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Quiero ser un Educador social ejemplo

Alma Lopez EspinozaEnsayo6 de Noviembre de 2017

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Características fundamentales del Educador Social.

Al ser considerado un agente educativo, el Educador social debe  brindar con certeza y puntualidad una educación, más que una simple enseñanza, y al ser de esta manera como se le vislumbra, este personaje debe  contar con ciertas características que lo identifiquen por sobre todo profesional de la educación.

El educador social por excelencia debe ser portador de alegría y fortaleza, cualidades que denotan su entrega y su interés por las necesidades ajenas, lo cual, claramente  representará una buena influencia para quienes a su cargo deban iniciar un cambio social, personal y cultural. Es de hacer notar, que el educador social, debe corresponder a su profesión con creatividad al realizar cualquier intervención, actitud que lo llevará no solo a ser innovador, sino que también lo hará sujeto de ser previsor ante variadas situaciones surgidas en el contexto en el cual se labora; debe también ser visionista, observador, llegar a obtener la capacidad para vislumbrar posibles causas del problema atendido, brindando de esta manera la mejor opción para tratarlo, corregirlo y hasta terminar con él. En pocas palabras, el educador social debe contribuir a su profesión siendo optimista, brindando confianza, observando e interviniendo en situaciones tan impensables que de igual manera deba ser su actuación y su desempeño, obteniendo el cambio buscado en las actitudes, en los hábitos, en los conocimientos y habilidades que gracias a su intervención lleguen a obtener todos los involucrados en el plan de acción propuesto y realizado por él.

Tal  como lo menciona    Mercé Romans (2000, Pp 14) “Tanto  para  el trabajo educativo dirigido hacia los demás, como en el ejercicio del auto crecimiento personal se requiere del educador social unas actitudes positivas, activas y solucionadoras de problemas”, con las cuáles, propague positivamente sus anhelos de mejora y cambio entre sus compañeros y entre quienes serán sujetos de su intervención, logrando ser incluyente en todos los aspectos del ser social.

Un educador social no necesita estar dentro de un aula para educar, un educador social educa y transmite habilidades aun fuera del aula de clase y aun así, siembra en el ser humano la semilla del conocimiento, la cual perdura por siempre dentro de él.

Funciones del Educador Social.

Al querer vislumbrar las posibles funciones del educador social, nos damos cuenta que estas pueden llegar a ser extensas, tal y como lo es nuestro entorno, en el cuál, no solo cohabitan instituciones públicas y privadas, ámbitos y escenarios, los cuales ofrecen un universo de funciones, pero que también exigen resultados que favorezcan también la creación del mismo universo de respuestas, de apoyo y entendimiento hacia cualquier problemática surgida en el transcurso de su función educadora.

Es pues importante hacer notar que la función de un educador debe incluir la formación educativa individual, grupal, familiar, y en la comunidad, enfocándose primordialmente a informar, orientar y asesorar a las personas en lo que se refiere a su problemática , brindando apoyo y adaptándose al requerimiento personalizado que mejor convenga. También es función del educador social, predisponerse a una tarea de orientación y prevención, visualizando posibles actos que conlleven un riesgo social, personal o comunitario.

A grandes rasgos, la función del educador debe guiarse a las necesidades generales del entorno en el que se desea implementar cualquier tipo de intervención, guiándose primordialmente por aspectos como:

•        Detectar, analizar, intervenir, derivar y gestionar problemáticas surgidas en contextos personales y colectivos, con el capital que se tenga a la mano y con profesionalismo.

•        Saber planificar con efectividad, visualizando las posibles respuestas a la problemática planteada.

•        Saber proyectar sus anhelos de cambio hacia la comunidad receptora de su intervención.

•        Ser un animador con capacidad de generar cambios.

•        Ser el mejor arquitecto de sueños, que no solo elabore proyectos, sino que los lleve a su realización.

Es así como la función del educador social no solo queda dentro de las aulas, sino que también, día a día expande sus fronteras y facilita la interconexión de instituciones, comunidades y personas, las cuales buscan un mismo fin, buscar su “yo” ganador.

Ámbitos en los que puede desarrollarse el Educador social.

La educación social es una profesión que se ha ido concretando durante  el tiempo con el fin de dar respuesta a las necesidades socioeducativas de los individuos y grupos sociales. En este proceso ha ido quedando de manifiesto la importancia de su actividad profesional que traspasa e incluso complementa los ámbitos de la educación reglada o escolar. Al mismo tiempo, acerca el desarrollo e intervención socioeducativa a personas y colectivos con la finalidad de promover el cambio social desde lo educativo.

