando a los aliados socialdemócratas el calificativo de democráticos, como si las fuerzas revolucionarias no fueran democráticas.

Estos errores habían comenzado a ser superados justamente en la década anterior a la derrota del socialismo soviético. Hay que mencionar aquí además otros dos factores que influyeron también en ese proceso de maduración de la izquierda: primero, la visión pedagógica del brasileño Paulo Freire (Deni, 2009), que dio origen a un significativo movimiento de educación popular en varios de nuestros países, que chocaba con la concepción clásica de los partidos de izquierda de aquella época, que solían considerarse dueños de la verdad; y segundo, las ideas feministas que ponían el acento en el respeto a las diferencias y en el rechazo al autoritarismo.

Los primeros en asimilar estas ideas y reflexiones son los movimientos político-militares de Centroamérica: Una revolución triunfante, la sandinista, demuestra la frescura de este nuevo enfoque de las cosas en su conducción política hacia la victoria, en la presencia de sacerdotes como ministros del nuevo gobierno revolucionario, en el pluralismo político. Un comandante comunista de la guerrilla salvadoreña, Jorge Schafik Handal (Nacional, 2012), es el primero en insistir que el nuevo sujeto revolucionario latinoamericano no puede ser sólo la clase obrera, que han surgido nuevos sujetos sociales revolucionarios y que, por lo tanto, la conducción del proceso no puede ser sólo de los comunistas, sino que tiene que incorporar a todos estos nuevos sujetos.

Una guerrilla guatemalteca, el Ejército Guerrillero de los Pobres, es la primera organización política que incorpora a los indígenas y los considera la fuerza motriz fundamental de la revolución.

Ha concluido que es necesario abandonar el enfoque obrerista que sólo toma en cuenta a la clase obrera y que el nuevo instrumento político debe respetar la pluralidad del sujeto, asumiendo la defensa de todos los sectores sociales discriminados (mujeres, indígenas, negros, jóvenes, niños, jubilados, homosexuales, personas con discapacidad, y otros).

Por último, ha comprendido que la democracia es una de las banderas más caras de la izquierda y que la lucha por la democracia es inseparable de la lucha por el socialismo, porque sólo en este sistema social se podrá desplegar plenamente la democracia. Teniendo presentes estos antecedentes podemos entender mejor lo ocurrido en Latinoamérica en esta última década. Servirá de introducción para abordar el tema del socialismo del siglo XXI.

Entre los más importantes están: el triunfo y consolidación de la Revolución Cubana (1959-1961) y, la instalación del primer gobierno socialista en la región (1962); el avance relativo y la consolidación de las formas populares en las que se organizaba la sociedad, particularmente los sindicatos de clase trabajadora y los partidos políticos de izquierda (sólo de régimen populista). (Leon, 2009) Surge además, el proyecto de Alianza para el Progreso, que recibe el apoyo por la administración Kennedy.

B. SOCIALISMO EN LATINOAMERICA EN LA ACTUALIDAD

El socialismo está muy distante de estar generalizado en Latinoamérica, según se determinó en las Jornadas Bolivarianas realizadas en el año 2010 (Tavares, 2010).

En el análisis de uno de los creadores del término “Socialismo del Siglo XXI”, este es una forma de gobierno que no ha encontrado acogida en la vida de los países latinoamericanos que están en la punta de lanza de los cambios estructurales. Según Heinz Dieterich, los gobiernos como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, además de los avances en los procesos de transformación, aún no han creado mecanismos de consolidación de lo que define como el socialismo. “Es cierto que la discusión acerca del socialismo del siglo XXI empezó en Venezuela, hubo un gran debate pero no ha redundado en profundidad. Eso significa que allí no hay avances en la consciencia anticapitalista” (Loya, 2010).

Por primera vez agrupaciones de izquierda y centro izquierda logran que sus candidatos triunfen mediante elecciones en la mayor parte de los países del cono sur. Esta serie de triunfos se inician con el ascenso al poder de Hugo Chávez en Venezuela en 1998, Ricardo Lagos en Chile en 2000, Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil en 2002, Néstor Kirchner en Argentina en 2003, en el 2005 Tabaré Vásquez en Uruguay y Evo Morales en Bolivia; Michelle Bachelet en Chile, Rafael Correa en ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua; en el 2007 Cristina Fernández en Argentina y Álvaro Colom en Guatemala; en el 2008 Fernando Lugo en Paraguay, en el 2009 Mauricio Funes en El Salvador, es reelecto Rafael Correa en ecuador, José Mujica en Uruguay y Evo Morales en Bolivia (Hanecker, 2012).

Roberto Regalado manifiesta “En Algunos países como Venezuela, Bolivia y Ecuador, el colapso o el debilitamiento extremo de la institucionalidad neoliberal condujo al gobierno a líderes que capitalizaron el descontento de la ciudadanía, pese a no contar de inicio con fuertes partidos de izquierda. En otros como Brasil y Uruguay, fue el acumulado organizativo y político de la izquierda el que llevo a sus candidatos a la presidencia. A ellos se suman situaciones como las de Argentina y Honduras, donde a la falta de candidatos presidenciales provenientes de los sectores populares emergen figuras progresistas de los partidos tradiciones” (Regalado, 2009).

Existen varios hechos que señalan los avances del socialismo, a continuación se señalan elementos que avalan dicha información:

• Se limita el margen de maniobra del gobierno estadounidense.

o Reuniones sin la presencia de Estadios Unidos Brasil 2000, Ecuador 2002, Perú 2004, Brasil 2005 donde se realiza la I Cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones, en 2006 se realizó la II Cumbre en Bolivia, siendo esta pilar fundamental en la creación de UNASUR y el 2008 en Brasilia se aprueba su tratado constitutivo.

o Aumento de las relaciones económicas con China. Según un estudio realizado por Diego Sánchez Ancohea de la Universidad de Londres, durante los años 2004 y 2005 se firmaron alrededor de 100 acuerdos comerciales y compromisos públicos con países sudamericanos.

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