Proyecto de lectura y producción de textos

Fundamentación

  La escuela del siglo XXI requiere del desarrollo profundo de las competencias de lectura y producción de textos, que constituyen los ejes de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, basándose en los pilares de las estrategias cognitivas centrales: observación, memoria e inferencia.

   La formación de niños como un lector permanente logra el desarrollo sus habilidades lecto-escritoras y habilidades cognitivas que lo convertirán en un verdadero participante, no sólo un espectador en el arte y la cultura.

   El hábito de la lectura es un gran estímulo a la creatividad, imaginación, inteligencia, a la capacidad verbal y de concentración de los niños.

   La lectura oral facilita la comprensión lectora y es el vehículo para la transmisión de ideas y sensaciones.

  La lectura comprensiva debe ser una práctica habitual, continua y transversal en el aprendizaje de los contenidos de todas las áreas. La comprensión es una condición para el aprendizaje significativo, por lo tanto, es el primer paso para que los alumnos entiendan, relacionen, asimilen y recuerden los conceptos específicos de cada área.

   Es necesario recordar que la escritura es un proceso complementario de la lectura, ambos se necesitan continuamente. El más competente como escritor es una persona que tiene el hábito de leer frecuentemente, aunque se utilicen diferentes estrategias para realizar cada uno de estos dos procesos.

   El desafío de los docentes consiste en formar lectores que puedan producir textos escritos coherentes, correctos y adecuados. Esto trae consigo un proceso arduo y un gran compromiso en nuestro andar.

   Debemos infundir el amor por la lectura y enseñarle al estudiante que el leer nos sirve para conocer el mundo.

 Objetivos

. Fomentar el hábito lector y el gusto por la lectura.

. Proporcionar estrategias para que los niños desarrollen habilidades de comprensión lectora.

. Formar lectores capaces de desenvolverse en forma autónoma en el ámbito escolar y fuera de él.

. Expresar ideas y conceptos mediante representaciones lingüísticas, matemáticas o gráficas.

. Proporcionar las herramientas necesarias que le permitan al niño resolver diferentes situaciones problemáticas.

. Fomentar el placer por la observación del mundo que lo rodea con un objetivo específico.

Destinatarios

  DIRECTOS. Alumnos del Segundo Ciclo de Educación Primaria.

  INDIRECTOS: Docentes de 4º a 7º grados

Responsables del proyecto

  Claudia Becerra 4º

  Angélica Cáceres   5º

  María Sandra Torres  6º-7º

  Stella Maris Giménez  6º-7º

Estrategias

Comunes a toda la institución

A) Antes de la lectura

1. Seleccionar correctamente el texto, este debe ser rico en vocabulario con explicaciones causales y que activen esquemas cognitivos elementales.

2. Trabajar el extratexto, es decir los conocimientos previos que el texto a trabajar demanda. No es conveniente rechazar textos porque demande muchos conocimientos previos sino que lo que debe hacerse es proporcionar al alumno las fuentes en las que deberá buscar información que el texto demanda.

B) Preparar la lectura 

  Revisando: posibles dificultades de vocabulario (vocabulario técnico, palabras polisémicas, etc.), las ideas que se presentan en los párrafos, las relaciones lógicas que se dan en el texto (¿Se hacen comparaciones? ¿Se oponen conceptos? ¿Se los organiza en el tiempo? ¿Se establecen causas y consecuencias?), el organizador gráfico que mejor represente la organización del texto (cuadro comparativo, cuadro sinóptico, un eje del tiempo, un mapa semántico).

C) El momento de la lectura en clase

1. Leer y abordar en ella el vocabulario desconocido o polisémico.

2. Leer con el fin de analizar en cada párrafo la gestión explicativa que hace el autor, es decir abordar los ejemplos, las explicaciones de los términos, los gráficos, las paráfrasis, las comparaciones, las palabras resaltadas,, que sirven para echar luz a los desarrollos conceptuales que se presentan en cada párrafo.

3. Subrayar o sintetizar con una frase o palabra clave.

4. Hacer un organizador gráfico (mapa conceptual, esquema, cuadro sinóptico) con la información más relevante del texto.

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