La labor profesional en los ámbitos de intervención, a los que también se les reconoce como espacios profesionales, hacen referencia a realidades muy diferentes y diversas como es:

 Al medio: medio abierto (la calle), semi-abierto (centros de día) y cerrado (centros residenciales, institucionales) y/o  a  la población: población en general, en los niveles de prevención primaria, secundaria y terciaria, y en los grupos poblacionales: asociaciones culturales y recreativas, talleres participativos, comunidad en general; población tipificada como marginada: personas con disminución física, psíquica, autismo, trastornos de personalidad, etc.

Dimensiones del Universo Educativo y cómo es que las  tres dimensiones: formal, no formal e informal, permiten al Educador social desempeñar su labor como tal.

 Hoy en día podemos visualizar al universo educativo, como el espacio que se compone de todas aquellas actividades en las cuáles cada individuo obtiene habilidades, conocimientos y aprendizajes de una manera intencional o no y que representan un aprovechamiento en beneficio propio, pero que también brindan un beneficio y un equilibrio entre el individuo y la comunidad en la cual se encuentra, siendo de vital importancia que sea reconocido en este universo  educativo las dimensiones a las cuáles hace referencia, siendo educación formal, no formal e informal, mismas que   sirven de guía para una mejor implementación de la educación, las cuáles no solo se complementan, sino que se hacen necesarias unas de otras haciendo de la vida del individuo un mar de conocimientos que se entrelazan en el llamado universo educativo.

. Así pues, nos encontramos con la educación formal, que es la que se recibe o se imparte en centros educativos, con normas y objetivos y con la aspiración de una certificación.

 La educación no formal, la cual enseña actividades y competencias, pero no es impartida necesariamente en escuelas o universidades sino más bien en centros comunitarios o de capacitación, enseñando manualidades, pintura, desarrollo personal, etc.

Y la informal, la cual se refiere a todo lo que aprendemos por medio de experiencias de la vida diaria, de nuestros padres, de actividades que realizamos en nuestra vida cotidiana, etc.

Y es a través de su relación de complementariedad, como cada una se dedica a cierto aspecto educativo, teniendo que acudir a las otras para complementarse.

Su relación de suplencia o sustitución, cuando algún aspecto económico evita que la educación formal no pueda ser establecida, entonces la no formal o la informal la suplen en su tarea.

 La relación de refuerzo y colaboración, cuando en instituciones educativas se sirven de actividades no formales para administrar algún conocimiento  o reforzarlo, como son visitas a museos o parques, transmisión de películas educativas, etc. como el Educador social  logra desempeñar su labor, aun existiendo relación de interferencia, siendo que cada una tiene intereses diferentes, lo cual significa que se entrometen unas con otras, buscando siempre educar con eficiencia al individuo, siendo de esta manera necesario la creación de puentes que permitan una convivencia entre estos ámbitos, logrando una combinación que sirva para que cada individuo trace su propio programa educativo, y que este sea de acuerdo a su situación económica, a sus necesidades y a sus intereses, logrando de esta manera obtener “un programa educativo flexible, abierto, evolutivo, rico en cantidad y diversidad de ofertas y medios educativos” (Trilla 1997)

Características de los cuatro modelos educativos contemporáneos.

Los modelos educativos se consideran hoy en día invaluables herramientas útiles para llegar a un fin educativo y son conformados mediante creencias, conocimientos, valores, actitudes e ideas sociales y políticas.

        

EDUCACIÓN COMO MOLDE: La manera de desempeñar este tipo de educación está basada en la repetición de conductas ya establecidas, con una disciplina que lleva muchas veces al abandono dela misma, pero que brinda un sentido de responsabilidad y auto respeto. Este modelo nos representa al profesor como un artista y no como educador, ya que tiene en sus manos un cumulo de masa al cual debe moldear, dar forma y además dotarla de conocimientos e ideas, así mismo, el estudiante está plasmado en este modelo como un “algo” que necesita pulirse, al cual no se le permite expresarse con libertad y por el contrario, debe dejar que otros tomen decisiones por él. El educando aprende por repetición, sin la capacidad de analizar y buscar soluciones propias, y por el contrario, con una gran dependencia hacia otros. Además, el ejemplo y la asimilación en cuanto a valores morales y sociales marcan en gran medida la adquisición de los conocimientos en los educandos, volviéndolos más dependientes de un vigilante, el cual no les permite caer en errores. El estudiante puede llegar a concebir la idea del uso de la razón propia, aunque esto sería limitado ya que solo se le enseño a imitar conductas y no a razonar por cuenta propia, siendo el profesor el modelador y el estudiante quien sigue los movimientos de quien él cree que le enseñará el camino a seguir, y aun siendo una relación de respeto y enseñanza, también conlleva que en ella subsista el vacío y la inseguridad que genera la sumisión prevista en ella.

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